Estimulado Mauricio:

Estaba leyendo en las noticias de Axxón que han encontrado un niño lobo en Rusia cuando me tropecé con la siguiente afirmación: "Pero por raro que parezca, estos casos son relativamente comunes en Rusia". Lo primero que pensé fue escribirte, porque si hay alguien que puede arrojar algo de luz sobre este asunto es Mauricio Gafento. ¿Puedes, querido Profeta del Saber, iluminarnos a nosotros, pobres mortales, y decirnos algo más sobre esta inusitada frecuencia de niños lobos?

Benito Colina, de Montepitón.

No.

Je je je, ¡cómo me gustaría poder alguna vez contestar así, mostrar mi ignorancia sobre un tema! Pero, ¡ay de mí!, no me es posible una vez más, pues de los niños lobos rusos tengo mucha información.

Tal como dice el artículo, los casos de niños criados por lobos son relativamente comunes en Rusia. Lo que no dice (y para eso estoy yo, para decirlo) es que son extremadamente comunes en la región de Chernozhopy y virtualmente la norma en el bosque y el valle de Pidar Gnoinyj, tal como lo descubriera el antropólogo Vasili Bzdenok en 1938, cuando se encontraba estudiando las ceremonias de iniciación chamánica de los Ni Khuja.

Bzdenok, investigando las leyendas que había oído en boca de su informante Hren Khokhol, se internó por las zonas más inexploradas e inhóspitas de Chernozhopy. La mañana del 9 de marzo lo despertaron unos ruidos fuera de su carpa y cuando se asomó pudo observar a los niños que luego bautizaría en su informe como "Sergei" y "Olga". Estos dos adolescentes, completamente desnudos y desgreñados, estaban alimentándose de los restos de comida que Bzdenok había cenado la noche anterior. El antropólogo decidió permanecer en silencio, observando. Se le hizo evidente que ambos eran niños lobos cuando los vio marcar el territorio con orina y realizar otros signos característicos de la crianza por estos cánidos, bien documentados desde la aparición del legendario Iñaki Neskagaltzaile. Afortunadamente ni "Boris" ni "Olga" produjeron la seguidilla de manifestaciones paranormales asociadas con el niño lobo vasco. Lo que sí hicieron fue tener relaciones sexuales a la manera de los perros. Ahí fue cuando Bzdenok decidió intervenir, arrojando un balde de agua helada para desabotonar a los jadeantes lobos humanos. Asustados, estos huyeron por el páramo yermo.

Bzdenok los siguió por varios días, internándose más y más en Pidar Gnoinyj. En su diario cuenta que durante su periplo se sintió observado por cientos de ojos, algunos humanos y otros lobunos. Finalmente, el 20 de marzo se encontró con los Gggrragg, la tribu-manada más grande de humanos criados por lobos: en el momento de su llegada sumaban 263 ejemplares de diferentes edades, desde ancianos decrépitos hasta bebés recién nacidos.

El choque cultural de este primer encuentro fue muy grande y Bzdenok tuvo que refugiarse en la copa de un árbol, esperando que los Gggrragg se cansaran y le permitieran bajar. Al séptimo día, hambriento y picado por los insectos, Bzdenok se percató que moriría de todos modos y se enfrentó con la rabiosa manada. Un afortunado cross de mandíbula a "Igor", el macho alfa, le ganó el respeto de los Gggrragg. El antropólogo convivió con ellos durante seis años y la información que recopiló fue volcada en sus clásicos libros Tensión y Cultura Dominante en la Sociedad Salvaje, Tristes Tundras: Reflexiones sobre las prácticas de estasis lupohumano y El despertar sexual en la Tundra Nororiental. En ellos Bzdenok trazó un amplio panorama de estos "hombres-lobo" y de su compleja "sociedad".

Los Gggrragg, descubrió Bzdenok, eran la mayor tribu-manada de la nación lupohumana Dorggg, y le seguían en orden de importancia los Grgrgrgrr, los Wrrrrrff y los Gggrofff-Ggrofff. Además existían otras bandas nómades pequeñas e, incluso, individuos solitarios que preferían vagar solos por las estepas y huían de la compañía de sus congéneres.

