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Confirman la existencia de un nuevo continente conocido como Zealandia

Oculto casi totalmente bajo las aguas del Océano Pacífico, el mundo ha tardado en tener constancia de Zealandia. Y Zealandia es, según un grupo de investigadores, un nuevo continente a sumar a la lista de los que todos aprendimos en el colegio

Se creía que era un conjunto de islas, pero nuevos estudios revelan que se trata de una masa única de tierra parcialmente oculta por las aguas del Pacífico. Hablando geológicamente, en la Tierra se distinguen seis continentes: África, Australia, Antártida, América del Norte, América del Sur y Eurasia.

A estos habría que añadir Zealandia, que con un tamaño similar a la India sería el más pequeño de todos .

El nombre ‘Zealandia’ surgió por primera vez en 1995. Lo acuñó el investigador Bruce Luyendyk para nombrar a la cadena de islas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, un archipiélago situado en la Melanesia que a nivel político tiene el estatus de ‘colectividad sui géneris’ dependiente de Francia.

Se creía que era una cadena de islas que quedó al sumergirse un trozo de placa que se habría separado de Australia hace 80 millones de años. Pero parece que las aguas nos habían escondido la realidad.





Según un nuevo estudio publicado en GSA Today, Zealandia tiene categoría de continente. La idea venía flotando en el ámbito científico desde mediados de la pasada década, pero hasta ahora no se habían hallado evidencias geológicas suficientes que sostuvieran la teoría.

Ahora, tras valerse de muestras de rocas y nuevos mapas de elevación y gravedad basados en imágenes de satélites, un grupo internacional de geólogos ha concluido que Zealandia no son islas separadas, sino una masa unificada.

«Si la elevación de la superficie sólida de la Tierra hubiera sido mapeada de la misma manera que las de Marte y Venus —que carecen de océanos líquidos opacos—, Zealandia habría sido identificada como uno de los continentes de la Tierra mucho antes», escriben en su estudio .

Del séptimo continente solo es visible un 5% de su terreno, el resto está sumergido bajo las aguas. Abarca un total de 4,9 millones de kilómetros cuadrados.

Zealandia está separada de Australia por 25 kilómetros de océano. Las muestras de rocas confirman que es una misma corteza continental escindida de la antigua Gondwana.

La extensión se encuentra encima de dos placas tectónicas diferentes —la australiana y la pacífica— que se han encargado de adelgazar, estirar y finalmente sumergir al continente casi en su totalidad. La interacción de ambas placas también se traduce en que es una zona volcánicamente muy activa, con muchos géiseres y aguas termales en diferentes puntos.

Si se reconociese oficialmente a Zealandia como nuevo continente podría haber implicaciones económicas. Se trata de una zona rica en depósitos minerales y combustibles, la mayoría de los cuales son explotados en la actualidad por Nueva Zelanda. Si las fronteras políticas se ampliaran para reflejar la nueva realidad geológica de Zealandia como un terreno unificado, el país podría encontrarse con decenas de miles de millones de dólares en nuevos recursos para explotar.

Fuente: Bussines Insider y GSA Today. Aportado por Eduardo J. Carletti

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"Viento de la Tierra" baña la Luna con oxígeno

Los hallazgos aportan pruebas sustanciales a la teoría de que los vientos solares pueden transportar partículas de orígenes terrestres hasta la superficie lunar

Para estudiar la historia antigua de la Tierra, debemos observar a la Luna.

Un nuevo estudio de investigadores japoneses revela que durante los últimos 2.400 millones de años la Luna ha sido bañada en un flujo de partículas de oxígeno despojado de la atmósfera de la Tierra. Por medio de la combinación de mediciones tomadas con el orbitador lunar Kaguya y los estudios de las rocas lunares, los investigadores demuestran que la Tierra contribuye a su propio «aroma» único de elementos a la superficie de la Luna. Los hallazgos aportan pruebas sustanciales a la teoría de que los vientos solares pueden transportar partículas de orígenes terrestres hasta la superficie lunar.


