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F i c c i o n e s

DIÁLOGO DIÁBOLO
Víctor M. Ánchel Estebas

      Conectó. Tardó unos segundos en ver su nick alternativo en pantalla. Conectar habitualmente desde hacía años con el mismo nick le había hecho olvidar que tenía un nick alternativo... Así que alguien estaba usando su alias, pero ¿cómo era posible, protegido como estaba por contraseña? Casi por instinto abrió un canal privado con el individuo.
      
      Inicio Sesión: Tue Feb 05 13:39:46 2002
      
      > Oye, tío, ese nick es mío. Ya puedes ir soltándolo
      <diablo> perdón, ¿cómo dice?
      > que sueltes el puto nick. ¿Quién te ha dicho mi contraseña?
      <diablo> mmm... un momento, por favor. Cierro un asunto y estoy con usted.
      
      Marcelo maldijo en voz alta. Menudo imbécil, ¡todo el mundo le conocía como "diablo"! ¿Cómo explicar lo de "Marcelo32"? Mierda, ¡si parecía el nick de un canal de ligues de treintañeros! Decidió putear al idiota, se lo había ganado por ponerlo de mal humor, y comenzó a escanear puertos. Poca gente podía hacerlo, desde que el Irc-Hispania se volvió "seguro", y él era uno de ellos. Al fin, el cabrón regresó.
      
      <diablo> Ya. Arreglado.
      <diablo> ¿Qué era lo que decía?
      > que me cago en tu puta madre, para empezar. ¿Cómo te has hecho con mi contraseña?
      <diablo> No sé de qué me habla, caballero.
      > Ese nick es mío.
      <diablo> si se refiere al nombre, lamento disentir.
      <diablo> Lo llevo utilizando mucho tiempo.
      > No en esta red. Llevo siendo diablo desde hace unos tres años.
      > Usuario registrado y con protección de nick desde hace un huevo de tiempo, así que no me toques los cojones.
      <diablo> Pues me alegro, Marcelo. No se preocupe, que hay muchos otros nombres que pueda utilizar. Por ejemplo, "Marcelo33"...
      > No seas mamón y devuélveme el nick.
      <diablo> Insisto, es mío. ¿Puedo ayudarle en algo más, Marcelo?
      > ¡No me llames Marcelo!
      
      Silencio. Casi un minuto, de hecho... Pues sí que era lento de reflejos el tío.
      
      <diablo> Como desee, no lo haré más. Si no le importa, tengo muchos negocios que atender.
      
      Marcelo estaba alucinado. Ninguno de sus programas rastreadores parecía funcionar hoy. Normal, si el individuo había logrado averiguar su contraseña era por algo.
      
      > Oye, ¿eres hacker?
      <diablo> ¿Cómo dice?
      > Ya sabes a qué me refiero.
      
      Otra pausa más. No había cosa que le sacara más de sus casillas que esas malditas esperas. ¡Era su nick!
      
      <diablo> Digamos que algo así. Repito, ¿puedo ayudarle en algo?
      > Joder con el idiota... ya te he dicho que me devuelvas el nick. ¡Ahora!
      
      Nuevo silencio.
      
      <diablo> De acuerdo.
      <diablo> Pero sólo a cambio de su alma inmortal.
      
      Vaya...
      
      > No me jodas... ¿eres uno de esos pillaos? Tenía que haberlo imaginado, semejante gilipollas no puede ser normal.
      > Mira, paso del rollo satanista. Por si te interesa, mi nick se debe al juego de ordenador, así que mejor ni lo intentes, que no cuela conmigo.
      <diablo> Lamento escucharlo. No hay trato, entonces.
      
      "¿Y por qué no seguirle el juego?", se dijo Marcelo.
      
      > Oye, si quieres mi alma inmortal, adelante. Puedes quedártela. Soy ateo de profesión. Pero devuélveme el nick.
      <diablo> No debiera serlo, Marcelo. El ateísmo es muy perjudicial para la salud de su alma.
      > Y dale con lo de Marcelo... ¿quieres dejar el puto nick de una jodida vez?
      <diablo> De acuerdo. ¿No quiere nada más?, no me gustaría que pensase de mí que soy un estafador. Siempre he procurado satisfacer a mis clientes... ¿150 años de vida?
      <diablo> ¿No sufrir jamás de impotencia? Tengo algunos paquetes de ofertas que podrían interesarle...
      > De verdad que resultas de lo más cansino... suelta el nick y desaparece. Eso es todo. Puedes quedarte la jodida alma, envuelta en papel de regalo si es necesario.
      <diablo> Debería cuidar ese vocabulario, Marcelo. No creo que sea el más apropiado para las relaciones interpersonales. En todo caso, si es lo que usted quiere, le devolveré su nick.
      <diablo> ¿Podría indicarme su grupo sanguíneo, amén del factor Rhesus?
      > ¿Cómo?
      <diablo> El Rh.
      > ¿Y para qué?
      <diablo> Lo necesito para cumplimentar el protocolo... no crea, nunca fue idea mía. Aquel a quien los hombres llamáis Dios es muy inflexible con todo lo referido al papeleo. Burocracia.
      
