16/Abr/04 Insectos atacan asilos y matan a la gente indefensa TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Solenopsis invicta, Hymenoptera, Formicidae Investigadores de la Universidad de Mississippi afirmaron que las hormigas de fuego sudamericanas (Solenopsis invicta, Hymenoptera: Formicidae) se están volviendo un creciente peligro para los residentes de los asilos de los Estados Unidos, ya que esta plaga no nativa se extiende cada vez más por ese país y, además, la edad promedio de la población de los EEUU aumenta. Robin Rockhold, profesor de toxicología y de farmacología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Mississippi, dijo que los científicos han documentado por lo menos seis ataques en asilos o clínicas de reposo y tantos otros ataques en residencias, apartamentos y hoteles privados durante la década pasada. Además de los documentos de los investigadores sobre ataques a asilos dos en cada uno de los estados de Florida, Tejas y Mississippi, las hormigas de fuego también han atacado a los residentes de una institución estatal en Alabama, donde por lo menos cuatro residentes del asilo murieron una semana después de un ataque de hormigas de fuego. "De algún modo, ésta es una llamada de atención para el futuro", dijo Rockhold la semana pasada en una entrevista telefónica, antes de hablar en una conferencia nacional sobre hormigas de fuego en Baton Rouge. "Debemos reconocer la potencialidad de este problema". Los pacientes del asilo atacados por las hormigas tenían dolencias físicas o mentales que les impedían moverse o gritar pidiendo ayuda. Las hormigas son rápidas y avanzan unos 15 cm de terreno en 10 segundos. Un residente de la clínica de reposo fue encontrado cubierto de hormigas a las 4 de la mañana; no había ninguna allí cuatro horas antes y un inspector de control de plagas no había visto ninguna el día anterior, dicen los investigadores. Las hormigas de fuego tienen entre tres y seis milímetros de largo, pero infligen una picadura que produce un dolor desproporcionado con su tamaño. Es raro que a uno lo pique una sola hormiga de fuego. Se suben al cuerpo de una persona en grandes cantidades y después pican casi simultáneamente. Las picaduras se ven primero como pequeños verdugones rojos que después de 8 a 10 horas desarrollan pústulas del tamaño de la cabeza de un alfiler. Al principio se sienten como quemaduras y después pasan a convertirse en una severa picazón. Cerca del dos por ciento de la población es alérgica a las picaduras de la hormiga de fuego y a cualquier otra picadura de insectos. Pero las muertes documentadas no fueron a causa de reacciones alérgicas, sino por las complicaciones que causaron las picaduras a víctimas en condiciones de debilidad. Por ejemplo, según un informe de 1995 de los investigadores una mujer de 90 años de edad murió debido a paro cardíaco en una clínica de reposo de Texas seis días después de sufrir un ataque de hormigas de fuego. Las hormigas de fuego son nativas del sur, pero las hormigas locales han sido empujadas por sus similares sudamericanas, que no tienen ningún enemigo natural en los Estados Unidos. Las hormigas sudamericanas de fuego llegaron a Mobile, Alabama, en los años 30, probablemente en la basura que se usaba como lastre en los barcos. Las hormigas se extendieron pronto a través de los estados del golfo y ahora se encuentran tan al norte como ambas Carolinas, Kentucky, Arkansas y Oklahoma, y en algunos lugares de California y New Mexico. Los expertos dicen que es probable que hacia el norte hayan llegado tan lejos como Virginia, Maryland y Delaware del lado este y Oregon y Nevada en el oeste. Es posible que hayan logrado llegar hasta Washington o Utah. El entomólogo médico Jerome Goddard de la Universidad de Mississippi y el Departamento de Salud de Mississippi recomendó hace dos años que se fijen pautas para tratar las hormigas de fuego en los lugares de cuidado médico. En las recomendaciones se incluye que se guarde un registro de cuándo y dónde se han visto hormigas y otras plagas para información de un contratista de control de plagas, comprobando el césped una vez por semana para saber si hay nidos de hormigas de fuego (sus hormigueros forman montículos), y que se requiera la actuación de un contratista en el plazo de 24 horas si se encuentran hormigas en cuaquier parte dentro del lugar. Las reglas federales ya obligan a todas las clínicas de reposo que tengan contratos de control de plagas y que mantengan sus instalaciones libres de ellas, dijo Jeff Smokler, portavoz de la American Health Care Association. "¿Siete ataques en diez años significan un problema? Por supuesto", dijo. "Un ataque ya es un problema. Uno es mucho." "Desafortunadamente, las hormigas de fuego se mueven muy rápido", dijo Smokler. "Son capaces de meterse a través de una pequeña grieta en los cimientos en muy corto tiempo".
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