El fandom en España

Luis G. Prado

El colectivo español de los aficionados a la fantasía y a la ciencia-ficción es, por fortuna, un mundo multifacetado donde pueden encontrarse todo tipo de gustos y personalidades. En tanto que tal, es inabarcable en un solo artículo, y cualquier intento al respecto estará inevitablemente viciado por los intereses y filiaciones concretas del autor.

Por lo tanto, haré de la necesidad virtud y hablaré brevemente de dos facetas del fandom en las que tengo el gusto de estar personalmente implicado: la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción, a cuya Junta Directiva pertenezco; y Artifex Segunda Época, la antología semestral de literatura fantástica de la que soy coeditor junto con Julián Díez.

La Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción

En lo que respecta a la AEFCF (lo lamento, pero no hemos dado con unas siglas pronunciables), se trata de una asociación que, pese a su amplio nombre, siempre ha tendido más hacia la ciencia-ficción que hacia la fantasía, y hacia los medios escritos antes que audiovisuales. Fundada en 1991, en sus casi diez años de vida se han sucedido en ella cinco equipos directivos de forma generalmente ordenada, aun con algunas discontinuidades (en 1993 y 1996) que, por suerte, quedan muy atrás en el tiempo.

El trabajo de cada Junta Directiva ha cristalizado en unas actividades que hoy forman parte del acervo colectivo del fandom español: la publicación de Pórtico, boletín que ha alcanzado los treinta y seis números; la convocatoria de las HispaCones, de las que luego hablaré; la concesión de los Premios Ignotus a las obras españolas y extranjeras más destacadas de cada año; o la edición de una antología de relatos inéditos, Visiones, que lleva ocho ediciones anuales.

La Junta Directiva de la que formo parte, presidida por Héctor Ramos, asumió su cargo en 1998, y desde entonces puedo decir con orgullo que la AEFCF se ha ampliado cuantitativa y cualitativamente. En cantidad, porque el número de socios de pago, siempre exiguo, se ha más que duplicado, hasta alcanzar los casi doscientos (y en un fandom como el español, del que siempre se ha dicho que lo mueven no más de trescientas personas, no es logro pequeño). Y en calidad, porque a las actividades reseñadas antes hay que añadir hoy muchas otras que se han emprendido desde entonces: la puesta en marcha de varias bases de datos para gestionar más cómodamente la AEFCF, algo inevitable si se aspira a convertirla en multitudinaria; la creación de una segunda antología anual, Fabricantes de Sueños, que reúne los mejores relatos aparecidos durante el año precedente en revistas y fanzines; la creación de un dominio propio en Internet (http://www.aefcf.es), así como de cuentas de correo gratuitas para los socios; la edición de Espora, una newsletter en inglés sobre cf española; la puesta en marcha de la Biblioteca Electrónica, un ambicioso proyecto de recuperación de clásicos españoles de la cf en diskette... En fin, todo un abanico de nuevos proyectos que se suman a los anteriores y que, unidos al congelamiento de la cuota anual (4.000 ptas., unos $ 21), sin duda han contribuido al crecimiento del que hablaba antes.

El próximo mes de julio, durante la HispaCon 2000, según previsión estatutaria la actual Junta cesará en su cargo. Posiblemente el mejor trabajo que hemos hecho en estos años haya sido el haber sabido encontrar a un equipo serio y dedicado de hombres y mujeres que no sólo nos sustituirán con eficacia, sino que con toda seguridad serán capaces de llevar a la AEFCF un paso más allá, hacia el reconocimiento y la proyección pública que el fandom español merece desde hace tanto tiempo.

Hablaba antes de las HispaCones, y ahora es un buen momento para aclarar en qué consisten. Desde 1991, coincidiendo con el nacimiento de la AEFCF, se han celebrado en España nueve convenciones nacionales de fantasía y ciencia-ficción, cada año en una sede distinta. Estas convenciones están auspiciadas por la AEFCF, pero se organizan a nivel local. La décima convención consecutiva se celebrará del 13 al 16 de julio de 2000 en Gijón, Asturias (http://www.drimar.com/asturcon), y contará con un importante elenco de invitados internacionales, además de aprovechar la estructura organizativa de la Semana Negra gijonesa, dedicada al género policíaco, para lo que será sin duda una de las convenciones más concurridas y una ocasión inmejorable para acercar la AEFCF al público en general.

Artifex Segunda Época

Paso de lo general a lo particular para referirme a mi proyecto personal dentro del fandom. Artifex, llamado al principio El Fantasma, nació en 1993 como un fanzine ecléctico y de escasos medios que llevé adelante hasta 1999 con tozudez y algún provecho, publicando veintiún números. Si al principio aparecían en él desde comics hasta reseñas de libros, pasando por relatos ilustrados, paulatinamente éstos últimos fueron interesándome cada vez más. Finalmente, el pasado año cerré la primera época de Artifex y abrí Artifex Segunda Época, una publicación muy diferente que sin embargo continúa el espíritu de la anterior en cuanto a búsqueda de la calidad literaria.

El actual Artifex S.E. publica sólo narrativa y tiene forma de libro, con una maquetación discreta y nada recargada, huyendo del tópico del cohete y el extraterrestre en la portada. En las labores de edición ha entrado Julián Díez, activísimo miembro del fandom que dirige, por su lado, la revista Gigamesh. Entre los dos seleccionamos los relatos (pero también novelas cortas, y hasta poemas) que aparecen en cada volumen, habitualmente en número de diez. Queda así un libro de pequeño formato, manejable y muy legible, con el que esperamos marcar nuevos estándares en la literatura fantástica que se produce en el fandom. Al ser semestral, hasta ahora han aparecido tres volúmenes, que suman más de seiscientas cincuenta páginas y veinticuatro autores diferentes publicados.

Entre éstos se encuentran escritores reconocidos de la cf española, como Rafael Marín, Elia Barceló o Rodolfo Martínez; autores "de la casa" como Daniel Mares, Eduardo Vaquerizo o Ramón Muñoz; e invitados extranjeros como Alejandro Alonso o Fabricio González Neira. Además, procuramos que en cada volumen haya al menos un relato de autor novel, buscando no sólo animar a los futuros escritores a perseverar en su arte, sino también ofrecerles el contraste de una labor de edición seria.

Antes me he referido al aspecto puramente material de la edición, pero no acaba ahí nuestro trabajo. A pesar del amateurismo de nuestra publicación, que nos impide pagar los textos y limita nuestros ingresos al mínimo para el mantenimiento de Artifex, no creemos que se haga ningún favor a los autores ni a la cf española en general permitiendo la publicación de cuentos prometedores pero fallidos.

Por eso repasamos los relatos antes de publicarlos y proponemos cambios, si nos parecen necesarios, a sus autores. Me alegra decir que la mayoría acepta que asumamos este papel y nos agradece el esfuerzo, y que el resultado no puede ser mejor: los primeros volúmenes de Artifex han recibido excelentes críticas y la antología se está consolidando como una publicación imprescindible del fandom español.

Pero como no sólo de relatos y papel vive el fan, Artifex se está proyectando también en Internet. Tanto a través de la pagina de la editorial (http://pagina.de/artifex) como mediante nuestro actual proyecto de página de reseñas (http://www.bibliopolis.org), los editores, escritores y simpatizantes de Artifex queremos ir más allá del papel y convertirnos también en una referencia de la crítica y el análisis del género. Con tiempo y suerte, yo apuesto a que lo conseguiremos.