      Marcelo sonrió.
      
      > ¿No era una firma con sangre?
      <diablo> En un tiempo sí. Entre usted y yo, una verdadera brutalidad. Por ventura, la sociedad divina también avanza. En realidad, me sirve con el grupo sanguíneo y el RH. Ya me encargaré del ADN en cercano momento (sin importunarle en exceso, por supuesto)
      > Vale, vale, no te enrolles. AB negativo.
      <diablo> De acuerdo. Sé que no mentiría en tan grave asunto.
      
      Y era cierto. No mintió... "Qué extraño" pensó, habituado como estaba a no decir jamás la verdad en la Red.
      
      [13:46] nick diablo es ahora Luzben
      
      <Luzben> Arreglado, Marcelo Ríos de la Sagra, le devuelvo su alias. Espero que todo sea de su gusto.
      
      [13:47] Tu nick es ahora diablo
      
      > Muchas gracias, imbécil. Muy ingenioso lo de averiguar también mi nombre. Cambiaré los Firewalls en tu honor.
      <Luzben> De nada, Marcelo. Aunque lamento informarte de que eres tú el imbécil. No recuerdo un pacto tan ridículamente sencillo desde lo de la partida a las tabas que le gané a Judas. Nos veremos, Marcelo.
      
      *** Luzben (fromhell@DyxRHK.AMtE79.virtual) cierra [13:46] "Cada día es más sencillo ejercer, está visto. Y luego dices que no son tontos..."
      
Pique para ampliar      Marcelo sintió un pequeño pinchazo en el pulgar de la mano del ratón. Había una casi invisible esquirla de metal en la junta de montaje del aparato, en el lado derecho. ¿Cómo había llegado hasta allí?, lo limpiaba regularmen... En el dedo, una minúscula gota de sangre. Sufrió un escalofrío mientras la primera gota de sudor comenzó a resbalar por la frente.
      
      > mmm... er... Oye
      
      >>> Luzben ya no está en el IRC. <<<
      
      > oye, tío
      
      >>> Luzben ya no está en el IRC. <<<
      
      > ¡¡Oye, tío!!
      
      >>> Luzben ya no está en el IRC. <<<



Víctor Manuel Ánchel Estebas

Víctor Manuel Ánchel Estebas es español. Nació el 29 de diciembre de 1973. Es músico, oboista, y toca en la primera orquesta de su país: la Orquesta Nacional de España (con ella vino a Buenos Aires y tocó en el Teatro Colón). Además es profesor de oboe en la Escuela Superior de Música "Reina Sofía", de Madrid, que pasa por ser la más prestigiosa escuela de música de España. Dice ser un lector enfermizo, con especial predilección por la literatura fantástica y la ciencia ficción, y está orgulloso de su biblioteca (con muchos libros descatalogados, como la obra completa de Fritz Leiber o Moorcock). Los libros viejos son otra de sus pasiones. Se confiesa rendido admirador de "o Rei" Quevedo.
Teniendo en cuenta ese amor por los libros y sus maravillosas realidades alternativas, no es difícil entender que acabase por escribir. Lo hizo a los 15 años, con un relato corto del cual guarda un buen recuerdo. A partir de entonces no ha dejado de aporrear las teclas de sus diferentes ordenadores. Además, es un buen "vampirólogo": colecciona todos los libros de vampiros que puede encontrar, y tiene un incunable del siglo XVIII del "Traité sur les apparitions des esprits et sur les vampires où les revenans de Hongrie, de Moravie, etc.", del padre Dom Augustin Calmet, que le costó dos sueldos...
Fue premiado recientemente en el Concurso Axxón, Mundos Diferentes, por su novela de Fantasía Más Allá del Sueño: El Medallón. En el número 112 de Axxón los lectores podrán encontrar un relato de su serie "Más allá del sueño".



Ilustrado por Valeria Uccelli
Axxón 113 - Abril de 2002

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