El ADN revela que la Humanidad tiene más madres que padres

Las madres superaron a los padres a lo largo de gran parte de la historia humana. Lo demuestra un nuevo análisis de ADN de personas de todo el mundo

Los hallazgos genéticos ofrecer evidencia de la poligamia, o sea cuando un hombre tiene muchas esposas y otras costumbres reproductivas, mientras las personas emigraban desde África.

«[Históricamente] había más mujeres involucradas en la reproducción que hombres», le dijo a Live Science en un correo electrónico el investigador de este estudio Mark Stoneking, profesor de antropología biológica en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. «Esto sucedió a menudo en las sociedades humanas, porque no todos los hombres eran capaces de mantener esposas o, a veces, algunos hombres tienen muchas mujeres.»

Estas prácticas dieron lugar a que las mujeres produjeran una contribución genética más amplia a la población mundial que lo que han aportado los hombres, encontraron los investigadores.

Stoneking y sus colegas utilizaron un nuevo método para examinar la variación genética en el cromosoma Y masculino. Al mirar a una parte del cromosoma Y, encontraron todas las variantes genéticas, o pequeñas diferencias en el orden de las «letras» del ADN dentro de esa región.

Estudios anteriores sólo habían observado algunas de las variantes, dando lugar a datos poco fiables, ya que «sólo se registraron las variantes genéticas que ya conocemos, y nonuevas variantes genéticas», dijo Stoneking.

Él y sus colegas pusieron su nueva técnica a trabajar con muestras de ADN de 623 hombres de 51 poblaciones de todo el mundo, incluyendo Australia, Europa, y poblaciones americanas. El nuevo método les permitió tomar muestras de ADN de cada macho y comparar el cromosoma Y heredado del padre (NRY), que se pasa de padre a hijo, con el ADN mitocondrial (ADNmt), que las madres pasan a sus hijos, dijo Stoneking.

Es probable que muchas mujeres viajaron para sus matrimonios, dejando sus lugares de origen para irse a vivir con sus maridos, mostró el análisis genético. De modo que las hembras migraron más que los hombres, difundiendo su ADN mitocondrial femenino en mayor cantidad y extensión, reduciendo la variabilidad genética entre poblaciones. Los hombres, por el contrario, tendieron a quedarse, lo que dio lugar a hijos que tienen genes distintos en cada población.

«Encontramos que las diferencias genéticas entre las poblaciones son, de hecho, más grandes para el NRY [masculino] que para el ADNmt [femenino], pero no tan amplias como han encontrado con anterioridad algunos estudios, por lo que los métodos utilizados tienen impacto en los resultados», dijo Stoneking.

A escala regional, las muestras de ADN mostraron una historia detallada. Por ejemplo, la gente en el Este de Asia y Europa tienen diferencias genéticas más grandes en el ADN paternal que en el materno, lo que sugiere un alto nivel de migración femenina. Por el contrario, las poblaciones de África, Oceanía y las Américas tienen diferencias más grandes en el ADN materno que en el ADN paterno.

Tal vez menos hombres que mujeres que se reprodujeron entre los primeros colonos de Estados Unidos, dijeron los investigadores cuando vieron la gran cantidad de diversidad de ADN mitocondrial.

El equipo también estimó la proporción de hombres y mujeres que se reprodujeron en la población histórica. Después de todo, algunos hombres y mujeres no tienen hijos sobrevivientes que puedan pasar sus genes.

Durante gran parte de la historia humana, encontraron, se reprodujo una mayor proporción de mujeres en la población en relación con los hombres. Esto significa «que a pesar de que puede haber un número igual de hombres y mujeres en una población, una mayor proporción de mujeres que de hombres se están reproduciendo», dijo Stoneking.

 

 

La nueva técnica, de más precisión, puede ayudar a los investigadores a estudiar otros aspectos de la genética de poblaciones humanas y adquirir más conocimientos sobre la historia de las madres y los padres de la humanidad, dijo.

El estudio fue publicado en línea el 23 de septiembre en la revista Investigative Genetics.

Fuente: Mashable. Aportado por Eduardo J. Carletti

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