En la sociedad Gggrragg, al igual que en otras tribus lupohumanas, existen cinco vr-r-ff, o "castas" llamadas gruff, growl, arff, bark y worff, respectivamente. Como bien señala Bzdenok, no se trata de un sistema de castas propiamente dicho, ya que los miembros de cada una pueden aparearse libremente con las otras (excepto con los worff, y aún así se han registrado casos), es más bien una estructura basada en los grados de parentesco y la condición de nativo. En estado puro los gruff (libremente traducibles como "recién llegados" o "forasteros") son los niños abandonados por sus padres humanos en el bosque para que los lobos los críen; los hijos de los gruff son growl ("hijos" o "casi nuevos"); los arff ("nietos" o "algo nativos") son los hijos de los growl y a los bark ("bisnietos" o "nativos") pertenecen todas aquellas generaciones posteriores a los arff (Bzdenok registra el caso de "Vodia", quien aseguraba ser bark de sexto grado o generación). Finalmente los worff son lobos propiamente dichos y es la única casta con una función social definida, mezcla de sacerdotes, docentes y dioses totémicos (los Gggrragg dicen ser todos descendientes del mítico héroe-lobo del mismo nombre, terror de campesinos y cosacos en el siglo XV). La pertenencia a un vr-r-ff en estado puro, observó Bzdenok, sólo es la norma para el primero y quinto de ellos, siendo bastante común el mestizaje en los restantes tres (por ejemplo, "Irina", la mujer-loba a la que Bzdenok le dedica varios capítulos de su libro Orígenes y decadencia del matriarcado Gggrrag, era bark-bark-arff-growl-arff-arff).

Los trabajos de Bzdenok produjeron un considerable escándalo en la férrea burocracia soviética y en 1947 fue enviado a un sharashka (es decir, un campo de trabajos forzados o gulag para científicos) donde permaneció hasta su desaparición en 1951. La explicación oficial fue que había muerto de tuberculosis y su cuerpo incinerado para evitar contagios, pero varios testigos confiables (entre ellos el escritor Aleksandr Goszhpolitsyn) afirman que Bzdenok fue rescatado por un grupo de lobos y hombres desgreñados que caminaban en cuatro patas, para luego perderse para siempre en la estepa siberiana.

Con la llegada de la perestroika las investigaciones de Bzdenok finalmente vieron la luz, causando sorpresa y admiración en los círculos científicos de todo el mundo. Muchas expediciones partieron en busca de las tribus lupohumanas descriptas en estos libros, pero fueron muy pocas las que regresaron con vida. Todos los sobrevivientes narraban historias parecidas acerca de ser atacados por hombres primitivos, algunos en cuatro patas y otros adoptando una postura bípeda. Estos últimos blandían toscas armas de piedra e, incluso, algún que otro AK-47. Pero fue tras la caída del régimen soviético y el desmembramiento de la URSS que la presencia lupohumana se hizo sentir con fuerza con los ataques terroristas del Frente Independentista Dorggg Obrero que literalmente cubrieron al subte de Moscú y las veredas de San Petersburgo de excrementos humanos y caninos. El F.I.D.O. también se adjudicó los asesinatos del general Vaslav Tchitcherine y del ex-Secretario de Asuntos Poco Importantes Igor Vzdrochennyi y las bombas en la Academia de Danzas Tradicionales en Bladovat y en los cuarteles generales de la Zopoliz Vstat' Rakom.

Actualmente sólo las repúblicas insulares de Haole Kea y Pokhuvuye reconocen la independencia de Dorgggovia (es decir, Chernozhopy y zonas aledañas). Y, pese que aún están en guerra con el gobierno ruso, todos los años se realizan en Grrrrroooooowowowowl, la capital, las Convenciones Internacionales de Lupohumanos, con gran afluencia de turistas y niños-lobo de todo el mundo.

MAURICIO GAFENTO