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La Luna de Hueso
by La Strega

LA STREGA - ¿A que no sabes quién llamó hoy preguntando por vos?
MOONY — Si querés que pasemos todo el Ander escuchando nombres de chicas y chicos que quieren salir conmigo...
LA STREGA — Bueno está bien. Llamó Merlín ¿Te acordás tu antiguo amo?
MOONY — Merliiiiincho. Como no acordarme. Fue mi tercer amo. Siempre me convertía en lo que se le daba la gana, dependiendo de lo que tuviera deseos de tener al lado... Y te digo que era bastante variable...
LA STREGA — ¿En cualquier cosa?
MOONY — Mejor que no te cuente; de él aprendí a tranformarme en distintas chicas.
LA STREGA — La verdad me gustas de cualquier forma...


Había una vez hace mucho tiempo en lo que hoy se conoce como Gran Bretaña un rey conocido como Arturo con la idea de levantar un reino donde la ley resultase igual para todos los hombres. Esta es la idea primordial que rodea a la leyenda del Rey Arturo, el mismo que extrajo la espada Excalibur de la roca y discípulo del Mago Merlín. ¿Pero se trata de una fantasía o de verdad existió este personaje que ha inspirado cientos de novelas de caballería?

MOONY — A mí me interesa más una cama redonda con vos y alguna otra gatita que una mesa cuadrada.
LA STREGA — Bueno, eso por que no sabés la cosas que se pueden hacer arriba de una mesa cuadrada... Ya estoy hablando como vos.

Arturo, sus caballeros, Merlin, el Santo Grial, Avalon, Ginebra, Morgana, Excálibur… no son simples palabras, son símbolos identificadores de todo un universo en el que se mezcla fantasía e historia. Durante el último siglo han aparecido cantidad de escritores que se han atrevido a relatar la historia del Rey Arturo. Uno de los que más han escrito y sabe al respecto es Jack Whyte, como demuestra la trilogía "Crónicas de Camelot", donde enfoca esta leyenda desde un punto de vista real e histórico. Otro libro digno de mención "El dragón y el unicornio", de A. A. Attanasio, trata la enigmática figura del Mago Merlín de una forma que se aleja de lo clásico.

Entre los demás escritores que han relatado la vida de Arturo y los caballeros de la mesa redonda destacan Juan Carlos del Río Álvarez en "La Saga del Rey Arturo: mito y realidad del ciclo artúrico y el grial", donde analiza todos los simbolismos y personajes de esta leyenda. Por su parte, Howard Pyle cuenta la vida del joven Arturo hasta llegar al trono en "El Rey Arturo y sus caballeros".

Dentro del nutrido grupo de escritores de novelas artúricas se puede encontrar a John Steinbeck, autor de "Las uvas de la ira", por la que ganó el premio Pulitzer en 1940 y más tarde recogió el Premio Nobel de Literatura en 1962. "Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros" es su obra con la que contribuye a aumentar una de las leyendas caballerescas más conocidas del mundo.

En "Las nieblas de Avalon", Marion Zimmer Bradley aporta una visión femenina del tema y Stephen Lawhead cuenta con una amplia saga donde cuenta los principales acontecimientos de la vida de Arturo, tanto su última batalla como la búsqueda de la isla de Avalon, donde se supone que se encuentra el Grial, tema del que el autor medieval Sir Thomas Mallory también se encargó de aportar su versión en "La Muerte del Rey Arturo".

Por último, y tras la muerte de Arturo, cuando de la niebla del lago apareció una embarcación que trasladó los restos del rey muerto a Avalon, la enigmática figura que le recogió señaló que Arturo volvería cuando su reino le necesitase, como se hace ver en el comic "Camelot 3000" con el regreso de Arturo en el siglo XXXI cuando una raza alienígena amenaza la Tierra.

El cine tampoco se ha librado de adaptar el cuento al mundo del celuloide, desde la conocida "Excalibur" que respeta la leyenda hasta las comedias a la americana "Un Yankee en la Corte del Rey Arturo". Tampoco a la factoría Disney se le pasó adaptar la leyenda en la entrañable "Merlín el encantador".

