Illegal Aliens. EE.UU. 2007. Serie creada y desarrollada por Nathan Finch. Con Barry Gaddeawa, Phil McCrackeen III, Genny Thales, Anna Washandwear, Ben Sharmuta, Randi Makichut, Tyra Rumpshaker, Andrew-Phillips Kalleone, Morton Rust, Daiviprakriti Sannyasinbakhtivendanta y gran elenco. 26 capítulos de 1 hora)

Ya llegó a su fin la primera temporada de Illegal Aliens. Y por las dudas el lector haya vivido los últimos seis meses en un termotanque, aprovecho para recapitular todo lo acontecido.

El comienzo era prometedor, en especial la apertura del primer capítulo, con esa impresionante nave alienígena (producto de las artes de la Digital Neurosensual Charms de Louis Marcos) ingresando en plano secuencia al Sistema Solar y luego a la Tierra desde los confines del espacio profundo. La nave aterriza, los alienígenas grises de rigor caminan por una planicie, ingresan a un bosque y ahí se pudre todo. Para ellos y para el espectador, que queda desconcertado al ver cómo los extraterrestres son fácilmente reducidos por un grupo de australopitecos robustos armados con piedras y palos. Lo que no estaría tan mal sino fuera porque el ataque es seguido por el innecesariamente gráfico descuartizamiento de los alienígenas y su posterior ingesta por los hominidos. Y todavía uno podría tolerar esto, pero luego todo comienza a pasar en cámara hiperveloz, el bosque desaparece, deja lugar a un desierto y a la consabida sobreimpresión al pie que nos informa que estamos en "Arizona - 2 millones de años después". ¿Australopitecos en Arizona? ¿Me están cargando? ¿O los yankis son tan egocéntricos que se creen que todo sucedió en sus territorios?

"En fin", uno dice, y sigue mirando. Allí en el desierto el grotesco Ike Saunders (McCrackeen) y su esposa Dixie (Washandwear) encuentran los restos de la nave extraterrestre del prólogo. Saunders ve en ella la posibilidad de reavivar el decadente parque de diversiones que tiene en las afueras de Watchayawannasay Falls, el típico pueblito del Medio Oeste norteamericano.

Y al ver el rotoso parque de diversiones y el conglomerado de fenómenos y fracasados que allí habitaban, debo confesarlo, mi esperanza en la serie volvió a renacer, ya que toda su estética le debe mucho a directores de la talla de David Disjoint o Tim Merton. Lamentablemente, al tercer capítulo uno se da cuenta de que esta deuda va a quedar impaga y que todo se trata de una afectación para estar en consonancia con lo que se considera "(pos)moderno". También uno comienza a preguntarse qué tienen que ver con la misteriosa nave extraterrestre las veleidades de cantante country de Dixie o la enfermiza pasión no correspondida de Otto el Enano Más Grande Del Mundo (Richard Stuckbutt, en un papel que no está a la altura de su exitosa carrera) por Wanda la Mujer Gusano (Engracia Riera). Nada, salvo que Finch y sus productores estaban esperando que Barry Gaddeawa terminara de filmar Our Brave Boys Are Defeating The Axis Of Evil IV: God Bless America de Paul Oxamer y se incorporara al elenco. Gaddeawa interpreta a Chad "Bubba" Brown, el mariscal de campo estrella de la Noonan Peckercheese High, quien luego del baile de graduación se escabulle dentro del parque de diversiones con sus amigotes, unas cuantas chicas fáciles, varias botellas de tequila y una tupida bolsa de marihuana. En otro de esos momento de Illegal Aliens en los que uno no sabe si se trata de una ironía posmoderna o simple idiotez, Bubba orina sobre la nave extraterrestre y un rayo proveniente de esta lo mata.

La serie entonces da un vuelco policial. Dos disímiles agentes del FBI, Bibhishan "Bib" Aswakarna (Sannyasinbakhtivendanta) y Kelly Vera Adams (Thales) se hacen cargo del caso cuando el cadáver de Bubba desaparece misteriosamente de la morgue.

Muy pronto las muertes misteriosas (y las subsiguientes misteriosas desapariciones de los cadáveres) comienzan a sucederse. Sin embargo, la investigación de Adams y Aswakarna queda estancada, ya que la narración se focaliza más en sus antagonismos (él es un creacionista convencido y ella una fanática de todo lo relacionado con la New Age) y en la evidente tensión erótica que hay entre ellos. Sólo de carambola descubren, en el capítulo siete, que Saunders era en realidad el criminal de guerra nazi Albert Arschficken, oculto en Arizona desde 1941.

