Estrella de bosones ultralivianos: ¿El universo oscuro es el origen de las ondas gravitacionales?

Los científicos que trabajan en la frontera de la física de partículas proponen la existencia teórica de un exótico bosón ultraliviano con una masa miles de millones de veces menor que la del electrón. Están buscando un origen ‘más oscuro’ de las ondas en el espacio-tiempo, al mismo tiempo que prueban la existencia de una partícula de materia oscura. Las teorías sobre el origen de la materia oscura en el universo —uno de los mayores interrogantes de la ciencia— van desde sugerir que puede ser más antigua que el Big Bang hasta la existencia de partículas del tamaño de galaxias.


Más allá del modelo estándar

La cuestión de qué partículas componen la materia oscura —“oscura” en el sentido de que no emite radiación o apenas interactúa físicamente con nada, excepto a través de su atracción gravitacional— es crucial para la física de partículas moderna. Las observaciones indican que la materia oscura existe, pero aparentemente la constituye algo diferente a las partículas del modelo estándar.

En septiembre de 2020, el LVC, organismo conjunto de LIGO Scientific Collaboration y Virgo Collaboration, anunció la detección de la señal de onda gravitacional GW190521 proveniente de la fusión de dos agujeros negros de masa estelar con una masa de 85 y 66 masas solares. El resultado final de la fusión fue un agujero negro de masa intermedia con 142 masas solares. Las 9 masas solares restantes se irradiaron como energía en forma de ondas gravitacionales.

El descubrimiento fue de suma importancia porque estos agujeros negros de masa intermedia se habían considerado durante mucho tiempo el eslabón perdido entre los agujeros negros de masa estelar que se forman a partir del colapso de las estrellas y los agujeros negros supermasivos ocultos en el centro de casi todas las galaxias.

A pesar de su importancia, la observación de GW190521 plantea un enorme desafío para la comprensión actual de la evolución estelar, porque uno de los agujeros negros fusionados tiene un tamaño «prohibido». Específicamente, los modelos estándar de evolución estelar no pueden formar agujeros negros con 85 veces la masa del sol.

La alternativa de la estrella de bosones

La explicación alternativa, dice Nicolás Sanchis-Gual, investigador postdoctoral en la Universidad de Aveiro y en el Instituto Superior Técnico (Universidad de Lisboa), abre una nueva dirección para el estudio: una superficie ‘sin retorno’, u horizonte de eventos. Cuando chocan, forman una estrella de bosones que puede volverse inestable, colapsando eventualmente en un agujero negro y produciendo una señal consistente con lo que LVC observó el año pasado. A diferencia de las estrellas regulares, que están hechas de lo que comúnmente conocemos como materia, las https://en.wikipedia.org/wiki/Exotic_star#Boson_stars estrellas bosónicas están formadas por bosones ultralivianos. Estos bosones son uno de los candidatos más atractivos para constituir la materia oscura, que forma alrededor del 27% del Universo”.

¿Materia oscura ultraligera?

Un nuevo hallazgo implica la primera observación de estrellas bosónicas, así como de su bloque de construcción, una nueva partícula conocida como bosón ultraliviano (o ultraligero) que se ha propuesto como los constituyentes de lo que conocemos como materia oscura. Si se confirma con el análisis posterior de GW190521 y otras observaciones de ondas gravitacionales, el resultado proporcionaría la primera evidencia observacional para un candidato a ser la materia oscura largamente buscada. Los candidatos de materia oscura ultraligera tienen solo una pequeña fracción de la masa de un electrón, en contraste con la materia oscura fría más popular, que incluye varios candidatos con decenas a cientos de veces la masa de un protón.

Esto elimina que deba existir un «agujero negro prohibido»

El equipo comparó la señal GW190521 con las de simulaciones por computadora de fusiones de estrellas de bosones, y descubrió que en realidad explican los datos un poco mejor que el análisis realizado por LVC, explica el codirector del equipo Juan Calderón Bustillo, miembro de Marie Curie en el Instituto Gallego de Física de Alta Energía. «Primero, ya no estaríamos hablando de colisión de agujeros negros, lo que elimina el problema de tratar con un agujero negro prohibido. En segundo lugar, debido a que las fusiones de estrellas de bosones son mucho más débiles, inferimos una distancia mucho más cercana que la estimada por LVC. Esto conduce a una masa mucho mayor para el agujero negro final, de unas 250 masas solares, por lo que el hecho de que hayamos sido testigos de la formación de un agujero negro de masa intermedia sigue siendo cierto».

