El robot Curiosity rompe una roca y revela un interior intensamente blanco

Una roca quebrada bajo las ruedas del rover Curiosity en Marte ha deslumbrado a los científicos de la misión en más de un sentido

Comúnmente lo denominamos el «planeta rojo», pero no todo en él es de ese color. El robot Curiosity de la NASA, que se encuentra analizando la superficie de Marte, ha descubierto una roca de un brillante color blanco, una prueba más de que el planeta alguna vez tuvo agua. Este color indica la presencia de minerales hidratados, es decir, formados tras unirse agua a la materia cristalina del mineral.

La roca, denominada Tintina, fue descubierta en el cráter Gale, donde la semana pasada se encontraron restos de nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo y carbono en una roca, elementos esenciales para la vida. Y donde se descubrieron rocas arcillosas, formadas o alteradas por el agua.

El cráter, según el científico de la NASA John Grotzinger, es el primer entorno verdaderamente habitable que se ha encontrado en el planeta. «Es la primera vez que hemos podido demostrar, gracias a diferentes mediciones, que el cráter Gale fue un ambiente viable para la vida, y habitable», comentó.

La roca era resultó tan brillante que la primera vez que el Curiosity la detectó, su cámara saturó el video. «No sabíamos que iba a ser tan brillante. Es una de las cosas más brillantes y blancas que hemos visto con la Mastcam [la cámara del Curiosity] en el cráter de Gale», afirma Melissa Rice, del Instituto de Tecnología de California.

Gracias al filtro de la Mastcam, y un instrumento que detecta las trazas de hidrógeno mediante infrarrojos, los investigadores han descubierto más rocas hidratadas en zonas que el Curiosity ya ha visitado previamente. «Lo que la Mastcam ha descubierto es agua ligada a la estructura mineral de estas rocas, proveniente de una era húmeda. Además, hemos observado pequeñas vetas brillantes que atraviesan muchas rocas del área». Estas «venas» atraviesan las rocas, y se cree que han de ser pruebas de restos de sulfato cálcico (yeso).

Se cree que estas rocas con hidratos pertenecieron a un lago que atravesaba el cráter y que erosionó la región. Las rocas fueron arrastradas por grandes corrientes de agua que se formaron por el deshielo de nieve. Se cree, incluso, que en el valle Reull Vallis existen aún restos de ese hielo, después de que se descubrieran restos de corrientes de agua de hasta 7 km de ancho y 300 kilómetros de profundidad, según estiman los científicos.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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