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12/mar/02




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La genómica nutricional (Nutrigenomics) plantea el estudio del efecto de los alimentos a nivel molecular y genético. El proyecto de genoma humano suma herramientas para asistir a este nuevo espacio de investigación. 

Viva más años con una dieta de ADN

(Wired News) La manzana diaria puede ser sustituida por extraños compuestos y aminoácidos que evitan las enfermedades. Ese el objeto de una nueva rama de investigación genética: la genómica nutricional.

Esta nueva rama de las ciencias estudia el efecto de la nutrición en el nivel molecular, genético. Es posible ahora olvidarse de la "dosis diaria recomendada" y todas las normas ideadas para la población en general. Las nuevas investigaciones aportarán dietas "a medida" para cada uno, acordes con su constitución genética.

Desde hace mucho se viene estudiando la relación que existe entre la dieta y el metabolismo. ¿Cómo es que alguna gente que consume muchas grasas no tiene enfermedades cardiovasculares? ¿Por qué razón personas que no comen muchas grasas tienen un nivel muy alto de colesterol?

Ahora, como resultado del proyecto genoma humano, los científicos tienen los instrumentos necesarios para responder estas preguntas y las respuestas tendrán consecuencias fundamentales para la salud.

En realidad, este campo de investigación es tan prometedor que la Universidad Rutgers ya ha creado una cátedra independiente de genómica nutricional a cargo del Dr. Mohammed Rafi. En este momento, el jefe de la cátedra está equipando un laboratorio y eligiendo el grupo de investigadores que se dedicará a estudiar las relaciones entre la dieta y el cáncer.

Se trata de un proyecto a largo plazo, pero algunos resultados podrán aprovecharse en el futuro inmediato.

"Creo que dentro de cinco años se podrá determinar la tendencia a desarrollar enfermedades cardiovasculares mediante un sencillo análisis de sangre", dice la consultora Nancy Fogg-Johnson, de Life Sciences Alliance, quien creó la expresión "genómica nutricional" (en inglés, nutrigenomics) junto con su colega Alex Meroli.

Ya existen dispositivos de mano para analizar el ADN, que podrían utilizarse para detectar esa tendencia.

Pero lo más importante es que la genómica nutricional permitirá cruzar esa información con la alimentación y los componentes de los alimentos, de modo que el efecto sea muy positivo para la salud del individuo, agrega Fogg-Johnson.

La idea es que los alimentos riesgosos, como las grasas saturadas, podrían reemplazarse con otros positivos que provoquen la descomposición del colesterol. Por ejemplo, comer salvado de avena en lugar de rodajas de queso.

No se necesitan millones de dólares para llegar a esta conclusión, pero la ciencia de la nutrición todavía ignora cómo reacciona el organismo en el nivel molecular. La genómica nutricional será la encargada de descubrirlo.

Si bien en un comienzo el cruce entre la dieta y el ADN se hará de manera amplia, la genética permitirá afinar las prescripciones para una atención preventiva de la salud.

Probablemente lleve muchos años, pero Fogg-Johnson cree que la genómica nutricional permitirá organizar dietas que eviten o demoren la aparición de enfermedades graves y muy difundidas hoy, como el cáncer y algunas enfermedades degenerativas como el mal de Alzheimer.

Se prevé además una dieta que tenga en cuenta a la vez la constitución genética y la actividad. Por ejemplo, la dieta de un atleta debe tener en cuenta también su constitución genética para lograr una eficacia máxima.

Ya se han dado algunos pasos para comercializar la investigación en genómica nutricional. Una empresa denominada Galileo Laboratories ya ha iniciado conversaciones con fabricantes de alimentos para llevar sus productos al mercado.

Galileo se especializa en los problemas de óxido-reducción, perturbación del metabolismo energético celular que provoca enfermedades como la apoplejía, los ataques de corazón, las inflamaciones y la diabetes. La empresa dice que ha encontrado diversos compuestos que podrían prevenir o demorar la aparición de estas enfermedades.

"Fundamentalmente, Galileo está traduciendo la investigación nutricional en la producción de productos que eviten (o demoren) las enfermedades cardiovasculares", dice el Dr. Sekhar Boddupalli, vicepresidente de Galileo en el campo de investigaciones.

Boddupalli también sostiene que la genómica nutricional desempeñará un papel importante para la seguridad porque permitirá comprobar en el laboratorio el efecto de nuevos componentes nutricionales.

"Pensemos por ejemplo en los ácidos grasos saturados en los alimentos: hace 10 ó 15 años las empresas productoras de alimentos decían que no eran un problema y no tenían efectos negativos sobre la salud y el bienestar. Ahora, sus riesgos son evidentes y la Asociación Cardiológica Norteamericana ha publicado un artículo en el cual se solicita que los productos alimenticios que los contienen lleven una etiqueta especial, porque pueden provocar el engrosamiento de las arterias. La genómica es una técnica muy poderosa para comprender cuál es el efecto de estos productos sobre la salud y el bienestar de los seres humanos."

En última instancia, la genómica nutricional es sólo una rama de la genética, como la genómica de las proteínas (en inglés, proteomics) y la genómica farmacológica (en inglés, pharmacogenomics), que han surgido después de establecido el mapa del genoma humano. Sin embargo, la interacción entre los alimentos y la expresión de los genes tendrá un efecto mucho más profundo en la sociedad puesto que todos tenemos que comer.

No obstante, se trata de un tema muy complejo que implica cuestiones de otro orden que habrá que resolver.

El tema de los seguros es una de estas cuestiones. ¿Qué consecuencias tendrá para la póliza de seguro de vida el hecho de que el solicitante tenga una tendencia genética a las enfermedades cardiovasculares? ¿Qué consecuencias tendrá para el interesado el hecho de no observar una dieta que demore la aparición de la enfermedad?

Todos estos temas todavía imprecisos llegarán algún día a los tribunales. Lo único seguro es que, en el futuro, la dieta tendrá más vinculación con la constitución genética de cada uno y que la manzana diaria se verá reemplazada por algún aminoácido.