Aunque el análisis tiende a favorecer adrede la hipótesis de la fusión de los agujeros negros, dice el astrofísico Toni Font , de la Universidad de Valencia y uno de los coautores, «la fusión de estrellas de bosones es, en realidad, es un poco más ajustada a los datos, aunque en un sentido manera no es concluyente. A pesar de que el marco computacional de las simulaciones de estrellas de bosones actuales sigue siendo bastante limitado y está sujeto a importantes mejoras, el equipo seguirá desarrollando un modelo más evolucionado y estudiará observaciones de ondas gravitacionales similares bajo el supuesto de una fusión de estrellas de bosones».

El hallazgo no solo implica la primera observación de estrellas bosónicas, sino también de su bloque de construcción, una nueva partícula conocida como bosón ultraliviano, dice el coautor Carlos Herdeiro de la Universidad de Aveiro. «Estos bosones ultralivianos se han propuesto como constituyentes de lo que conocemos como materia oscura. Además, el equipo puede medir la masa de esta supuesta nueva partícula de materia oscura y se descarta un valor de cero con un alto nivel de confianza».

La última palabra, J. Antonio Font

«Los estudios de inferencia sobre GW190521 llevados a cabo por la Colaboración LIGO VIRGO KAGRA (LVK) reportaron una masa de agujero negro primario de alrededor de 85 millones de soles (Msol, Msun en inglés)», escribió Antonio Font en una respuesta por correo electrónico a The Daily Galaxy que le preguntaba cómo la observación de GW190521 plantea un desafío a la comprensión actual de la evolución estelar, y si ha confirmado el análisis posterior la existencia del bosón ultraliviano.

«Esta masa está dentro del rango de masas de una supernova de inestabilidad de [producción de] pares [electrón-positrón]», explicó Font, «un tramo de masas aproximadamente entre 50 Msol y 130 Msol, donde no se espera que se formen agujeros negros a partir del colapso gravitatorio de una estrella masiva al final de su evolución. Si bien la existencia de este tramo parece ser un resultado teórico sólido, se sabe que sus límites particulares se ven afectados por factores que no se comprenden muy bien, por ejemplo, la rotación de la estrella, incertidumbres sobre las tasas de reacciones nucleares o episodios de rápida acumulación en el nacimiento del agujero negro».

«Parece, aunque improbable», prosiguió Font, «que el límite inferior del tramo pueda ascender a un valor cercano a los 85 Msol. Como resultado, ha habido una serie de explicaciones alternativas para GW190521, incluidas capturas jerárquicas, fusiones altamente no cuasi circulares, sistemas de agujeros negros toroidales de alta masa, o incluso propuestas exóticas como fusiones de agujeros negros primordiales o colisiones de hipotéticas estrellas bosónicas, siendo esta última nuestra propia propuesta».

«Actualmente estamos reevaluando nuestro análisis con algunas de las observaciones más masivas reportadas en GWTC-3 (third Gravitational-Wave Transient Catalog, o Tercer Catálogo de Transitorios de Ondas Gravitacionales de LIGO), encontrando una buena concordancia con el valor de la masa del bosón ultraliviano que inferimos de la señal GW190521. Si bien esto respalda aún más nuestra afirmación de un conflicto entre dos modelos teóricos (colisiones de agujeros negros frente a colisiones de estrellas de bosones), de ninguna manera implica (y mucho menos confirma) la existencia de bosones ultralivianos. Un fuerte apoyo para su existencia podría provenir de la detección de ondas gravitacionales continuas de nubes de bosones alrededor de agujeros negros giratorios».

Si se confirma con el análisis posterior de GW190521 y otras observaciones de ondas gravitacionales, el resultado proporcionaría la primera evidencia observacional de un origen «más oscuro» de las ondas en el espacio-tiempo y probaría la existencia de una partícula de materia oscura. El evento G2190521 se detectó cerca del borde de nuestro universo observable a una distancia de 5,3 gigaparsecs (17 mil millones de años luz). Las fusiones más cercanas de agujeros negros que abarcan el límite de masa estelar / masa intermedia pueden ayudar a confirmar la naturaleza de estos esquivos objetos.
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Fuente: Physical Review Letters / Daily Galaxy

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Científicos observan misteriosa muerte de una estrella que emitió seis anillos

Los astrofísicos que estudian con un detalle sin precedentes una estrella gigante roja llamada V Hydrae, abreviada como V Hya, han sido testigos de la misteriosa agonía de la estrella.