Una ilustración del campo magnético de la Tierra y de la lámina del plasma creada por el viento solar que se extiende lejos detrás de nosotros. (Crédito: Osaka Univ./NASA)

La Tierra es constantemente bombardeada por una corriente de partículas cargadas que emanan del Sol, a lo que se le llama Viento Solar, que es responsable de las auroras. El campo magnético de la Tierra proporciona una burbuja de protección contra estas partículas cargadas al desviarlas alrededor del planeta. Cuando la Tierra pasa entre el Sol y la Luna, la Luna es brevemente protegida del viento solar. Durante este tiempo, las partículas arrancadas de las capas superiores de la atmósfera terrestre pueden aterrizar en la Luna, y son depositadas en la capa más alta del suelo lunar. A lo largo de millones de años, estas partículas vendrían a representar una línea de tiempo de la atmósfera del planeta que los investigadores podrían ser capaces de leer.





En estudios anteriores de las rocas lunares se han encontrado trazas de nitrógeno, oxígeno y gases nobles con composiciones isotópicas que coinciden con las encontradas en la Tierra; sin embargo, no estaba claro si habían llegado desde la Tierra. Para demostrar que la responsable era la deposición solar asistida por viento, los investigadores utilizaron instrumentos a bordo de Kaguya para identificar las partículas que pasaron durante esa breve ventana, cuando la Luna se esconde detrás de la Tierra, protegida del viento solar. Los iones de oxígeno que pasaban en ese momento parecían completamente diferentes de los que venían del Sol, y, dado que la Tierra estaba en el camino, esto indicaba que venían de nuestro mundo. Publicaron sus hallazgos el lunes en Nature Astronomy .

La composición del oxígeno de la Tierra es única porque es resultado de procesos biológicos que no tienen correlato conocidos en ningún otro lugar del universo. Si las moléculas de oxígeno lunar no pueden haber llegado de otra parte, deberíamos ser capaces de usarlas para excavar en la Luna y mirar hacia atrás a través de la historia de la atmósfera de la Tierra, hasta el momento en que el oxígeno apareció por primera vez hace 2.400 millones de años. Potencialmente, esto podría darnos una idea sobre el progreso de la vida biológica a medida que evolucionó y se extendió por todo el planeta.

Están previstos otros experimentos en la composición del suelo lunar para dilucidar exactamente qué elementos provienen de la Tierra. Debido a que la luna flota en nuestra estela protectora sólo durante cinco días de cada órbita, es probable que las contribuciones de la atmósfera de la Tierra sean enmascaradas por las partículas que emanan del Sol. Si podemos diferenciar con éxito lo terrestre y lo solar, los científicos pueden tener la recompensa de obtener un vistazo a la atmósfera de una Tierra muy diferente de la que habitamos hoy.

Fuente: Discovery Magazine. Aportado por Eduardo J. Carletti

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NASA y NOAA muestran datos: 2016 fue el año más caliente en el registro mundial

Las temperaturas de la superficie de la Tierra en 2016 fueron las más cálidas desde que se iniciaron los registros en 1880, según análisis independientes de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Las temperaturas promediadas a nivel mundial en 2016 fueron 0,99 grados centígrados (1,78 grados Fahrenheit) más cálidas que la media del siglo XX. Esto hace que 2016 sea el tercer año consecutivo que establece un nuevo récord de temperaturas de superficie promedio a nivel mundial.







Las temperaturas de 2016 continúan una tendencia de calentamiento a largo plazo, según análisis de científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA (GISS) en Nueva York. Los científicos de la NOAA coinciden confirmando que 2016 fue el año más cálido registrado, en base a análisis separados e independientes de los datos.


La tendencia de calentamiento a largo plazo del planeta se ve en este gráfico del ciclo anual de temperatura
de cada año desde 1880 hasta el presente, en comparación con la temperatura promedio de 1880 a 2015.
Los años calientes registrados se enumeran en la columna de la derecha.
Crédito: NASA / Joshua Stevens, Observatorio de la Tierra

Debido a que las ubicaciones de las estaciones meteorológicas y las prácticas de medición cambian con el tiempo, existen incertidumbres en la interpretación de las diferencias específicas de la temperatura media global de un año a otro. Sin embargo, incluso teniendo esto en cuenta, la NASA estima que 2016 fue el año más caliente con más del 95 por ciento de certeza.

