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La tecnología se acerca a las memorias en base a fotones individuales

Se ha creado por primera vez una memoria óptica —un componente clave para las computadoras cuánticas— dentro de una fibra óptica de núcleo hueco y se ha demostrado que funcionan a nivel de una sola partícula de luz (fotón)

Los bloques de construcción básicos para computadoras cuánticas mejoradas y sensores son los fotones individuales. Desafortunadamente, crear tan sólo un fotón es excepcionalmente difícil, la mayoría de las fuentes de fotones individuales funcionan exitosamente sólo en raras ocasiones y a intervalos aleatorios. Como resultado, la creación de muchos fotones individuales al mismo instante se vuelve extremadamente improbable, lo cual es un gran inconveniente para cualquier persona con esperanzas de utilizar fotones individuales para realizar cálculos.

En teoría, una memoria óptica podría almacenar fotones individuales generados por fuentes individuales, en un breve efecto de ‘caché’, de modo que se podrían producir muchos fotones individuales sincronizados a la vez. Estos fotones sincronizados se podrían utilizar para realizar cálculos muchas veces más rápido que los ordenadores convencionales.

Ahora un equipo internacional dirigido por científicos de la Universidad de Oxford ha demostrado, en un nuevo experimento, que se pueden almacenar pulsos de luz y recuperarlos a temperatura ambiente utilizando átomos de cesio confinados en el centro de una fibra óptica de núcleo hueco especialmente diseñada.

Un informe de esta investigación se publica en la revista Nature Photonics.

«A diferencia de la fibra estándar hecha con un núcleo de vidrio que corre enterrada bajo su calle para llevar a su casa la banda ancha, estas fibras pueden guiar la luz por un núcleo vacío que puede ser cargado con átomos para mejorar su interacción con los pulsos ópticos», dice Michael Sprague del Departamento de Física de la Universidad de Oxford, autor principal del informe.

 

 

«A medida que la luz y los átomos son confinados a un área pequeña dentro de la fibra, la cantidad de energía necesaria para hacer funcionar la memoria se reduce en un factor de 200. Demostramos que podíamos guardar la luz con un nivel de ruido mucho menor que la de un solo fotón, lo que apunta a la promesa de una memoria para almacenar impulsos de luz con interesantes propiedades cuánticas», añade.

Mientras las fibras a base de cesio no son compatibles con las fibras ópticas estándar utilizadas en las telecomunicaciones, sería factible empalmar una memoria óptica de fibra hueca en una red óptica convencional. Por el momento, la duración de la memoria óptica experimental es de 30 nanosegundos, pero el equipo considera que debería ser posible aumentar esta cifra a 100 nanosegundos; no muy largo para algunas aplicaciones, pero lo suficiente como para crear grupos sincronizados de fotones individuales.

‘Hasta ahora nadie ha logrado alcanzar el hito de almacenar un verdadero fotón único en una memoria a temperatura ambiente, pero nuestro trabajo muestra que las memorias que pueden obtener decenas de fotones individuales sincronizados trabajando juntos pueden estar a sólo unos pocos años de distancia», dijo Michael Sprague.

Referencia de publicación: Broadband single-photon-level memory in a hollow-core photonic crystal fibre

Fuente: Physorg. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Un equipo internacional crea músculos con hilos de coser y pescar

Investigadores de la Universidad de Texas (EE UU) y otras instituciones internacionales han ideado un método para crear músculos artificiales retorciendo y enrollando hilo de pescar y de coser. Estos músculos de polímero son más potentes que los de los humanos y podrán aplicarse en el desarrollo de prótesis artificiales, robots humanoides y exoesqueletos, según sus creadores

Investigadores del Instituto de Nanotecnología de la Universidad de Texas (UT, en EE UU), en colaboración con científicos de instituciones de Australia, Canadá, Corea del Sur, China y Turquía han descubierto que el hilo de pescar y de coser puede convertirse en potentes músculos artificiales.

