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31/mar/02




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Un nuevo proyecto de la NASA para estudiar el sostén de la vida en el espacio examina la utilización y reutilización de los alimentos. Esto incluye el reciclado de las deposiciones de los astronautas.

Comida espacial a base de orina y defecaciones

(Adaptado de Wired News) El tema es simple: si queremos tener un futuro en el espacio exterior, tendremos que aprender a convertir en alimento nuestras deposiciones. El reciclado eficaz de las deposiciones de los astronautas es sólo uno de los problemas que abordarán los investigadores de la Purdue University. El grupo ha obtenido un subsidio de 10 millones de dólares que será efectivizado en un período de cinco años para dirigir el NASA Specialized Center of Research and Training (NSCORT) for Advanced Life Support (Centro Especializado de la NASA para la Investigación y la Capacitación en el Sostén Avanzado de la Vida).

La tecnología de los alimentos, la generación de oxígeno, la filtración de agua y la producción de biomasa deberían integrarse totalmente en el marco de cualquier sistema de sostén de la vida si queremos recrear el ciclo de la vida digamos, en la Estación Espacial Internacional o en una colonia espacial en Marte. Hay que tener en cuenta que lanzar cinco kilos al espacio cuesta 10.000 dólares.

El Centro no abrirá oficialmente hasta el primero de octubre, pero el modelo ideado por Purdue de un ambiente autosustentable es claro: desarrollar hábitats "bioregenerativos" en los cuales los productos derivados de un sistema sean utilizados y procesados por otro.

Las bacterias, por ejemplo, se hacen un festín con las deposiciones humanas sólidas y generan calor. Esa energía puede calentar reactores a temperaturas de casi 90 grados centígrados. Asimismo, las plantas crecen en los excrementos, extraen agua y liberan vapor al aire, donde se lo puede condensar en agua pura. "La orina también tiene muchos sólidos, de modo que también debemos purificarla", explica James Alleman, subdirector de la Facultad de Ingeniería Civil de la Purdue University.

En el pasado, la NASA hervía el agua y capturaba el vapor, pero Alleman está ideando un sistema que aprovecha mejor la energía congelando la orina y filtrando los sólidos de las sales.

Por razones de espacio y energía, los colonos tendrán una dieta principalmente vegetariana, compuesta de cereales como arroz y trigo, legumbres como porotos de soja y maníes, batatas, papas, ajo, cebollas y cultivos para ensaladas como lechuga y tomate. Todos los cultivos serán hidropónicos, es decir, se cultivarán en una solución de agua y minerales. Los champiñones y los peces se alimentarán con desechos de plantas que los humanos no pueden ingerir, y de esta manera se aportará una mayor variedad a la dieta de los colonos.

La profesora de ingeniería civil de la Purdue University Kathy Banks ha estado investigando las "biopelículas" (básicamente láminas de microbios) que tratan y limpian el aire y el "agua gris", es decir, el agua utilizada para bañarse y para lavar los platos. Las biopelículas crecen en las superficies plásticas a través de las cuales pasa el agua y el aire, de modo que se crea un filtro muy similar a los que se encuentran en las canillas, salvo que los microbios ingieren los contaminantes orgánicos que encuentran.

Un veinte por ciento del subsidio de la NASA será utilizado para investigaciones que realizarán las universidades Purdue y Howard para analizar el modo en que podrían integrarse los sistemas. "Se trata de un sistema complejo formado por muchas partes", afirma el doctor Cary Mitchell, director de NSCORT y profesor de fisiología vegetal en Purdue. "Todos funcionan de manera independiente, pero ¿qué sucede cuando uno los interconecta?".

Para mantener una atmósfera saludable, por ejemplo, los colonos necesitan saber cuándo plantar y cosechar cuáles cultivos y en qué cantidades. El cultivo de vegetales también hace necesario realizar cálculos del espacio, el agua y los deshechos de minerales nutrientes necesarios. "Tenemos que lograr que el carbono se recicle constantemente para que las plantas puedan crecer y las personas puedan respirar", explica Mitchell.

Ingenieros agrónomos de la Universidad de Alabama A&M también colaborarán en el desarrollo de sistemas sustentables de producción de alimentos.

El doctor Charlie Barnes, director del programa de sostén de la vida en la NASA, señaló que el programa espacial ha tenido varios programas NSCORT desde 1990 sobre temas como biología celular y molecular, higiene de las radiaciones ionizantes y biología gravitacional.

La nota y varios links relacionados:

http://wired.terra.com.ar/wired/negocios/02/03/27/neg_40493.html