Premio Axxón 2001 Mundos Diferentes A rgentina está muy mal, todos estamos muy mal. Poca gente puede decir lo contrario. Por primera vez, nos toca sufrir a todos, no sólo a los que han (hemos) quedado fuera del sistema. Nos está destruyendo la falta de futuro, la imposibilidad de encontrar un trabajo que nos provea una manera digna de vivir, de salir mínimamente adelante, de alimentar a la familia, y no hablemos de progresar. La situación económica que nos han impuesto es una forma de violencia. Y la sociedad está contestando con violencia. Lamentablemente, no hay una manera de que esta reacción de defensa —que considero terrible, como cualquier forma de agresión— se dirija hacia quienes realmente ejercen la opresión, que sería lo razonable y justo, de manera que además de sufrir la mala situación también recibimos los golpes, nos vemos envueltos en la violencia, resultamos ser las víctimas más fáciles. Es una realidad muy mala, que nos está haciendo daño; necesitamos salir y no nos dan la más mínima oportunidad de hacerlo. Mucha gente se evade de maneras más prosaicas, con alcohol u otra droga, con charla liviana, gritando en una cancha de fútbol, pero nosotros —me refiero a quienes gustamos de la lectura de CF, Fantasía y Terror— tenemos una manera de asomarnos a otros mundos. Podemos imaginar otras realidades y, a través de la lectura y de lo que nuestra mente construye al leer, recrear esos mundos, vivirlos, disfrutarlos. Se me ocurre que debo ofrecer aquí, desde este pequeño y humilde sitio de Axxón, un material de lectura que permita soñar. Por ahí es cosa del pasado, por ahí a otras personas sólo le interesa especular en directo sobre la realidad, hurgar las heridas y ver proyecciones directas de esta realidad las proyecciones lineales llevan a mundos muchos peores: ya no hace falta imaginación para escribir sobre eso, pero eso no me acobarda e insistiré con la idea. La Ciencia Ficción tiene raíces antiguas, que algunos remontan a la Grecia antigua, pero la CF tal como la conocemos, el potente género que llega desde los Estados Unidos, comenzó a surgir en Norteamérica en la década del 30. En plena Gran Depresión. Esa Ciencia Ficción, primitiva, inocente, ingenua pero con poderosas ideas, es despreciada hoy por muchos. Sin embargo, su lectura sigue regocijando. Tenía algo bueno: los escritores parecían haber captado que la gente necesitaba encontrar esperanza, o quizás escribían para ellos mismos, para satisfacer esa necesidad, sin tener consciencia de que trasmitían esperanza, ofrecían la sensación de que el futuro sería mejor, que algo se podría hacer, que los malos momentos que estaban viviendo serían exorcisados por el avance de la tecnología y la ciencia. Yo creo que hoy, en esta realidad, deberíamos dejar de hurgar nuestras heridas. La Ciencia Ficción deprimente —basada en proyecciones lineales— está muy bien como análisis y crítica de la realidad, y no propongo despreciarla ni abandonar el tema, pero ya hay demasiado de eso. Es repetitiva. Es depresiva. Sólo deja —si uno soporta hasta el final— más gusto amargo. Hace falta esforzar la imaginación, pensar en salidas. No propongo volver a la ingenuidad, sino usar la materia gris, que por suerte todavía tenemos, para imaginar formas diferentes de sociedad, formas diferentes de economía mundial, imaginar cómo, cuándo, por qué, de qué manera, el perverso sistema actual se podría romper y podríamos mejorar la situación. Hoy, posiblemente, no se trata de tecnología. Quizás sí de ciencia: Sociología, Psicología, Política. La ciencia no se termina en la física, cosmología y genética. La Ciencia Ficción es, para mí, un sinónimo de imaginación. Imaginemos. Invito a escribir con este espíritu. Escriban para satisfacerse, para sentirse mejor. Piensen en mundos mejores, y háganlos creíbles. No excluyo la Fantasía y el género de Terror (u Horror, como lo llaman los norteamericanos). Como editor, deseo ver material así. Un texto que evada y maraville. Sé que no es fácil: además hay que hacérselo creer al lector. Se me ocurre que es un buen desafío. Y una manera de intentar —hoy en día si no nos dejan hacer, al menos debemos intentar, todo el tiempo intentar— el comienzo de algo que puede ser potente y avasallador. Por una vez —aprovechemos la oportunidad— depende de nosotros, no del ministro de economía y el Riesgo País.CONVOCATORIA |