MOONY — Te cuento que él también se podía transformar en cualquier cosa.
LA STREGA — ¿Y lo sigue haciendo?
MOONY — Sí. Y el Guanaco cada tanto me quiere convencer que es Merlín convertido y que necesita que me quite la ropa para un encantamiento y así volver a la normalidad.

Grial-Camelot


El Grial se ha descrito como una copa, una piedra, una joya, un receptáculo para el sudario de Turín, un altar, o una línea de sangre. Pero las principales versiones de la historia lo describen como una esmeralda caída de la corona de Lucifer durante la guerra de los ángeles. O como una copa (el símbolo más poderoso y extendido). En concreto, la copa de la última cena de Jesús con sus discípulos. En esta versión, José de Arimatea (el judío encargado de enterrar a Jesús) la habría obtenido de manos del propio Jesús para que la cuidara y José crea la primera mesa del grial con doce asientos que pueden ocuparse y un único asiento vacío llamado el asiento peligroso, ya que cuando alguien indigno se sentaba en él desaparecía. La copa la llevaría finalmente a Britania según una vertiente de la historia, o bien no saldría de la Europa continental. Se construye un templo y se funda una orden de caballeros para custodiar el grial, que se sientan en una segunda mesa. Uno de ellos, el guardián de la copa, es llamado rey y actúa como sacerdote, y recibe una herida misteriosa en los muslos o en su sexo producida por una espada de fuego. Se le llama a partir de entonces el rey herido y el campo que rodea al castillo del grial se vuelve estéril y se le llama la tierra yerma, o baldía. En el castillo del grial hay cuatro objetos sagrados (más adelante, en el apartado "viaje iniciático", hablaré más sobre el número 4): la copa, la lanza, una espada y una piedra que, en realidad, son manifestaciones del propio grial. Más tarde aparece en escena la relación del grial con el Camelot del rey Arturo. El mago Merlín funda la tercera mesa del grial, la Tabla Redonda y todos los caballeros reunidos en ella parten en busca del grial. De todos ellos se cuentan las aventuras iniciáticas de cinco. Tres de ellos triunfan, a su manera. El único que lo hará plenamente será Galahad, el hijo de Lancelot, quien una vez cumplido su objetivo desaparecerá de este mundo. Los otros dos serán Perceval, que se convertirá en el nuevo guardián de la copa, y Bors, que será el único que regresará a Camelot como testigo, para contar lo sucedido. Y los dos que hubieran podido encontrar el grial pero fracasan son Lancelot y Gawain. Lancelot fracasa por la ceguera de toda obsesión (en él la obsesión por el amor de la reina Ginevra, que a veces le hace luchar contra sus sentimientos y otras veces entregarse a ellos sintiéndose culpable), y Gawain por su excesivo apego al lado material y mundano de la vida.

CAMELOT

Quintaesencia de lo medieval con todas sus contradicciones. Una época extrema, excesiva. Todas sus facetas radicales, creciendo gloriosamente más arriba de lo gris y lo tibio. La violencia y lo místico, la injusticia y lo heroico, lo mágico y lo pedestre, lo lúdico y lo oscuro, lo grotesco y lo bello, la maravilla y la ignorancia, lo inocente y lo perverso, creciendo radicalmente como árboles aparentemente enfrentados. Eremitas, ausencia de fronteras, locos de Dios, poetas sagrados, hambre y tiranía, dragones y cortes de amor, catedrales y brujas paganas... quizás las bases para una época ideal (pero no perfecta) serían las resultantes de sumar a las cualidades medievales los logros sociales de la actualidad. Un intensísimo olor a vida y a muerte, porque el vivir y el morir estaban plena y naturalmente asumidos sin tratar de esconder ninguna de las dos cosas; una era parte de la otra sin más. Todo lo trágico y misterioso de los personajes relacionados con Camelot se debe a que todos ellos tienen destino, y tienen destino porque cada uno asume la expresión y el desarrollo consecuente y completo de su propia naturaleza (por esta razón no todos los humanos tienen destino, como diría Castaneda).

