29/Ago/05 Producción del colorante natural grana cochinilla en México TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Dactylopius coccus, Dactylopius coccus Costa, 1835, Hemiptera, Dactylopiidae
Sergio Fernando Juárez recibió una única herencia de sus abuelos: el conocimiento de una actividad ancestral de origen oaxaqueño con la grana cochinilla, que en el pasado se utilizaba para pintar códices y vestimentas y ahora se emplea en la industria cosmética y alimenticia. Desde niño, su obsesión fue incentivar la producción de este insecto, que se hospeda en el nopal, para dar una alternativa en zonas paupérrimas de su región; ahora, el joven mixteco tiene un invernadero y la carta de un laboratorio inglés que certifica que la grana que cultiva "es la mejor del mundo". Oriundo de San Andrés Huayapam, Oaxaca, Sergio, de 21 años, obtuvo el Premio Nacional a la Juventud Indígena 2005 en el área de preservación y desarrollo cultural, por rescatar y proyectar el colorante a escalas nacional e internacional. Además, sus investigaciones han logrado mejorar la técnica productiva del mismo. En entrevista, el joven habla de este proyecto de vida que se fortaleció con las escenas dramáticas de su pueblo y de otras comunidades, en donde las familias se desintegran por la necesidad de ir a otras zonas en busca de trabajo. "Yo he vivido de cerca la marginación, la pobreza, y también la he sentido porque hemos tenido malos tiempos en los que no teníamos para comer. Por eso, siento la necesidad de hacer algo" por los oaxaqueños, dice Sergio. Sus abuelos conservaron el pie de cría de la grana, le enseñaron el cariño por la misma y la importancia de conservarla. Pronto, comenzó a desarrollar un proyecto productivo con el colorante que, al mismo tiempo, permitiera apoyar a las zonas marginadas de la región mixteca y de la sierra Juárez. Su propósito, en términos de impacto social, es que los habitantes de esa zona produzcan su propia grana para obtener ingresos y no emigren hacia otras zonas del país o a Estados Unidos. Explica que la grana cochinilla tiene una serie de potencialidades hasta para la recuperación de suelos y es fundamental mejorar su producción. La grana que hay no es suficiente, por lo que es necesario cultivar huertos. Apunta: "la técnica de nopaloteca llamada así porque los nopales que se cultivan están acomodados como los textos de una biblioteca es una herramienta para este propósito." Señala que los pobladores de su región están interesados en la iniciativa, sin embargo, falta capital para iniciar una producción en grande que satisfaga la demanda nacional "de 90 a 100 kilos mensuales" y la internacional de "200 toneladas" por bimestre. Por lo pronto, en el invernadero en el que participa su familia y otros jóvenes de la región se producen "tres kilos cada tres meses". El kilo tiene un precio en el mercado internacional de 100 dólares. Sergio, quien ha obtenido varios premios por su constancia en éste y otros proyectos de conservación y manejo de recursos naturales, también consiguió una beca en el Tec de Monterrey, donde estudia la carrera de ingeniería industrial. Dice al gobierno que "los indígenas y comuneros no somos una carga porque somos gente con potencial, que puede cambiar la dirección de México". Al igual que Sergio, otros ocho jóvenes indígenas, entre ellos, Beatriz Hernández, de 23 años, obtuvieron el Premio Nacional a la Juventud Indígena. La joven de Zimatlán de Lázaro Cárdenas, Putla, en Oaxaca, es la primera abogada de su comunidad. Desde 1930 su pueblo está en conflicto con San Pedro Yosotato, Tlaxiaco, por una tierra que ancestralmente poseía Zimatlán. Debido a esta problemática, que ha dejado dos indígenas muertos, 11 presos y 47 órdenes de aprehensión en años recientes, Beatriz comenzó la lucha por promover y defender las garantías. Fundó con otros compañeros el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas, desde donde ha continuado la intensa labor, al grado de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitará Oaxaca tras un informe de esta organización sobre la situación de los indígenas ante el proceso penal. El insecto La grana o cochinilla (Dactylopius coccus Costa, 1835, Hemiptera: Dactylopiidae) es un insecto que parasita las hojas del nopal o tunera. Tiene forma de grano rojizo-negro cubierto por un polvo blanco. Son colocados en las pencas en trapos que se sujetan a los picos de las hojas de las tuneras. Cuando han alcanzado su desarrollo (unos 8 milímetros), se recogen con un cepillo y se colocan al sol o se secan en hornos. El producto final se utiliza para teñir tejidos de grana y carmín. La aparición de los tintes sintéticos hizo que su cultivo disminuyese bruscamente. Al ser un producto natural, es preferido por muchos consumidores como alternativa de los tintes industriales. En el México precolombino era un producto entregado como tributo de los pueblos vasallos a los mexicas. "Al color con que se tiñe la grana llaman nocheztli, quiere decir, sangre de tunas, porque en cierto género de tunas se crían unos gusanos que se llaman cochinillas, apegados a las hojas, y aquellos gusanos tienen una sangre muy colorada, ésta es la grana fina que es conocida en esta tierra... A la grana que ya está purificada y hecha en panecitos, llaman grana recia o fina, véndenla en los tiánquez hecha en panes, para que la compren los pintores y tintoreros". (Fray Bernardino de Sahagún) Algunas tribus, incluso recogían las cochinillas en los días de grandes tormentas, para que no les pasara nada. Decían que su tintura era buena para evitar las picaduras de los mosquitos, aunque Humboldt dice que lo probó y le picaban igual. (Ignacio González) En el año de 1820 llegaron desde México a Cádiz con dirección a su Sociedad Económica ocho nopales o higueras tunas de América, las que venían cargadas del insecto llamado cochinilla. La Sociedad consiguió en el mismo año una generación numerosa, y en su consecuencia las Cortes mandaron por su decreto de 29 de Junio de 1822, que se excitase el celo de las Sociedades económicas de las otras provincias, que por su temperatura permitiesen el cultivo de este insecto. Ninguna parecía más a propósito que la de Canarias, y bien lo comprendió asi el canónigo de La Laguna D. José Quintero Estévez, a quien se le debe en gran parte el rápido vuelo que ha tomado en las islas la plantación de la cochinilla. Este laborioso eclesiástico, verdadero amigo del país, hizo venir de Cádiz algunos insectos, y a fin de propagarlos practicó diferentes ensayos, todos con el mejor éxito, llegándose a persuadir que algún día constituiría el cultivo de la grana, la principal riqueza de las Canarias. Fuente: La Jornada y otros sitios Más información:Grana cochinilla
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