26/mar/02
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Falleció el argentino César Milstein, Premio Nobel de Medicina
(Clarín, del 25 de marzo de 2002) El Premio Nobel en Medicina de 1984, el argentino
nacionalizado británico César Milstein, falleció anoche en Cambridge,
Inglaterra, víctima de una afección cardíaca, a los 75 años. La noticia fue
confirmada anoche a Clarín por su hermano Ernesto.
Milstein se formó profesionalmente en la Argentina y se perfeccionó en
Inglaterra. Su vida fue un reflejo, un ejemplo apenas, de lo que le pasa a
centenares de científicos argentinos que comienzan su educación en nuestro
país y que luego deben emigrar por falta de un trabajo acorde a sus
expectativas. Y que en ese paso de su vida son reconocidos y premiados por su
dedicación y sus avances.
Fue distinguido en 1984 con el Premio Nobel de Medicina junto a los
científicos Niels Jerne (británico) y George Kholer (alemán) por sus trabajos
para perfeccionar el sistema de defensa inmunológico con el que naturalmente
cuentan los seres humanos. Un trabajo por el que los especialistas aseguran hay
un antes y un después en la Ciencia y en la investigación. Milstein comparte
el honor de ser Premio Nobel en Argentina sólo con otros dos científicos
argentinos: Bernardo Houssay y Luis Federico Leloir.
El Premio Nobel lo recibió por una investigación que hoy permite, entre otras
cosas, que los test de embarazos se hayan transformado en análisis rápidos y
caseros. Pero esos descubrimientos que dieron lugar a negocios millonarios a él
no le significaron ni siquiera un peso. Este hallazgo produjo una revolución en
el proceso de reconocimiento y lectura de las células y de moléculas extrañas
al sistema inmunológico.
Sus colegas se referían a él como "un caso para estimular las vocaciones
de la gente que se dedica a estudiar problemas complejos con una retribución
que muchas veces apenas alcanza para subsistir".
Era un biólogo marino al que muchos colegas definían como obsesivo y
meticuloso. Nació en Bahía Blanca el 8 de octubre de 1927 y estaba casado con
Celia Prilleltensky. En una entrevista concedida a la Revista Viva de Clarín,
declaró ante la pregunta de por qué no había tenido hijos: "Hubieran
sido un problema. Es una cuestión de personalidad. Para mí, la vida
científica es muy absorbente, me gusta demasiado y hay una necesidad de
sentirse libre para hacer lo que uno quiere".
Caminar y andar en bicicleta eran sus pasatiempos favoritos, así como la buena
comida y los buenos vinos. Para explicar cuál fue el motivo por el que volcó
su vida a la ciencia, Milstein decía: "Tenía 11 años y mi madre me
regaló el libro Los cazadores de microbios, escrito por Paul De Kruiff y
poblado de historias de grandes microbiólogos. Ese libro me dejó convencido de
que eso era lo que yo quería hacer. Fue fantástico. Y con el tiempo encontré
a varios científicos que lo habían leído".
Después de terminar sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Bahía
Blanca, se instaló en Buenos Aires para estudiar Química en la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales. Tras doctorarse, trabajó como investigador en el
Instituto Nacional de Microbiología de Buenos Aires. Pero en 1963 el gobierno
cívico militar que depuso a Arturo Frondizi el año anterior intervino el
Instituto Malbrán y desmanteló el laboratorio de Biología Molecular en el que
Milstein se desempeñaba. Así, no tuvo otra alternativa que dejar el país.
Llegó al laboratorio molecular de la Universidad de Cambridge, bajo la
supervisión de George Kobler, también Premio Nobel.
Ya en 1975, junto a Kobler, descubrió un decisivo método para obtener líneas
celulares productoras de anticuerpos específicos. En 1983 fue nombrado como
jefe y director de la División Química de Proteínas y Acidos Nucleicos de la
Universidad de Cambridge. En 1987 -en una de sus visitas a la Argentina, que se
repetían con asiduidad- fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Bahía
Blanca y recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional del Sur.
Nunca dejó de venir a la Argentina y siempre brindaba diferentes conferencias
de prensa y charlas. También colaboró en muchos proyectos con el Estado. En
1991, por ejemplo, apoyó técnicamente, junto a su equipo de la Universidad de
Cambridge, una campaña que contemplaba la realización de análisis de
detección del virus del HIV.
Milstein declaró varias veces que no creía en un rápido descubrimiento de una
vacuna que curara el SIDA y por eso dedicó sus últimos años a la
investigación de esta enfermedad.
Siempre fue mostrado como el ejemplo del "argentino exitoso". El
decía: "Los argentinos tiene una potencialidad muy particular, muy rica. A
cualquier argentino que va al exterior generalmente le va muy bien. Hablo de
material humano excelente. Siempre me ponen a mí de ejemplo porque soy Premio
Nobel. Por eso no entiendo por qué no arrancamos. La Argentina me da mucha
tristeza, es un país inestable, imprevisible. Y creo que no hay ni habrá
ningún médico que cure el mal argentino. O lo curan los argentinos, o no se
cura nada".
Anoche murió César Milstein. Argentina, ese país que pareció no darle lugar
para que viva y crezca, Gran Bretaña y el mundo lo extrañarán.