Todos "son" y los efectos que ese hecho lleva consigo son naturales e inevitables, sean del signo que sean. Y sus ideas son algo vivo, nada que ver con abstracciones, sino inocentes (en el sentido de pureza), infantiles con toda la carga de ludismo y profundidad, y concretas. Así es como viven sus vidas y la búsqueda del Grial como parte de ellas.

Alta edad media, su primera parte, la más medieval propiamente dicha. Inglaterra con luchas internas entre clanes y zonas como Escocia, Gales, Irlanda... El rey gaélico lucha contra el rey inglés quien, en el curso de la contienda, se enamora de la esposa de su enemigo y la seduce. Nace un niño, el futuro rey Arturo que por lo tanto es hermano del resto de los hijos de los reyes gaélicos. Entre ellos hermano de Morgueuse, dedicada a la brujería y a sus amantes, apasionada y excesiva, oscura y enigmática. Es mucho más que una mujer fatal porque ella no se propone nada, simplemente se expresa.

A continuación la historia da un giro significativo, diferenciando el tipo de reyes y nobles mundanos que luchaban entre ellos durante la infancia de Arturo, personificando el poder, con el personaje de Arturo y el episodio de la espada en la piedra. Con él se apunta a la naturaleza espiritual de alguien demostrada con características especiales. No se trata tampoco de un rey "por la gracia de dios", léase por ser hijo-heredero de su padre, sino de alguien que puede hacer algo único ante los ojos de todos. Un carácter por tanto relacionado más con lo mágico de poetas, chamanes o magos, que no lo son por su cara bonita sino por la expresión pública de sus dones. Ahí está, además, para corroborarlo el personaje del mago Merlín, consejero y ¿maestro? de Arturo.

En una piedra aparece clavada una espada que nadie puede desclavar a pesar de su fuerza física. No se trata de músculos, ya que el único que consigue sacar la espada es un Arturo apenas adolescente. A partir de ese momento reconocen a la espada como la espada de la Dama del Lago (una personificación de la portadora del Grial, la gran Diosa) y también es reconocido Arturo como rey

En la noche del día de su coronación su hermana Morgueuse seduce a Arturo y nacerá otro niño, Mordred, que será el desencadenante final del derrumbamiento de Camelot.

Arturo se casa poco después con Ginevra, pero su mejor amigo Lancelot du Lac y ella serán amantes hasta el final. Arturo lo sabe (había sido incluso avisado antes de su boda por el mago Merlín) pero es delicado, es justo, es comprensivo, leal y solitario y se trata de las dos personas que más quiere. Sabe, además, que es algo superior a ellos mismos, que tratan de luchar contra sus sentimientos porque le quieren también... El resultado es una relación mantenida en secreto por los tres, sabiendo que de hacerse pública su querida Ginevra y su querido Lancelot serían ajusticiados por alta traición a la corona. Por su parte Lancelot es noble, leal, atormentado, mucho más complicado que su amigo Arturo y obsesionado con hacer el bien temiendo obrar mal.

Al principio se alejará de Camelot y de Ginevra para huir de su amor, pero en un castillo le engañarán diciéndole que la reina le espera esa noche y así en la oscuridad la dueña del castillo conseguirá tener un hijo con él y con su fama de "mejor caballero del mundo" (ese hijo será Galahad, el caballero que encontrará el Grial). Al amanecer y descubrir el engaño Lancelot volverá a Camelot y se acostará por vez primera con la reina Ginevra. Sus tormentosas contradicciones le llevarán a la locura y durante un tiempo vagará desconocido y sin recordar su identidad, hasta que por suerte o por desgracia recobrará su memoria y su cordura.

