03/mar/02
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Diseñado por el MIT, el Afghan eXplorer ya se
perfila como un posible cronista desde la zona del conflicto en Afganistán.
Está operado por control remoto, pero sus colegas de carne y hueso dudan de su
efectividad.
Robot-periodista: ¡Tiemblen corresponsales de guerra!
El robot-periodista -una máquina de informar dirigida por control
remoto- está recibiendo los últimos retoques en su hardware antes de emprender
su primera misión: cubrir la guerra en Afganistán.
El robot, una creación de los ingenieros en sistemas del Computing Culture
Department (Departamento de Cultura Informática) del Massachusetts Institute of
Technology (MIT, Instituto de Tecnología de Massachusetts), viene equipado con
todo lo necesario para llevar a cabo entrevistas y recoger primicias.
Una vez desembarcado en el destino correspondiente, el roboperiodista podrá
aventurarse utilizando el motor eléctrico con que está equipado en territorios
considerados demasiado peligrosos para sus colegas del género humano.
Pero ni los creadores del robot creen que la máquina pueda llegar a sustituir
realmente a un periodista de carne y hueso.
"Jamás diría algo así", aseguró Chris Csikszentmihalyi, director
del Computing Culture Group y jefe del equipo que llevó adelante el proyecto.
En los medios de comunicación están de acuerdo. "Tomen como ejemplo a
Daniel Pearl. No se podría haber mandado una máquina para hacer algo similar;
sería bueno si se pudiera, pero lo concreto es que no funcionaría",
comentó Daniel Sneider, redactor de noticias nacionales y corresponsal en el
exterior del San Jose Mercury News.
"Lo que Dan Pearl intentaba hacer era sutil y complejo. Por más que se
programe un robot, no creo que nunca se lo pueda poner a ese nivel", opinó
Andrew Ross, jefe de redactores para el ámbito nacional e internacional del San
Francisco Chronicle.
El mayor desafío para el robot, cuyo nombre es Afghan eXplorer, es lograr que
sus colegas periodistas lo tomen en serio.
"Me jacto de tener mucha imaginación, pero la verdad es que me resulta muy
difícil imaginármelo", afirmó Ross.
Sin embargo, el equipo del MIT está convencido de que su robot puede
desempeñar funciones periodísticas.
El equipo se inspiró en la convicción de que las noticias que llegan desde
Afganistán no revelan una imagen completa de la situación. Las Fuerzas Armadas
de Estados Unidos actualmente restringen el acceso de la prensa a la zona de
guerra, con el argumento de que algunas áreas son demasiado peligrosas para los
periodistas.
El equipo del MIT alega que nada es demasiado peligroso para un robot.
"Como la entidad legal del robot no está definida, actualmente tiene la
posibilidad de ingresar donde los periodistas no tienen acceso", explicó
Csikszentmihalyi.
El aparato de 90 x 60 cm, cuyo valor es de 10.000 dólares, está equipado con
una cámara de video digital capaz de filmar en una amplia gama de condiciones
lumínicas. También cuenta con dispositivos de grabación de audio digital y un
sistema de intercomunicaciones para entrevistas remotas.
El robot se maneja por control remoto. Csikszentmihalyi destacó que una de las
principales ventajas de la teleoperación es que se puede enviar al robot donde
fuere que esté la noticia.
"También nos permite utilizar la inteligencia y el razonamiento humanos
para tomar decisiones cuando miramos a través de los ojos del robot",
agregó.
Un enlace satelital de doble vía para transmisión de voz y de datos de 10 kbps
permite transmitir información comprimida de voz y video entre el robot y el
control de la misión.
El robot cuenta con una pantalla de video que puede transmitir gráficos y
videos animados, de modo que la persona entrevistada puede ver al entrevistador.
La pantalla de video, así como un micrófono, están montados en un mástil de
1,20 m adosado al cuerpo del robot, para que se puedan realizar entrevistas con
toda comodidad al nivel de los ojos del entrevistado.
El robot tiene una velocidad de desplazamiento máxima de 6,5 km/h y funciona
completamente con energía solar. Está equipado con un sistema de
posicionamiento global (GPS) y una brújula electrónica.
El roboperiodista entrará en funciones a mediados de la primavera (otoño en el
hemisferio sur). Cruzará Afganistán partiendo del este, y se irá deteniendo a
lo largo de su camino para recorrer diversas zonas de interés local,
fotografiar eventos y llevar a cabo entrevistas.
"Intentaremos crear una comunidad. A medida que el robot vaya
encontrándose con diferentes personas en su camino, esa gente comprenderá que
cumple una misión pacífica, y tal vez le permitan viajar con ellos, le
presentarán a otras personas...es decir, podría alternar socialmente como lo
haría un periodista para ganarse la confianza de la gente y lograr que lo
pongan en contacto con otros", explicó Csikszentmihalyi.
Los colegas de carne y hueso del robot dudan mucho sobre su éxito en este
frente.
"No creo que al-Qaida vaya a tratar amablemente a los roboperiodistas, no
puedo imaginarme a un líder de al-Qaida sentándose a una entrevista con un
robot", señaló Ross.
"Creo que no serviría para nada, dado que la base de cualquier actividad
periodística radica en entrar en contacto con la gente, establecer un contacto
personal -opinó Vlae Kershner, director de noticias del SF Gate-. Es muy
improbable que las personas se sinceren con un robot".
Sin embargo, la principal desventaja del robot la señaló el mismo
Csikszentmihalyi.
"Si esta gente ve que una tecnología extraña se aproxima a ellos, su
primera reacción probablemente sea disparar. Es un imán para las balas y no es
muy resistente a ellas", dijo.