Los investigadores de la UCLA y el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA descubrieron que la estrella rica en carbono ha expulsado seis anillos moleculares que se expanden lentamente y una estructura en forma de reloj de arena que expulsa materia al espacio a altas velocidades, lo que indica que la estrella está experimentando una rápida evolución a medida que termina su vida en un resplandor de gloria antes de cerrar su producción de energía.


«Esta es la primera y única vez que se ha visto una serie de anillos en expansión alrededor de una estrella que está en su agonía, una serie de ‘anillos de humo’ en expansión que, según hemos calculado, están siendo expulsados cada pocos cientos de años», dijo. Mark Morris, profesor de física y astronomía de UCLA y coautor del estudio.

Los resultados del estudio, que se llevó a cabo utilizando el Atacama Millimeter Submillimeter Array, conocido como ALMA, y datos del Telescopio Espacial Hubble, se publican el 28 de marzo en el Astrophysical Journal.

Más del 90% de las estrellas con una masa igual o mayor que la masa del sol evolucionan hacia lo que los científicos llaman estrellas de rama gigante asintóticas, o estrellas AGB (del inglés Asymptotic Giant Branch; RAG: Rama Asintótica Gigante en español), de las cuales V Hya es un ejemplo. La estrella se encuentra aproximadamente a 1.300 años luz de la Tierra en la constelación de Hidra.

Entre estos millones de estrellas, V Hya ha sido de particular interés para los astrónomos debido a sus comportamientos y características únicos, incluidas las erupciones de plasma extremadamente grandes que ocurren aproximadamente cada ocho años y la presencia de una estrella compañera casi invisible que contribuye a la explosiva conducta de V Hya.

«Hemos capturado a esta estrella moribunda en el proceso de deshacerse de su atmósfera, en última instancia, la mayor parte de su masa, que es algo que hacen la mayoría de las estrellas gigantes rojas en etapa tardía», dijo Morris. «Pero para nuestra sorpresa, hemos encontrado que la materia en este caso está siendo expulsada como una serie de anillos».

Morris dijo que el equipo también observó explosiones de gas de alta velocidad, perpendiculares a esos anillos, que fueron expulsadas en dos direcciones opuestas. Agregó que se desconoce el mecanismo que produce los anillos y requerirá más investigación.

«Sospechamos que podría estar relacionado con la presencia de estrellas compañeras en órbita, pero es difícil de explicar dado el intervalo de unos cientos de años entre las eyecciones de anillos», dijo Morris. «Esta estrella está proporcionando una nueva y fascinante duda a nuestra comprensión de cómo las estrellas terminan sus vidas».

Raghvendra Sahai, astrónomo del JPL y autor principal del estudio, dijo que la investigación indica que las suposiciones anteriores sobre la muerte de estrellas pueden estar equivocadas.

«Nuestro estudio revela dramáticamente que el modelo tradicional de cómo mueren las estrellas AGB, por medio de la eyección masiva de combustible a través de un viento esférico lento y relativamente constante durante 100.000 años o más, es en el mejor de los casos incompleto o, en el peor, incorrecto», dijo.

Los seis anillos que se han expandido hacia el exterior desde V Hya en el transcurso de aproximadamente 2100 años han formado una estructura deformada similar a un disco, creando una región rica en polvo alrededor de la estrella, informan los investigadores. El equipo denominó a la estructura DUDE (Disk Undergoing Dynamical Expansion), por Disco en Expansión Dinámica.

«V Hya se encuentra en la breve pero crítica fase de transición por la que pasan las estrellas moribundas al final de sus vidas», dijo Sahai. «Es la fase en la que pierden la mayor parte de su masa. Es probable que esta fase no dure mucho, por lo que es difícil atraparla en el acto. Tuvimos suerte con V Hya y pudimos obtener imágenes de todos los diferentes actividades que se llevan a cabo dentro y alrededor de esta estrella para comprender mejor cómo las estrellas moribundas pierden masa al final de sus vidas».