Ginevra es instintiva y leal (para comprender esto se debe diferenciar entre fidelidad y lealtad) y quiere de verdad a los dos. Esa es su diferencia con Morgueuse (quien tendrá un trágico final apuñalada por uno de sus hijos al encontrarla en la cama a los 56 años con un chico de 16).

Merlín, medio humano medio duende por sus padres, crece hacia atrás, es encantadoramente hermético, olvida y confunde constantemente el pasado, presente y futuro. Es un mago con algo luminosamente oscuro, sin dejar adivinar sus sentimientos hasta que es apresado en una cueva (un receptáculo de la tierra) durante años por el amor de una Hada, o una mujer hechicera que tiene más de duende que de humana.

También aparecen caballeros que parecen salidos de "Alicia en el país de las maravillas", dragones (lo maravilloso y sus criaturas eran lógicos y naturales en la edad media), horribles crímenes, fascinantes ritos de Morgueuse, y episodios eléctricos, rotundos y oníricos.

Tras la fundación de la Tabla Redonda, inspirada por Merlín, los caballeros que se sientan en ella se ocuparán en primer lugar en pacificar el reino y librarlo de tiranos. Pero una vez logrado poco a poco se sienten vacíos, insatisfechos, abocados a mirarse unos a otros y a mirar sus propios lados oscuros, hasta que aparece la imagen del Grial entre ellos y todos parten en su busca. Así pasa el tiempo hasta que con el regreso de Bors, el testigo del encuentro del Grial por Galahad y Perceval, comenzará el desmoronamiento de Camelot por causa de Mordred, el hijo de Morgueuse y Arturo.


Mordred se parece a Hamlet si Hamlet hubiera tenido un lado perverso. Es inquietante, silencioso, siniestro, cruel, sarcástico, dolido profundamente y solitario. Él provocará las guerras intestinas en la Tabla Redonda denunciando públicamente la relación de Lancelot y la reina. Durante esas guerras Arturo morirá, pero por otro lado se cuenta que se le llevó dormido la Dama del Lago hasta el momento en que se le necesite.

Esta historia llena de sutilidad y simbolismo fascinante para quien quiera verlo aparece en infinidad de libros y películas de la actualidad, más o menos afortunados. Destacamos entre ellos "Camelot", de T.H. White, donde se refleja su lado más lúdico (empieza en la infancia de Arturo con el personaje de Merlín) y más humano (la complejidad del triángulo Arturo, Lancelot, Ginevra). Y "Hechos de los caballeros del rey Arturo" de Steinbeck, que recoge apenas parte de la historia pero que tiene pasajes encantadores. En cuanto al cine el aire, el clima trágico y la melancolía de la historia, aparecen en "Lancelot du Lac" de Bresson, que no relata prácticamente nada de la historia pero sus imágenes son de las más bellas y sugerentes. Y "Excalibur" de Boorman con unos fascinantes Morgueuse, Merlín y Dama del Lago.

SÍMBOLOS, VIAJE INICIÁTICO

La leyenda del Grial se propaga rápida y repentinamente por toda la Europa del siglo XII, pero en realidad sus raíces están en el caldero sagrado de los celtas. Un caldero cuyo borde está engarzado de perlas "calentadas" por el aliento de las nueve musas que lo cuidaban. Esto es, por la diosa primigenia, uno de cuyos números es el 9 (múltiplo de las tres fases lunares) y uno de cuyos colores es el blanco (de las perlas y la Luna). Esa diosa primigenia, diosa entre otras cosas de la sabiduría, la inspiración y la poesía (desdoblada en 9 musas).

Las principales versiones medievales son "La muerte de Arturo" y "El libro del santo Grial" de Mallory, el primer texto conocido del grial: "El cuento del Grial" de Chrétien de Troyes, "Parzival" de Wolfram von Eschenbach, los autores anónimos de "La Elucidación", la compilación conocida como "Ciclo vulgata", la trilogía de Robert de Borron "Merlín", "José de Arimatea" y "Perceval". Y las versiones que circularon por Italia y España. En este último país se cuenta que recaló finalmente el grial, pasando por Montserrat (donde lo buscaron los nazis), San Juan de la Peña y la catedral de Valencia.