«2016 es, notablemente, el tercer año récord consecutivo en esta serie», dijo el director de GISS, Gavin Schmidt. «No esperamos que cada año sea récord, pero la tendencia de calentamiento a largo plazo es clara».

La temperatura media de la superficie del planeta ha aumentado aproximadamente 1,8 grados centígrados desde finales del siglo XIX, un cambio impulsado en gran parte por el aumento del dióxido de carbono y otras emisiones humanas en la atmósfera.

La mayor parte del calentamiento ocurrió en los últimos 35 años, con 16 de los 17 años más calurosos registrados desde 2001. No sólo fue 2016 el año más cálido registrado, sino ocho de los 12 meses que componen el año —de enero a septiembre, con la excepción de junio— fueron los más calurosos registrados en los respectivos meses. Octubre, noviembre y diciembre de 2016 fueron los segundos más calurosos de esos meses en los registros; en los tres casos, quedando detrás de los registros establecidos en 2015.

Fenómenos como El Niño o La Niña, que calientan o enfrian el océano Pacífico tropical superior y causan variaciones correspondientes en el viento y los patrones climáticos globales, contribuyen a las variaciones a corto plazo en la temperatura media global. Los científicos estiman que el impacto directo del calentamiento natural de El Niño en el Pacífico tropical aumentó la anomalía anual de la temperatura global para 2016 en 0,2 grados centígrados.

La dinámica meteorológica a menudo afecta a las temperaturas regionales, por lo que no todas las regiones de la Tierra experimentaron temperaturas récord el año pasado. Por ejemplo, tanto la NASA como la NOAA encontraron que la temperatura media anual de 2016 para los 48 Estados Unidos contiguos era la segunda más cálida que se ha registrado. En contraste, el Ártico experimentó su año más cálido de la historia, consistente con el nivel bajo de hielo marino encontrado en esa región durante la mayor parte del año.

Los análisis de la NASA incorporan mediciones de temperatura de superficie de 6.300 estaciones meteorológicas, observaciones de temperatura de la superficie del mar basadas en buques y boyas, y mediciones de temperatura de estaciones de investigación antárticas. Estas medidas en bruto se analizan utilizando un algoritmo que considera el espaciamiento variado de las estaciones de temperatura en todo el mundo y los efectos de la calefacción urbana, que podrían sesgar las conclusiones. El resultado de estos cálculos es una estimación de la diferencia de temperatura media global de un período de referencia de 1951 a 1980.

Los científicos de la NOAA utilizaron gran parte de los mismos datos crudos de temperatura, pero con un período de referencia diferente, y diferentes métodos para analizar las regiones polares y las temperaturas globales de la Tierra.

El GISS es un laboratorio dentro de la División de Ciencias de la Tierra del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. El laboratorio está afiliado con el Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas en Nueva York.

La NASA monitorea los signos vitales de la Tierra desde tierra, aire y espacio con una flota de satélites, así como campañas de observación aéreas y terrestres. La agencia desarrolla nuevas formas de observar y estudiar los sistemas naturales interconectados de la Tierra con registros de datos a largo plazo y herramientas de análisis por computadora para ver mejor cómo nuestro planeta está cambiando. La NASA comparte este conocimiento único con la comunidad global y trabaja con instituciones en los Estados Unidos y en todo el mundo que contribuyen a la comprensión y protección de nuestro planeta natal.

El conjunto completo de datos de temperatura superficial de 2016 y la metodología completa utilizada para realizar el cálculo de temperatura están disponibles AQUÍ.

NASA. «2016 warmest year on record globally, NASA and NOAA data show: Third record-breaking year in a row for average surface temperatures».

Fuente: Science Daily. Aportado por Eduardo J. Carletti

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