01/Sep/05 Definen claves de cómo forman su exoesqueleto los escarabajos TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Coleoptera, Escarabajos, Exoesqueleto, Tenebrionidae, Tribolium castaneum Aun en una época en la que se fabrican productos de alta durabilidad, resistencia y capacidad de protección, textiles y calzados hechos con alta tecnología, es posible que no haya una mejor capa protectora para resistir los elementos y proteger el cuerpo que las de los insectos. Durable, flexible y ligero, el fuerte exoesqueleto que protege la mayoría de los insectos ha ayudado, sin duda, a asegurar su éxito evolutivo y causar su gran abundancia. Ahora, científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) de EEUU han descubierto cuáles de los genes de los escarabajos son los responsables de producir su impresionante esqueleto externo. Richard Beeman, un entomólogo del Centro de Investigación de Mercadeo y Producción de Granos mantenido por el ARS en Manhattan, Kansas, colaboró con Karl Kramer, un investigador retirado del ARS, y los investigadores de la Universidad Estatal de Kansas para descubrir que hay solamente tres genes que dirigen el complejo proceso. Un gen estimula la producción de la cutícula exterior, llamada dermatoesqueleto, mientras otro gen incita a una enzima a comenzar la construcción de la cutícula que cubre los intestinos del insecto. El tercer gen termina el proceso, causando que el esqueleto exterior se endurezca para volverse una armadura protectora, que protege al insecto contra heridas, infección y desecación. Los hallazgos, algunos de los cuales fueron publicados en una edición reciente de Proceedings of the National Academy of Sciences (Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias), podrían estimular el desarrollo de nuevos métodos de control de insectos sin la utilización de productos químicos. Para que sirviera como modelo, los investigadores escogieron un insecto muy estudiado: el escarabajo rojo de la harina (Tribolium castaneum, Coleoptera: Tenebrionidae). Este escarabajo de color rojizo es bien conocido en el sector de los granos por sus costosas invasiones a los cereales y nueces almacenados. Beeman ya ha acumulado una extensa información genética sobre el insecto. Sus mapas genéticos del escarabajo, más los hallazgos de sus colegas, en combinación con la información reciente sobre la secuencia del genoma del escarabajo, proveyeron el fundamento para el reciente estudio. Usando una técnica llamada interferencia de ARN, los investigadores inhibieron ciertos genes para determinar cuáles son los involucrados en sintetizar la materia quitinosa que forma el esqueleto externo de los insectos. Así supieron que habían identificado uno de los genes claves cuando, después de desactivarlo, la cutícula de los escarabajos investigados quedó blanca y blanda, no se coloreó o endureció como debería. Fuente: ARS
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