El Grial es una copa, un caldero, un recipiente, símbolo de lo femenino con el poder de conceder la vida, producir ricos alimentos (en todos los sentidos: físicos y espirituales. Lo que nutre es lo esencial de lo femenino, mientras que lo esencial de lo masculino es lo protector) y conceder extraños dones.

En concreto, en la versión celta del caldero tiene las propiedades de conceder sabiduría, inspiración y la capacidad de cambiar de forma. En ella aparecen Puertas prohibidas, pájaros que tejen un sueño en torno a los caballeros para que se olviden de sí mismos, barcos de piedra, bardos sagrados (el poeta era un mago entre los celtas y los dioses hablaban por su boca), islas maravillosas, espacios mágicos con 4 torres o castillos en cada esquina (una por cada elemento: aire, tierra, agua y fuego).

El origen pagano del mito del grial queda confirmado por el silencio de la iglesia ante él, a pesar de su versión como copa de la última cena, y la consecuencia de que no existan santos ni otras figuras de la iglesia que relaten oficialmente la historia.

Como todo viaje iniciático, la búsqueda del grial es un viaje individual, independiente e intransferible y como tal fuera de instituciones como la iglesia, por tanto con todas las papeletas para ser tildado de herejía, además de por su fuente pagana celta y toda la simbología mágica que jalona toda su leyenda. En este sentido no es de extrañar que se relacionara más tarde con los templarios y con los cátaros (ambos perseguidos y asesinados como herejes por la inquisición recién fundada también el siglo XII, ¿casualidad?).

Por todo ello también es lógico que los relatadores de la historia fuesen místicos, contadores de historias (bardos y juglares) y herejes.

Como viaje iniciático es una búsqueda de nosotros mismos. Nuestra alma. La fuente de la vida, lado emocional femenino, sumado a la parte activa y protectora masculina que realiza la búsqueda en concreto y en el exterior. Como viaje individual tenemos que construir nosotros mismos nuestros propios mapas.

La materia básica sobre la que trabajar la búsqueda es nuestra propia persona, en primer lugar en nuestra materia más antigua y oscura. En este sentido la aventura del grial está directamente relacionada con la aventura alquímica. El grial es la piedra filosofal, el elixir de la vida. La piedra puesta a prueba por el fuego purificador. Nuestra más íntima naturaleza relacionada con la fusión del aire (lo mental), el agua (lo emotivo e inconsciente), la tierra (lo material) y el fuego (lo creativo y espiritual). El psicólogo Jung lo llamó proceso de individuación, la búsqueda del más profundo sí mismo siempre relacionada con el número 4 y con la fusión alquímica de nuestras partes femenina y masculina, y el trabajo previo con la Sombra (nuestro lado más oscuro, lo eludido o reprimido).

Al grial se le conoce también por "aquel que libera las aguas". Es el puente que une ambos mundos, en palabras de John Matthews de su libro "La tradición del Grial": "capaz de ver las tinieblas y misterios de la esfera de las hadas lo mismo que las realidades más duras de la vida diaria. Y esa es ciertamente una de las funciones más importantes de quien aspire a buscar el grial. Ser capaz de relacionar las esferas de la vida cotidiana y del otro mundo en una especie de unidad equivale a acercarse al misterio central del grial... Tener un pie en ambos mundos, el infinito y el mundano, es un estado de bendición que generalmente sólo alcanzan los que verdaderamente son inocentes".


