BEAMING: Interacción remota en tiempo real entre seres humanos y entre humanos y ratas

Si bien la noticia habla de teletransporte, esto no deja de ser una expresión de deseos de los cronistas. Se trata de un avance en telepresencia, utilizando técnicas de realidad virtual en 3D para lograr la inmersión de las sensaciones de una persona en un entorno alejado, como lo hacen los protagonistas de la película Avatar

La serie de televisión Star Trek popularizó originalmente la idea de transporte instantáneo de personas a lugares lejanos. Esto implicaba la descomposición en sus constituyentes atómicos de cuerpos humanos y objetos, y su posterior reconstrucción en la ubicación remota. Esta tecnología es inviable actualmente, si es que alguna vez puede hacerse realidad. Existe, eso sí, una tecnología alternativa que pretende llevar a la práctica la misma idea a través de medios muy diferentes. Se trata de transportar digitalmente la representación de una persona a un lugar lejano, de manera que pueda interactuar con la gente y el entorno alejados como si se estuviera allí.

El Prof. Mel Slater es el profesor ICREA que lidera científicamente el proyecto europeo BEAMING desde la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, junto a colaboradores internacionales de toda Europa incluyendo el equipo dirigido por la Dra. M. Victoria Sánchez-Vives, Profesora ICREA del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS). Esta tecnología se ha utilizado para interactuar físicamente entre seres humanos alejados el uno del otro. El consorcio BEAMING, incluyendo a colaboradores de LUNAM Université (Nantes, Francia), Guger Technologies (Austria), University College London (Reino Unido) y Technical Univerity of Munich (Alemania), publica hoy en PLoS ONE un estudio donde la experiencia interactiva implicó a un humano y una rata, cada uno a su propia escala.

Esto se logra mediante una combinación de realidad virtual y sistemas de teleoperador. El visitante al sitio remoto (el destino) se representa allí como un robot físico. El transporte rápido a lugares distantes, en el que el viajero y la gente en el lugar de destino sienten que comparten el espacio físico, tiene muchas ventajas económicas y prácticas. Se trata de un paso más allá en tecnologías muy extendidas como la videoconferencia, que no ofrece a los participantes la sensación de compartir un espacio y no permite llevar a cabo acciones físicas en el lugar remoto.

El proyecto europeo BEAMING (www.beaming-eu.org) ha logrado los primeros éxitos, transportando a personas a lugares lejanos y permitiéndoles interactuar con otras personas en el lugar de destino. Por ejemplo, una científica de Barcelona fue transportada digitalmente a Londres para ser entrevistada allí por un periodista de la BBC. Es sólo una de las múltiples aplicaciones teóricas de la nueva tecnología. En el marco de este proyecto, también se está desarrollando un sistema de asistencia médica a distancia para pacientes que pueden ser transportados digitalmente al hospital desde su hogar.

En el nuevo estudio que publica hoy PLoS ONE, investigadores de la Universidad de Barcelona y el IDIBAPS amplían la idea de BEAMING, demuestrando que es posible el transporte a lo que podría considerarse como “otros mundos”. El trabajo explica cómo una persona puede ser transportada a un espacio adaptado para ratas, interactuando con una rata como si se tratara de otra persona virtual mientras que la rata interactúa con una representación robótica de la persona distante del tamaño de la rata. Además de demostrar el alcance de esta tecnología, este estudio proporciona una nueva herramienta a científicos, exploradores u otros usuarios que podrían visitar lugares lejanos y ajenos sin ningún tipo de peligro y, lo más singular, ver el comportamiento animal de un modo totalmente nuevo al representarlos como seres humanos en un espacio virtual.

Para conseguirlo se utilizó una combinación de varias tecnologías diferentes:

La realidad virtual coloca a las personas en una realidad alternativa generada por computadora donde el usuario puede mirar, moverse y llevar a cabo tareas a tamaño real y con una percepción en 3D estéreo. Las personas generalmente tienen la ilusión de presencia – que significa percibir el espacio generado por computadora como si se tratara de un espacio real. Los participantes humanos estaban en un laboratorio de realidad virtual en el laboratorio event Lab del campus Mundet de la Universidad de Barcelona. La rata se encontraba a unos 12 kilómetros de distancia en un animalario en Bellvitge.
La tecnología de seguimiento se utiliza para rastrear los movimientos de la rata en su espacio, y los datos se transmitieron a través de Internet a los equipos que ejecutan la simulación de realidad virtual en Mundet. Esta información de seguimiento se utiliza para controlar un personaje humano virtual (un avatar) que representa la rata. Por lo tanto, cada vez que la rata se movía su avatar también lo hizo en una representación virtual del espacio que ocupaba la rata pero ampliada a tamaño humano. Por lo tanto, el participante humano comparte el espacio virtual (una habitación con unas fotos en las paredes) con un avatar humanoide.

También se utilizó tecnología de teleoperación junto a la de seguimiento. Los movimientos del ser humano en la realidad virtual también se procesaron, y estos datos de seguimiento se enviaron a los equipos de Bellvitge que controlaban un pequeño robot que compartía espacio con la rata. Cuando el humano se movía en el espacio virtual el robot se movía en el espacio de la rata.
En resumen, la rata interactuaba con un robot de su tamaño que representaba al humano remoto, mientras que el humano interactuaba con un avatar de tamaño humano que representaba a la rata. Para conseguir que la rata se interesara por el robot se le unió una pequeña bandeja que contenía una pequeña cantidad de jalea que las ratas habían comido previamente en sesiones de entrenamiento.

Los seres humanos interactuaron con la rata en un pequeño experimento. Tuvieron que aprender a conseguir que la rata-avatar se acercarse a algunas imágenes específicas en los muros del espacio creado por realidad virtual. Los usuarios no sabían nada sobre la jalea transportada por el robot, pero por lo general comprendieron que las ratas les seguirían. Así consiguieron apartar a las ratas de su comportamiento normal (permanecer en las esquinas y mantenerse cerca de los bordes) y las desplazaron de modo que el usuario y el avatar de la rata estuvieran bajo la misma imagen en la pared virtual.

El estudio demostró que el sistema funciona bien técnicamente y que puede existir una interesante interacción entre animales y seres humanos situados a distancia y a diferentes escalas.

Fuente: Varios sitios. Aportado por Eduardo J. Carletti

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