El acto final de V Hya también produjo una estructura con forma de reloj de arena centrada en la estrella y orientada perpendicularmente al disco. Los dos lóbulos del reloj de arena han sido formados por un viento rápido y dirigido que sopla en dos direcciones opuestas a velocidades de hasta 800.000 km por hora.

Debido a las grandes cantidades de polvo que rodean a la estrella, estudiar V Hya requería un instrumento único, con el poder de ver claramente materia fría que es imposible de detectar con telescopios ópticos. Los receptores de ALMA son excepcionalmente sensibles a longitudes de onda de radio muy cortas de aproximadamente 1 milímetro, lo que reveló los múltiples anillos de la estrella y las salidas de gas molecular con una claridad absoluta.

Los investigadores utilizaron datos infrarrojos, ópticos y ultravioleta adicionales para producir una imagen notable de un espectáculo impresionante en nuestra galaxia, gran parte del cual fue inesperado, dijo Morris.

Cada vez que observamos a V Hya, se vuelve más y más como una pista de circo, con cada nueva etapa evolutiva caracterizada por una variedad aún mayor de hazañas impresionantes», dijo Sahai. V Hydrae nos ha impresionado con sus múltiples anillos y ranuras; y debido a que nuestro propio sol algún día puede experimentar un destino similar, nos tiene absortos».

La investigación fue financiada en parte por la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU (en inglés, National Science Foundation) y la NASA.
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Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad de California-Los Ángeles

Referencia de la publicación:
1. R. Sahai, PS. Huang, S. Scibelli, MR Morris, K. Hinkle, CF. Sotavento. The Rapidly Evolving AGB Star, V Hya: ALMA finds a Multi-Ring Circus with High-Velocity Outflows. arXiv.org (Aceptado para ApJ) , 2022; DOI: https://doi.org/10.48550/arXiv.2202.09335
Fuente:
Universidad de California, Los Angeles. ScienceDaily, 28 de marzo de 2022. [ www.sciencedaily.com ]

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Los efectos de las antiguas emisiones de carbono sugieren posibles escenarios para el clima futuro

Una liberación masiva de gases de efecto invernadero, probablemente provocada por la actividad volcánica, provocó un período de calentamiento global extremo conocido como Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM) hace unos 56 millones de años. Un nuevo estudio ahora confirma que ese PETM fue precedido por un episodio más pequeño de calentamiento y acidificación de los océanos causado por un crecimiento explosivo más breve de emisiones de carbono.

Estos hallazgos, publicados el 16 de marzo en Science Advances, indican que la cantidad de carbono liberado a la atmósfera durante este evento previo fue aproximadamente igual a las emisiones de carbono acumuladas en la actualidad por la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas. Como resultado, el evento previo de corta duración representa lo que podría suceder si se pueden detener rápidamente las emisiones actuales, mientras que el calentamiento global mucho más extremo del PETM muestra las consecuencias de continuar liberando carbono a la atmósfera al ritmo actual.


«Fue un eructo de carbono de corta duración equivalente a lo que ya hemos liberado por emisiones antropogénicas», dijo el coautor James Zachos, profesor de ciencias planetarias y de la Tierra y presidente de Ida Benson Lynn de Ocean Health en UC Santa Cruz. «Si eliminásemos las emisiones hoy, ese carbono eventualmente se disolvería en las profundidades del mar, y su señal desaparecería, porque el reservorio de aguas profundas es muy grande».

Este proceso tomaría cientos de años, mucho tiempo para los estándares humanos, pero corto en comparación con las decenas de miles de años que le tomó al sistema climático de la Tierra recuperarse del PETM más extremo.

Los nuevos hallazgos se basan en un análisis de sedimentos marinos que se depositaron en aguas poco profundas a lo largo de la costa atlántica de los EE.UU. y que ahora forman parte de la llanura costera del Atlántico. En el momento del PETM, los niveles del mar eran más altos y gran parte de los estados de Maryland, Delawarey Nueva Jersey estaban bajo el agua. El Servicio Geológico de EE.UU. (USGS) ha perforado núcleos de sedimentos de esta región, los que los investigadores utilizaron para el estudio.

El PETM está marcado en los sedimentos marinos por un cambio importante en la composición de isótopos de carbono, y otra evidencia de cambios dramáticos en la química del océano como resultado de que el océano absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera. Los sedimentos marinos contienen las conchas microscópicas de diminutas criaturas marinas llamadas foraminíferos, que vivían en las aguas superficiales del océano. La composición química de estas conchas registra las condiciones ambientales en las que se formaron y revela evidencia de temperaturas más cálidas del agua superficial y acidificación del océano.