En cuanto a la repentina y rápida aparición y extensión de la leyenda citaré unas posibles causas, que ya enumeré en un artículo de hace unos años: "Al comienzo de la última parte de la edad media (siglo XII) se crea la inquisición. Se empieza a perseguir bajo una lluvia de dogmas y anatemas a brujas, herejes, iluminados, místicos... Y lo femenino ya no es sólo subvalorado sino que es demonizado. El macho cabrío dionisíaco (por sus cuernos lunares) se convierte directamente en Satanás, el mal. Y todo lo que se aparte de los dogmas, usos y costumbres de la iglesia cristiana es condenado. Lo sagrado deja de ser sensorial (femenino) y pasa a ser concepto (masculino). Lo sagrado deja de ser revelado por la propia experiencia y pasa a ser un conjunto de leyes doctrinarias. Se condena, por tanto, el viaje interior. A la virgen María se la acepta (es demasiado fuerte la huella pagana de la antigua religión lunar) pero volviéndola asexual, sumisa y carente de voz. Posteriormente el protestantismo ni siquiera aceptó ese mínimo femenino, y con el puritanismo se condena todo ludismo, sensualidad y hedonismo. Comienza la era del trabajo productivo y el deber por encima de todo, y la iglesia católica también se apuntará a ese carro con el Opus dei.

Pero en ese tiempo, frontera del siglo XII, en el cual la sociedad va empobreciéndose espiritualmente (y fanatizándose con la inquisición y las Cruzadas), camino de la futura entronización como valor único de la razón, que culminará en los siglos XIX y XX, sucede algo curioso. Aparece y se difunde fulminantemente por toda Europa el mito del Grial y la tierra devastada. La sabiduría lunar resurge instintivamente con un urgente brillo inusitado, justo cuando Europa va a desequilibrar la balanza hacia la energía masculina.

En el mito del grial la herida del rey y el reino devastado sólo pueden curarse con la copa sagrada. Y para mayor claridad esa búsqueda tiene que ser libre e individual (cada caballero elige su camino). A lo largo de las peripecias de cada buscador va quedando claro que sólo el caballero que es fiel a su voz interior, el caballero puro, podrá encontrar el grial. Así sucede, pero eso no basta. Para acceder a él, poder tomarlo y usarlo, y llevárselo al rey moribundo es necesario dialogar con esa energía interior. Y hacerle las preguntas mágicas: "¿Qué es esto?" y "¿A quién o a qué sirve?". Fascinante paralelismo con el enfoque de Jung cuando habla de la actitud a lo largo del proceso de búsqueda del sí mismo: "sólo hay una cosa que parece servir, y es dirigirse directamente, sin prejuicios y con toda ingenuidad, hacia la oscuridad que avanza y tratar de encontrar cuál es la finalidad secreta y qué nos exige".

Los caballeros que fueron en su busca con la actitud de conquista de conseguir un trofeo, encontraron la muerte. Esa fue la actitud, en el siglo XX de los nazis empeñados en la rapiña de todo símbolo u objeto de poder (ya fuera mágico o prosaico). Y por tanto la búsqueda se hizo bajo órdenes superiores y colectivamente (ni libre ni individual). Rechazando la voz interior, la voz de la Diosa, la voz de la copa sagrada que pretendían encontrar".

Afortunadamente, en los últimos tiempos asistimos al regreso de la energía femenina con hechos sintomáticos como el feminismo (a pesar de sus fanáticas), la vuelta de magos y astrólogos (a pesar de sus payasos, timadores y chantas), o lo dionisíaco del rock, por citar algunos ejemplos representativos. Esperemos que sea para complementar y fusionarse con la energía masculina, y no para cometer el viejo error de la sustitución.

MOONY — Con las ganas que tengo de "fusionarme" con alguien.
LA STREGA — Ahora nos fusionamos gatita pero tenemos un problema... ¡Todos los caballeros de la mesa redonda quieren fusionarse con nosotras!
MOONY — Hmmm... ¿Por qué te alarmás? ¿Son pocos?


Nota: Deliberadamente no puse una sola ilustración del Grial, ni de Arturo, ni de Merlín ni de nadie o nada. Dejé que Agudito metiera sus "minitas". Esta una de mis historias preferidas y como yo, dejo que los lectores ilustren con su imaginación, ya que de esta manera con sus propias imágenes le darán el verdadero retrato que esta leyenda se merece.


Axxón 123 - Febero de 2003

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