El garante
De Enciclopedia de la Ciencia Ficcion y Fantasia argentina
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Sebastián Borensztein encaró con El garante (1997) un género nuevo para él: el terror. Venía de producir los excelentes programas de humor político de su padre, el fallecido Tato Bores. En El garante, una miniserie encabezada por Lito Cruz y Leonardo Sbaraglia, marcó su debut en un programa completamente de ficción.
El hijo de Tato Bores, que dirigió Good Show y Viva la patria, fue el autor y director de los ocho capítulos de esta producción independiente. La historia trata sobre la relación que establecen un joven psicólogo (Sbaraglia) y el hombre que pretende cobrarle una deuda que dejó su abuelo al morir. Al parecer, el abuelo del psicólogo habría firmado un pacto con el diablo, pero murió sin entregar su alma. José Sagasti (Lito Cruz, en un excelente papel de diablo) es el encargado de saldar esa vieja deuda. Pero el muchacho cree que se topó con un psicópata y le recomienda comenzar un tratamiento.
"Es la lucha entre dos seres que tratan de preservar a todo precio sus bienes más preciados, pero cada uno a costa del otro", le dijo Borensztein a Clarín. El elenco se completa con Eleonora Wexler (la novia del psicólogo) y Alejandro Urdapilleta y Luis Luque en el primer capítulo.
La incursión del realizador en el terreno de la ficción marcó un giro en su carrera. Sus productos siempre satirizaron la realidad y la historia con ironía e ideas innovadoras, incluyendo escenas de ciencia ficción. Ahora, dejará por un tiempo la actualidad para meterse en "otra etapa totalmente nueva. Quería hacer cosas distintas y este género me sedujo mucho porque no está explotado en la televisión. A mí me gusta hacer cosas que los demás no hacen, aunque no descarto que algún día vuelva a poner la mira en la realidad", dice, y agrega que este proyecto, a su manera, también roza conflictos actuales.
"Estos tipos hablan de la realidad sin hablar de ella. Circulan por Buenos Aires, y a pesar de que el contenido no incluye la política, los temas se cruzan entre la codicia y la ambición desmedida. No hace falta vivir en un castillo tipo Drácula para toparse con una historia de terror. Basta caminar por la calle. [...] Que se tengan en cuenta cada vez más a las producciones independientes quiere decir que los proyectos más interesantes no surgen en los canales", opina Borensztein.