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05/ago/02
Un polémico descubrimiento
demostraría que el primer mapa de América del Norte es anterior a la llegada
de Colón. Es conocido como el Mapa de Vinland y data de 1434 según estudios
recientes.
Fueron los vikingos, pero Colón tuvo
más prensa
(La Nación) Utilizando técnicas de carbono 14, un equipo de
científicos pertenecientes a la Universidad de Arizona, al Laboratorio Nacional
Brookhaven del Departamento de Energía, y al Instituto Smithsoniano, de los
Estados Unidos, llegaron a la conclusión de que un mapa de América del Norte (conocido
como el Vinland Map) sería el más antiguo conocido hasta el momento.
Anterior incluso a la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, esta
representación cartográfica dataría de 1434. 
"Muchos
investigadores están de acuerdo en que, si el Vinland Map es auténtico, se
trata de la primera representación cartográfica conocida de América del Norte
y su datación es clave para establecer cuánto conocían los europeos acerca de
las costas del oeste del océano Atlántico", dijo el químico Graman
Harbottle, principal autor del trabajo que se publicará en la edición de
agosto de la revista especializada Radiocarbon.
Conservado en la Librería de Libros Raros y Manuscritos Beinecke, de la
Universidad de Yale, el mapa muestra el continente europeo (incluyendo
Escandinavia), el Norte de Africa, Asia y el lejano este, todos lugares
conocidos por los navegantes del siglo XV. En el noroeste del Atlántico muestra
la "Isla de Vinland", que representa una parte de la actual península
del Labrador, Newfoundland o la isla Baffin.
Un texto que figura en el mapa dice que "luego de un largo viaje desde la
isla de Groenlandia hacia el Sur, atravesando las zonas más distantes del oeste
del océano, navegando en dirección sur el hielo, los compañeros Bjarni y Leif
Eiriksson descubrieron a una nueva tierra, extremadamente fértil y que incluso
tienen vides... isla que ha sido llamada Vinland".
Origen incierto
El mapa, escrito en tinta, mide 27,8 por 41 centímetros y apareció en Europa a
mediados de la década del cincuenta, pero no posee ninguna acreditación de
posesión ni de procedencia de ninguna famosa librería. El mapa está
acompañado por el Tartar Relation, un manuscrito de incuestionada
autenticidad que de alguna forma integraba un libro en conjunto con el Mapa
de Vinland, y que fue comprado en un millón de dólares en 1958 por Paul A.
Mellon, conocido por sus numerosos obsequios a la Universidad de Yale. Ambos
documentos fueron sometidos a pedido de Mellon a una exhaustiva investigación
que duró seis años.
En 1965, la editorial de la Universidad de Yale publicó el libro The Vinland
Map and the Tartar Relation, un detallado estudio de R. A. Skelton, T. E.
Marston y G. D. Painter que argumentaba con firmeza que el mapa era auténtico,
relacionándolo con el Concilio de Basilea de la Iglesia Católica (1431-1449),
que se reunió medio siglo antes del viaje de Colón.
En 1966 y en 1996 dos conferencias científicas fueron sede de duros debates
sobre la autenticidad del mapa, pero ninguna determinación final pudo ser
realizada a partir de los datos disponibles.
A comienzos de 1995, Harbottle, junto con Douglas J. Donahue, de la Universidad
de Arizona, y Jacqueline S. Olin, del Centro Smithsoniano de Investigación y
Educación, retomaron el detallado estudio científico del pergamino. Viajaron a
Yale, donde les permitieron cortar un pedazo de 3 pulgadas de largo de una
esquina inferior del pergamino para su análisis.
¿Verdadero o falso?
Utilizando tecnología de carbono 14, los científicos determinaron con
precisión la fecha 1434, con once años de error. La inusualmente alta
precisión del datado fue posible debido a que la antigüedad del pergamino cae
justo en una región "favorable" de la curva de calibrado de la
datación del carbono 14. Este nuevo análisis del mapa reafirma su asociación
con el Concilio de Basilea, ya que la datación se corresponde con exactitud con
ese período, lo que aporta a su vez una prueba sólida sobre su autenticidad.
