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Los libros que hemos leído
Ubik
(Ubik)
Autor: Philip K. Dick
Traducción: Manuel Espín
Ed. M. Roca, col. Superficción n° 13
(1976) España
Otras ediciones:
- Ed. Orbis, Biblioteca de C.F. n° 17 - 1982
- Ed. Hyspamérica, Biblioteca de C.F n° 17 - 1982
- Ed. La Factoría de Ideas, col. Solaris Ficción n° 3 - 2000


"Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera, yo existía. Yo hice los soles y los mundos. Yo creé las vidas y los espacios en que habitan. Yo soy el verbo, y mi nombre no puede ser pronunciado. Es el nombre que nadie conoce. Me llaman Ubik, pero Ubik no es mi nombre. Yo soy. Yo seré siempre."
      Nueva York, 1992. La Organización Runciter contrata antipsis para aquellos que requieran sus servicios. Los antipsis (o inerciales) tienen la facultad de anular los poderes de los psis (entre los que se incluyen precognitores, telépatas, etc...) que Hollis infiltra en empresas y demás lugares de interés.
      Glen Runciter es el jefe de la organización, en colaboración con su esposa Ella Runciter. Todo normal, salvo por un pequeño detalle: Ella Runciter está en una cápsula de criostasis en estado de semivida en el Moratorio de los Amadísimos Hermanos (en Suiza). Glen Runciter se desplaza con frecuencia al moratorio para consultar con su esposa asuntos relacionados con la Organización.
      Joe Chip es el técnico eléctrico de pruebas de la Compañía Runciter, es el hombre de confianza de Glen Runciter. Joe recibe la visita de G.G. Ashwood (otro miembro de la Compañía) que le trae un nuevo talento, un inercial capaz de anular las facultades de los psis. Se llama Pat Conley, y además tiene una facultad especial y extraña de poder alterar el curso de los acontecimientos, es decir, puede cambiar una decisión tomada volviendo al punto temporal donde la tomó y elegir otro futuro alternativo sin que por ello el resto del mundo lo perciba.
      Mick detecta que hay muchos psis en su empresa, por lo tanto contrata a once inerciales de la Compañía Runciter para que vayan a Luna y de este modo los puedan anular. A Luna van los once inerciales, entre los que se encuentra Pat Conley, Joe Chip y Glen Runciter.
      Una vez que llegan a Luna, Joe Chip, con los instrumentos necesarios, toma las medidas de campo psi que hay en la empresa, llegando a la sorprendente conclusión de que es nulo, no hay psis. En una habitación hablan con el propio Mick, pero no tardan en darse cuenta de que no es el auténtico, sino que es un robot-bomba, pero nadie puede abandonar la habitación antes de la explosión. Todo parece ser una trampa urdida por Hollis: una maniobra para llevar a Runciter y a los inerciales fuera de la Tierra y eliminarlos. Debido a la explosión todos sufren heridas, pero de poca gravedad, a excepción de Glen Runciter que muere. Así que todos sobreviven a la trampa y vuelven a la Tierra con el cuerpo de Glen Runciter congelado en una cámara de criostasis de la nave.
      A partir de aquí suceden acontecimientos extraños que no pueden explicar: cafés rancios, las monedas y billetes de sus bolsillos se transforman en antiguos, cigarrillos que se descomponen en las manos. En definitiva, fenómenos relacionados con el tiempo, seguramente relacionados con la facultad de Pat Conley. Por otra parte, también experimentan apariciones de Runciter, quien se les manifiesta de múltiples maneras, incluso como efigie de las monedas y billetes...
      Como muchos otros escritores, Dick alcanzó fama y reconocimiento tras su muerte, en 1982. Ubik está considerada por muchos analistas como su obra maestra, aunque no faltan detractores que la estiman absolutamente prescindible, un producto característico del fanatismo de las logias culturales que mitifican el valor de lo que aman conducidos por su veneración hacia las realidades falsas, los delirios conspirativos y las veleidades teosóficas y metafísicas.
      Pero ni siquiera esos detractores podrán negar que Ubik es un alarde de fuerza especulativa, un viaje a una zona inexplorada, de la que no sabemos nada ni por qué en ella se están produciendo hechos ajenos a nuestra experiencia y capacidad de comprensión. En Dick lo improbable e irracional posee una lógica interna propia que une los datos, aparentemente inconexos, como partes de un rompecabezas que en algún momento se unen, encajando perfectamente. Si se argumenta que la trama carece de corrección lógica tal vez se esté soslayando que en Dick lo que genuinamente importa es cuestionar la realidad, intentar descubrir qué es real y qué no lo es apoyándose exclusivamente en la coherencia interna del relato y en la complicidad del lector para aceptar el universo ficcional que se le propone.
      No hay dudas de que Dick logró construir una novela apasionante en su imperfección, que puede leerse y releerse sin peligro de quedar defraudado y que también sirve para esclarecer lúcidamente una de las inquietudes cardinales del autor: la ambigua, equívoca, huidiza naturaleza de la realidad.

SGvH - 2004

Axxón 135 - Febrero de 2004


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