El misterio de las muertes se devela solo, Bubba se ha convertido en un vampiro extraterrestre que inocula sus genes alienígenas en sus víctimas. Con Watchayawannasay Falls convertida en un hervidero de vampiros, Adams y Aswakarna huyen a las montañas, junto a la rubia porrista Biffy (Tyra Rumpshaker) y el nerd Tommy Knockers (Andrew-Phillips Kalleone). Allí son auxiliados por el viejo chamán chipettawatta Hombre-con-Balde-Naranja, quien, utilizando peyote y datura, los pone en contacto con las Conciencias de los Antepasados. Así, se enteran (y de paso "subsanan" un error de guión) que los australopitecos del comienzo se transformaron en piegrandes o sasqwatschs luego de devorar a los alienígenas grises. También las Conciencias de los Antepasados (una especie de cebolla cobriza con tentáculos, digna del peor cine clase Z) les revelan que Biffy es la Elegida para eliminar a los vampiros ya que en otra vida fue la Princesa Weescoosa, la que conoce el camino.

Aquí la serie encuentra por fin una temática que explota casi hasta el final, la de Biffy y sus amigos eliminando vampiros del pequeño pueblo. Y hubiera seguido así hasta el final si no fuera porque Gaddeawa descubrió que ser el villano de la serie estaba perjudicando su imagen entre sus fans y decidió abandonar el elenco. Esto precipitó que Biffy se enfrentara con Bubba, ya convertido en un ser de aspecto satánico y subhumano. Dado que ambos fueron novios y aún el sentimiento del amor persiste entre ambos, el enfrentamiento es dramático y por momentos Biffy parece caer ante los encantos demoníacos de Bubba. Finalmente, apretando los dientes le corta la cabeza con la Espada Antivampiros que Hombre-con-Balde-Naranja le había dado y mata a Bubba. Mientras ella lo llora, el alma de él, purificada por el sacrificio, la consuela diciéndole que le hizo un favor al matarlo ya que él no era más él. Luego asciende a los cielos entre un coro de ángeles.

Con diez capítulos más por delante hasta finalizar la temporada y los vampiros eliminados, un nuevo giro en la trama se hizo necesario. Luego de un capítulo tranquilo, en el que nada sucede salvo que los habitantes de Watchayawannasay Falls entierran a sus muertos, una misteriosa nave extraterrestre aparece sobre los cielos de California. Sin previo aviso, un rayo láser es disparado desde ella y borra del mapa a todas las ciudades entre San Francisco y Los Angeles (muy bien logradas como efecto, aunque demasiado sensibleras, son las destrucciones del Golden Bridge y el letrero de Hollywood).

Aparentemente, esta nave fue llamada por Bubba y es la primera avanzada de una invasión Gris a la Tierra. El Presidente de los Estados Unidos, Abraham Wright (Morton Rust) organiza la defensa, convocando a un grupo de valientes y científicos, además del equipo de Biffy, para destruir la nave madre alienígena infectando sus computadoras con un spyware que les permitirá acceder a los códigos secretos de autodestrucción de ésta. Así, viene una seguidilla de episodios de acción creciente que culmina con la lucha a puñetazos del mismísimo presidente contra el Comandante Supremo de los Grises en la sala de máquinas de la nave mientras el reloj de autodestrucción va corriendo y acercándose irreversiblemente al cero. En el último segundo el presidente Wright le pega un derechazo al alien que lo hace caer por una cañería sin fondo y huye, con la onda expansiva de fuego y metal retorcido explotando tras de él.

La serie finaliza con el funeral de Wright, en el que se lo honra como el Héroe Salvador de la Tierra y la Democracia. Pero no acaba aquí, en los últimos minutos vemos a Wright junto a las Conciencias de los Antepasados quienes le comunican que lo han salvado sacándolo del contínuo espaciotemporal pues necesitan de su liderazgo para corregir el curso de la Historia, ya que los Grises, en un intento desesperado, han enviado un comando a 1945 y están ayudando a los nazis a ganar la Guerra con su tecnología alienígena. Wright, por supuesto, acepta la misión y, presumiblemente, eso es lo que veremos en la segunda temporada de Illegal Aliens, si es que los fans llegan a juntar las firmas necesarias para que no la cancelen.

BASIDIO RICKETTSIA