Muchos estudios previos que cuestionaban la autenticidad del mapa se centraron
en la composición química de la tinta empleada para su confección. Estudios
preliminares hallaron una particular forma de dióxido de titanio en la tinta,
composición que sólo fue producida en forma comercial en el siglo XX. De ahí
que muchos sugirieran que la tinta era un producto del siglo XX y que el mapa
había sido falsificado.
Estudios más recientes, sin embargo, sólo han hallado algunas trazas de
titanio, cuya presencia quizá sea el resultado de la contaminación, el
deterioro químico de la tinta con el paso de los siglos, o quizás haya estado
presente en la tinta empleada en tiempos medievales.
Otro estudio reciente ha detectado la presencia de carbón, lo que también ha
sido presentado como una evidencia de falsificación. Sin embargo, el carbón
también puede ser hallado en tintas medievales. La tecnología de datado actual
no permite estimar la antigüedad de muestras tan pequeñas como las líneas
escritas en tinta del mapa.
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[Nota de Joe: El diario La Nación publica un artículo de Roberto
Maidana, periodista del medio, que relata su propia experiencia respecto de este
descubrimiento. En la nota, titulada "Cristóbal
Colón tuvo más prensa", el periodista cuenta:
Vayamos, entonces, a algunos datos. En 1995,
hallándonos de visita periodística en Islandia, se nos permitió ver una
cantidad de manuscritos, las más que célebres sagas, todas un tesoro de arte,
historia y cultura, además de la hermosura de sus iluminaciones y caligrafía.
En uno de estos libros (a propósito: la palabra saga deriva de varias lenguas
germánicas; al inglés actual se la podría traducir como contar, narrar) se
lee:
"Bjarni Herjolfsson, un islandés, y Leif Eiriksson, hijo de Erico el Rojo,
el primero en establecerse en Groenlandia, reclaman por separado el ser tenidos
por descubridores de estas tierras en el Oeste, llamadas Vinland (tierra de
vides), Forest Land (tierra boscosa) y Flat Stone Land (tierra de las piedras
"planas"), según cita extraída del Flateyjarbok y referida a fines
del siglo XIV (años 1300).
En pie las discrepancias sobre la datación de estos hechos, lo mismo no parecen
dudar, y más con la certidumbre que arriman investigadores de la Unión,
aquellos para quienes la llegada de estos vikingos se registró -según los
nombres hoy en vigencia, sobre la costa de la Nueva Inglaterra (EE.UU.) y
Terranova y Labrador, en Canadá. Y en cuanto a la antigüedad de estos
descubrimientos, en el centro de la capital islandesa, Reykjavik, un monumento
donado por el Estado de Maine, en nombre de todos los Estados Unidos, fija como
año de los logros de Leif Eiriksson el de 930.
Seguramente todavía hará falta tiempo y nuevos esfuerzos para aclarar todos
estos puntos. Tal vez Borges, que amó a Islandia y que llamó a la lengua de
ese país "ese latín del Norte", podría resolver este dilema.
Mientras tanto, creo que no hay duda de que, en su tiempo y después, Cristóbal
Colón tuvo más prensa que Leif Eiriksson.
La nota de La Nación que
transcribimos en primer término se titula "El
primer mapa de América del Norte sería previo al arribo de Colón"
y es del 31 de julio.]
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Notas relacionadas:
“Vinland
Map” parchment predates Columbus’s arrival in North America (Brookhaven
National Laboratory)
En el mismo site se puede acceder a una imagen
del mapa de buen tamaño
Otros artículos en el site de Axxón (Zapping 124 y 119):
¿Qué antigüedad tiene esto?
Los vikingos estuvieron en América
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