25/Ago/04 Insectos que comen carne trabajan en los museos TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Dermestes maculatus, Coleoptera, Dermestidae La prensa se hizo eco de un hecho que en realidad no es raro en los museos: un equipo del Museo de Historia Natural de Londres (Natural History Museum) ha reclutado un batallón de insectos comedores de carne en descomposición (o tejidos secos, más bien) para que ayuden en la ardua tarea de limpiar los esqueletos de los animales que se van a exponer o estudiar. Estos insectos de 10 mm trabajarán para el Museo en la limpieza de los huesos de cuerpos de animales que aún tienen restos de tejidos pegados sobre ellos. El estudio de los huesos ayuda a los investigadores a conocer la manera en que vivió un animal e incluso a identificar las especies y saber si se trata de una nueva. La mayoría de los animales que se conservan en freezers en el museo de Londres tienen intactas sus carnes. La tarea de los pequeños escarabajos es retirar cada partícula de carne, piel y tejidos para dejar expuestos los huesos, un trabajo que hacen a la perfección. Los primeros "menús" incluyen un pez naranja y rugoso, Hoplostethus atlanticus, un murciélago frutícola de cola larga, Notopteris macdonaldi, que proviene de las islas Vanatu del sur del Pacífico, y un ave muy rara de Noruega. El curador del museo, Patrick Campbell, dijo: "No son los colegas más convencionales pero trabajan mucho. Sus larvas comen la mayor parte y cuando se ha establecido un grupo consumen de dos a cuatro kilos de carne por semana". Los insectos son los llamados "escarabajos de museo", Dermestes maculatus (Coleoptera: Dermestidae), que son comunes en muchos lugares del mundo, incluyendo Gran Bretaña. De una población inicial de 100 adultos y larvas, se espera que la colonia del Museo de Historia Natural crezca a unos 1.000. La ventaja de estos limpiadores naturales es que los huesos no son tocados en absoluto, conservándose todos sus detalles. En el pasado, para limpiar los cadáveres se usaba peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y tetracloruro de carbono, pero estos químicos son muy activos y penetraban en los huesos, dejándolos frágiles y destruyendo la información molecular. Cuando el trabajo lo hacen los insectos, los huesos y el colágeno no son tocados de ningún modo. Como estos insectos se alimentan de cadáveres secos (incluyendo los exoesqueletos de los artrópodos), se los debe mantener encerrados bajo gran seguridad, lejos de las colecciones del museo y de animales embalsamados y pieles. Los esqueletos que se hayan procesado de este modo en el Centro Darwin serán limpiados y frizados antes de transportarlos para asegurar que no se transfieren escarabajos. Más información:Museum Recruits Flesh-Eating Insects
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