Según un estudio, publicado esta semana en Science, estos nuevos músculos pueden levantar cien veces más peso y generar cien veces más poder mecánico que los músculos humanos. Por peso, pueden generar 7,1 caballos de fuerza por kilogramo, aproximadamente la misma potencia mecánica que un motor a reacción.

Estos nuevos músculos pueden levantar cien veces más peso y generar cien veces más poder mecánico que los músculos humanos

En el trabajo, los investigadores explican que estos músculos se producen retorciendo y enrollando hilo común de pescar y de coser. Los músculos son accionados térmicamente por cambios de temperatura, que se producen eléctricamente, por absorción de la luz o por la reacción química de combustibles.

“Retorciendo la fibra de polímero se convierte en un músculo de torsión que puede girar un rotor pesado a más de 10.000 revoluciones por minuto. Una torsión adicional ulterior, provoca que la fibra de polímero se comporte como una banda de goma muy retorcida y produzca un músculo que se contrae de manera espectacular a lo largo de su longitud cuando se calienta, y vuelva a su longitud inicial cuando se enfríe. Por el contrario, si se enrolla en una dirección diferente a la del giro inicial, los músculos se expanden cuando se calientan”, indica Ray Baughman, director del Instituto de Nanotecnología de la UT y uno de los autores del trabajo.

Ray Baughman explica que, en comparación con los músculos naturales, que se contraen sólo un 20%, estos músculos artificiales pueden hacerlo aproximadamente un 50% de su longitud. “Los golpes musculares también son reversibles por millones de ciclos cuando se contraen y se expanden bajo cargas mecánicas pesadas”, añade.

Prótesis y robots humanoides

“Las aplicaciones de estos músculos de polímero son muy amplias, entre ellas el desarrollo de prótesis artificiales, robots humanoides y exoesqueletos portables. Hasta ahora han estado limitados por la necesidad de uso de motores y sistemas hidráulicos, cuyo tamaño y peso restringen su destreza generación de la fuerza y capacidad de trabajo”, subraya el investigador.

En su opinión, los músculos de polímero se podrían utilizar para aplicaciones de robótica en las que se necesita una fuerza sobrehumana. “Retorciendo juntos varios hilos de pesca de polietileno, cuyo diámetro total es de sólo alrededor de 10 veces mayor que un cabello humano, se produce un músculo polmérico enrollado que puede levantar 7,3 kilogramos. Operado en paralelo, de forma similar a la forma en la que se configuran los músculos naturales, un centenar de estos artificiales podrían levantar alrededor de 0,8 toneladas”, señala.

Los músculos de polímero son más potentes que los de los humanos y podrán utilizarse en prótesis artificiales, robots humanoides y exoesqueletos

Tejidos con poros que se abren y cierran

Pero estos órganos artificiales también podrían realizar tareas más delicadas. “Músculos de polímeros enrollados operados de manera independiente, con un diámetro menor que un cabello humano, podrían aplicarse para producir expresiones faciales realistas en los robots humanoides. También podrían aplicarse en microcirugía robótica mínimamente invasiva o en dispositivos para comunicar el sentido del tacto desde sensores en una mano robótica a una mano humana”, destaca el estudio.

Los músculos de polímero están alimentados normalmente por electricidad producida mediante calentamiento resistivo usando el recubrimiento de metal sobre el hilo de coser o utilizando alambres de metal retorcidos juntos con el músculo. Para otras aplicaciones, “los músculos pueden ser autoimpulsados por los cambios de temperatura del medio ambiente”, dice Carter Haines, el autor principal del estudio, que realiza su doctorado con el profesor Baughman.

Además, Haines señala que el equipo de la Universidad de Texas ha creado tejidos textiles con los músculos de polímeros, cuyos poros se abren y cierran de forma reversible con los cambios en la temperatura. También se podrían usar para abrir y cerrar ventanas de edificios e invernaderos en función de los cambios meteorológicos, concluye.

Referencia bibliográfica: Carter Haines et al. "Artificial Muscles from Fishing Line and Sewing Thread". Science, 21 de febrero de 2014.

Fuente: Sinc. Aportado por Eduardo J. Carletti

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