El autor principal, Tali Babila, comenzó el estudio como becario postdoctoral trabajando con Zachos en UC Santa Cruz y ahora está en la Universidad de Southampton, Reino Unido. Los nuevos métodos analíticos que desarrollaron en Southampton permitieron a los investigadores analizar la composición de isótopos de boro de foraminíferos individuales para reconstruir en una imagen detallada el récord de acidificación de los océanos. Esto fue parte de un conjunto de análisis geoquímicos que utilizaron para reconstruir los cambios ambientales durante el evento previo y el PETM principal.

«Antes se necesitaban miles de caparazones fósiles de foraminíferos para la medición de isótopos de boro. Ahora podemos analizar un solo caparazón, que es solo del tamaño de un grano de arena», dijo Babila.

La evidencia de un evento de calentamiento previo se había identificado antes en los sedimentos de la sección continental en la cuenca Big Horn en Wyoming, y en algunos otros sitios. Sin embargo, no estaba claro si se trataba de una señal global, ya que no se encontraba en los núcleos de sedimentos de aguas profundas. Zachos dijo que esto tiene sentido porque las tasas de sedimentación en las profundidades del océano son lentas y la señal de un evento de corta duración se perdería debido a la mezcla de sedimentos por la vida marina que habita en el fondo.

«La mejor esperanza de ver la señal sería en cuencas marinas poco profundas, donde las tasas de sedimentación son más altas», dijo. «El problema allí es que la deposición es episódica y la erosión es más probable. Por lo tanto, no hay una alta probabilidad de capturarla».

El USGS y otros han perforado numerosos núcleos de sedimentos (secciones) a lo largo de la llanura costera del Atlántico. Los investigadores encontraron que el PETM está presente en todas esas secciones, y varias también capturan el evento previo. Dos secciones de Maryland (en South Dover Bridge y Cambridge-Dover Airport) son el foco del nuevo estudio.
«Aquí tenemos la señal completa, y otro par de lugares capturan parte de ella. Creemos que es el mismo evento que encontraron en la cuenca de Bighorn», dijo Zachos.

Basándose en sus análisis, el equipo concluyó que la señal previa en las secciones de Maryland representa un evento global que probablemente duró algunos siglos, o posiblemente varios milenios, como máximo.

Los dos picos de carbono, el previo de corta duración, y las emisiones de carbono mucho más grandes y prolongadas que impulsaron el PETM, llevaron a mecanismos y escalas de tiempo profundamente diferentes para la recuperación del ciclo del carbono y el sistema climático de la Tierra. El carbono absorbido por las aguas superficiales durante el evento previo se mezcló con las profundidades del océano en aproximadamente mil años. Sin embargo, las emisiones de carbono durante el PETM excedieron la capacidad de amortiguación del océano, y la eliminación del exceso de carbono dependió de procesos mucho más lentos, como la erosión de las rocas de silicato durante decenas de miles de años.

Zachos señaló que existen diferencias importantes entre el sistema climático de la Tierra actual y el que había durante el Paleoceno, en particular la presencia de capas de hielo polares en la actualidad, que aumentan la sensibilidad del clima al calor del efecto invernadero.
Además de Babila y Zachos, los coautores del artículo son Gavin Foster y Christopher Standish de la Universidad de Southampton; Donald Penman en la Universidad Estatal de Utah; Monika Doubrawa, Robert Speijer y Peter Stassen en KU Leuven, Bélgica; Timothy Bralower en la Universidad Estatal de Pensilvania; y Marci Robinson y Jean Self-Trail en el USGS. Este trabajo fue financiado en parte por la Fundación Nacional de Ciencias.

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Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad de California-Santa Cruz. Original escrito por Tim Stephens. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.
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Referencia de la publicación:
Tali L. Babila, Donald E. Penman, Christopher D. Standish, Monika Doubrawa, Timothy J. Bralower, Marci M. Robinson, Jean M. Self-Trail, Robert P. Speijer, Peter Stassen, Gavin L. Foster, James C .Zachos. Surface ocean warming and acidification driven by rapid carbon release precedes Paleocene-Eocene Thermal Maximum. Science Advances, 2022; 8 (11) DOI: 10.1126/sciadv.abg1025

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