La luna más grande del Sistema Solar de cerca: ¿un lugar habitable con un océano subterráneo?

Utlizando imágenes de la misión Voyager de la NASA (1979) y la misión orbital Galileo (1995), los investigadores han creado el primer mapa geológico global de Ganímedes, la luna más grande de Júpiter, la más grande del Sistema Solar, y la única luna que posee su propio campo magnético

Con su terreno variado y un posible océano subterráneo, Ganímedes se considera un objetivo primordial en la búsqueda de ambientes habitables en el Sistema Solar, y los investigadores esperan que este nuevo mapa sea de ayuda en las futuras exploraciones. La terminación de este trabajo, dirigido por Geoffrey Collins, Ph.D. graduado de Brown ahora profesor en la Universidad de Wheaton en Massachusetts, llevó años. El mapa fue publicado ayer por el Servicio Geológico de EE.UU.

Los investigadores combinaron las imágenes de la nave espacial Voyager y Galileo para componer el mapa. La Voyager fue la primera misión en volar a través del sistema de satélites de Júpiter y pasó por encima de la superficie helada de Ganímedes en 1979. Esas primeras imágenes revelaron una superficie compleja, segmentada y fracturada en franjas oscuras y claras de terreno. En 1995, la nave espacial Galileo fue colocada en órbita alrededor de Júpiter y comenzó a devolver imágenes de alta resolución de la superficie que ayudan a entender muchas de las características que se observan en las de baja resolución de la Voyager.

Jim Head era co-investigador en el experimento Solid State Imaging (SSI) de Galileo. En ese rol, él y su equipo fueron responsables de la planificación de las secuencias de imágenes para Ganímedes con el fin de identificar e investigar los objetivos científicos de más alta prioridad. El equipo ha trabajado durante varios años para obtener los datos necesarios para hacer el mapa global.

«Este fue un momento increíble», dijo Jim Head, profesor distinguido de Ciencias Geológicas en la Universidad Brown y uno de los co-autores del mapa. «El graduado en Brown y los estudiantes trabajaron hombro a hombro en el Laboratorio de Geociencias Planetarias en el Edificio del Campo Lincoln, estudiando las imágenes recién adquiridas y eligiendo los nuevos sitios de interés científico. Hubo descubrimientos todos los días y la adrenalina fue aflojando a medida que nos apresurábamos a unir nuestros pensamientos y planes, revisarlos con el Equipo de SSI, y conseguir subidos a la nave espacial a tiempo para el próximo encuentro».

Fuente: Daily Galaxy. Aportado por Eduardo J. Carletti

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