El telescopio Herschel nos ofrece nueva imagen de la galaxia Andrómeda

La belleza de Andrómeda queda evidenciada claramente en esta nueva vista que nos regalan los instrumentos del telescopio Herschel de la ESA

El telescopio Herschel de la agencia espacial europea (ESA) nos muestra nuevas imágenes de nuestra vecina galaxia.

Lo que estamos viendo es la galaxia Andrómeda tomada por los instrumentos en la gama más lejana del espectro infrarrojo. Esto nos da la posibilidad de observar las nubes de polvo más frías de la espiral (que se encuentra a apenas unos pocos grados sobre el cero absoluto).

Las nubes de gas más caliente están representadas en la imagen con colores azulados, abarcando la mayor parte central de la galaxia, que es donde se encuentran las nuevas estrellas en formación. La parte más rojiza pertenece a un polvo con temperaturas menores, y está situada en la periferia.

Las imágenes de Andrómeda son siempre espectaculares, es la galaxia más cercana a nuestra Vía Láctea, es una galaxia espiral como la nuestra y además es el objeto visible a simple vista más alejado de la Tierra (está a una distancia de 2 millones de años luz, pero su gran tamaño nos permite observarla con el ojo desnudo).

La belleza de Andrómeda queda evidenciada claramente en esta nueva vista que nos regalan los instrumentos del telescopio Herschel de la ESA.

La galaxia de Andrómeda, también conocida como Messier 31, se encuentra a 2 millones de años luz de distancia, y es la galaxia de gran tamaño más cercana a la nuestra. Se estima que cuenta con hasta un billón (1012) de estrellas, mientras que la Vía Láctea contiene miles de millones. La evidencia reciente indicaría que la masa total de Andrómeda puede ser, en realidad, menor que la masa de la Vía Láctea, si se incluye la materia oscura.

Herschel, una misión de la Agencia Espacial Europea con importantes contribuciones de la NASA, ve la luz infrarroja de longitud de onda más larga de la galaxia, revelando sus anillos de polvo frío. Parte de este polvo es el más frío muy en la galaxia, sólo unas pocas decenas de grados por encima del cero absoluto.

Galaxias enanas alrededor de Andrómeda

Andrómeda, la galaxia gigante más cercana a nosotros, está rodeada por un disco que contiene a una multitud de pequeñas galaxias enanas. La estructura, extremadamente plana, fue descubierta por un adolescente de 15 años de edad, llamado Neil Ibata.

Desde los 6 años que Neil tiene predilección por los números y la física. Así fue que ahora resulta ser el primero en descubrir este disco que gira en torno a Andrómeda, la galaxia que en un futuro muy lejano impactará contra la nuestra.

El artículo, que fue publicado en la portada de la revista Nature y firmado en conjunto con su padre, Rodrigo Ibata, demuestra que estas galaxias enanas, trece en total, están «reunidas en un disco muy plano de más de un millón de años luz de diámetro, que gira lentamente alrededor de sí mismo».


La imagen muestra la posición de las galaxias enanas que rodean Andrómeda

Se cree que las galaxias que forman el disco son los restos que quedan de otras galaxias que fueron devoradas por una formación estelar más grande.

Ibata tuvo la pieza clave para hacer el descubrimiento, ya que luego de asistir a varias clases de Bachillerato en el Liceo Internacional Pontonniers, donde cursa primer año, Neil Ibata creó un programa informático en el cual, al ingresar los datos de investigaciones de su padre sobre la galaxia Andrómeda, logró el gran descubrimiento, el cual ayudará a entender la evolución de las galaxias.

Cuando se le preguntó sobre si quería ser astrofísico como su progenitor, el quinceañero contestó «me parece que es mejor no hacer lo mismo que hacen tus padres».

El extraño caso del agujero negro de Andrómeda

Una investigación revela que un agujero negro de la galaxia de Andrómeda emite, en ocasiones, más luminosidad de la esperada para su masa. El hallazgo le confiere características de una fuente de rayos X ultraluminosa.

Uno de los numerosos agujeros negros presentes en la vecina galaxia de Andrómeda ha puesto patas arriba los modelos de emisión de rayos X al descubrirse que la luminosidad que emite puede llegar a superar aquella que le correspondería en función de su masa.

Una investigación, en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha establecido la masa de este objeto en unas diez veces la del Sol.

No obstante, algunos de sus registros de luminosidad exceden los límites establecidos por la física. El hallazgo ha sido publicado el 12 de diciembre en la revista Nature.

Una serie de fórmulas matemáticas establece cuál debe ser la luminosidad máxima de un objeto cósmico en función de su masa (conocida como la luminosidad de Eddington).

Por encima de este límite, por ejemplo, una estrella normal se descompondría. Para un agujero negro de masa una decena de veces superior a la del Sol, esta cifra es de 1×1032 vatios, un millón de veces mayor que la luminosidad del Sol.

Fuentes de rayos X ultraluminosas

Algunas fuentes cósmicas de rayos X alejadas de los centros de las galaxias brillan con luminosidades que superan esta cifra, y por ello se denominan fuentes de rayos X ultraluminosas (ULX por sus siglas en inglés).

Tienen masas mayores que las de los agujeros negros normales pero menores que las de los agujeros negros supermasivos localizados en los centros de las galaxias.

La experta del Instituto de Ciencias del Espacio –centro del CSIC asociado al Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña- Margarita Hernanz, que ha colaborado en la investigación, explica: “Dentro de las ULX, el nivel de luminosidad de este agujero negro es de los menos intensos, de hecho, sólo supera el límite de 1×1032 vatios en algunas ocasiones”.

Este fenómeno se debe a la propia configuración del agujero negro, que pertenece a un sistema binario en el que él y su estrella acompañante orbitan mutuamente entre sí a gran velocidad. Durante este baile cósmico, parte de la materia de la estrella es atraída y absorbida por el agujero. Antes de ser engullida, esta materia crea un disco de acrecimiento alrededor del agujero negro y emite intensamente en rayos X.

Es en este momento cuando puede medirse la luminosidad del objeto y su masa, ya que, como comenta la investigadora del CSIC, “un agujero negro que no interactúa con ningún otro objeto no puede ser observado porque no emite luz”.

La luminosidad depende de la masa

La luminosidad de este fenómeno depende de la masa del agujero negro, ya que cuanto más masivo sea, más potente será su campo gravitatorio y más materia será capaz de absorber, lo que le conferirá una mayor luminosidad.

No obstante, resulta lógico pensar que estos parámetros no son estables, si no que varían con el tiempo y, a menor escala del agujero más rápida será la variación de los parámetros. Según Hernanz, “el objeto que comenzó siendo un ULX ha demostrado ser un microcuásar, un sistema binario que alberga un agujero negro de masa pequeña. Las observaciones en radio de los chorros relativistas de materia expulsada por los polos del agujero negro en rotación han ayudado a determinar su masa”.

Los resultados obtenidos por esta investigación abren una nueva ventana de comprensión de los agujeros negros y su evolución en el Universo. Para la investigadora, “comprender el comportamiento de los agujeros negros supone un gran reto, no obstante, las microescalas en las que se presentan los microcuásares hacen que su evolución sea mucho más rápida y les convierten en escenarios perfectos para entender la evolución de los cuásares —los mega agujeros negros ubicados en el centro de las galaxias— para comprender cómo se ha distribuido la masa y la energía en el Universo primitivo y cómo se han formado las galaxias que vemos hoy en día”.

Fuente: Varios medios. Aportado por Eduardo J. Carletti

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