El planeta enano Eris puede revelar la gravedad cuántica

Dejar afuera a Plutón de entre los planetas fue sólo el comienzo. El planeta enano Eris, llamado así por la diosa griega de la discordia, también podría tirar abajo las explicaciones más populares para la materia oscura y la energía oscura

Muchas galaxias parecen tener una gravedad más fuerte —y por lo tanto más masa— que la que puede ser explicada por su materia visible. La masa excesiva en las galaxias se suele atribuir a la materia oscura, una sustancia invisible que interactúa con la materia por medio de la gravedad. Hasta la fecha, sin embargo, no se han detectado directamente partículas de materia oscura.

Pero una noción bien establecida en física podría tener otra explicación que le encaje. Esta nos dice que el espacio vacío es, en realidad, un mar espumoso y turbulento lleno de partículas virtuales: la materia y la antimateria que surgen a la existencia y salen de ella tan rápido que no podemos verlas.

A pesar de que son objetos pequeños, cuánticos, Dragan Hajdukovic, físico del CERN, cerca de Ginebra, Suiza, cree que estas partículas burbujeantes pueden tener cargas gravitacionales opuestas, de forma similar a las cargas eléctricas. En presencia de un campo gravitacional, las partículas generarían un campo secundario que, en el caso de las galaxias, podría explicar la discrepancia de masa.

La teoría de Hajdukovic también podría explicar la energía oscura, la desconcertante fuerza que se cree que lleva al universo a expandirse un ritmo cada vez más acelerado. Si las partículas virtuales tienen cargas gravitacionales, entonces el espacio-tiempo está impregnado de una pequeña carga que podrían ser la causa de que los objetos en el universo se alejen el uno del otro a cada vez más velocidad.

Para probar si está actuando una gravedad a escala cuántica escala, Hajdukovic planea pedir prestado un truco de Einstein (ver el diagrama). Debido a los efectos gravitacionales en el Sistema Solar, tal como el tirón de otros planetas, la órbita de forma ovalada de Mercurio alrededor del Sol se transforma poco a poco, en un movimiento de precesión. En 1800 los astrónomos observaron que esto se da a una velocidad diferente de lo previsto por la física newtoniana. Einstein demostró que la masa del Sol crea una curvatura en el espacio-tiempo que afecta a Mercurio lo suficiente como para explicar la diferencia, lo que le dio crédito a su teoría de la relatividad general.

La gravedad cuántica de Hajdukovic puede crear una discrepancia similar en los cuerpos que orbitan más distantes, dice él, justamente donde están Eris y su luna Dysnomia.

Más conocido por el hecho de privar a Plutón de su condición de planeta al demostrar que hay muchos cuerpos similares en órbita más allá de Neptuno, Eris se encuentra a gran distancia al Sol, donde los efectos de la relatividad general se vuelven insignificantes. La física newtoniana debe dominar allí, poniendo a Dysnomia en una tasa de precesión alrededor de Eris de 13 segundos de arco por siglo. Pero si existe la gravedad cuántica, la tasa debe ser de -190 segundos de arco por siglo,calcula Hajdukovic (Astrophysics and Space Science, doi.org/j6r).

Él piensa que las mediciones que se requieren se podrían hacer desde la Tierra, usando los observatorios existentes. «Einstein tuvo la suerte de que haya un planeta tan cerca del Sol como Mercurio», dice. «Mi teoría podría tener la suerte de que existen objetos transneptunianos que permiten pruebas astronómicas».

Gary Page, de la Universidad Longwood en Farmville, Virginia, ve con escepticismo que las pruebas con base en la Tierra puedan ser lo suficientemente sensibles como para recoger el efecto. Sin embargo, elogia a Hajdukovic por ir más allá de la línea. «Siempre es bueno cuando la gente está dispuesta a irse un poco por las ramas».

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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