07/abr/02
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El cuestionado ginecólogo italiano Severino
Antinori informó que lo implantó hace ya ocho semanas en el útero de una
mujer. El gobierno de Italia y el Vaticano condenaron el experimento.
Anuncian el primer embarazo con un embrión clonado
(Clarín) Tal como había prometido hace un año, el
controvertido ginecólogo italiano Severino Antinori, de 63 años, hizo entrar
al mundo en una nueva era al anunciar que en el útero de una mujer desde hace
ocho semanas se desarrolla el embarazo de un embrión humano clonado, el primero
en la historia de la humanidad.
La noticia fue difundida ayer por el periódico digital Emiratos Arabes Gulf
News (Noticias del Golfo) y la edición de Internet del semanario
científico británico New Scientist. Ambos medios señalan que Antinori
hizo el anuncio esta semana durante un congreso en Abu Dabi, capital de los
Emiratos Arabes Unidos, acerca del futuro de la ingeniería genética.
Según el diario Gulf News "el embarazo está ya firme: la mujer que se ha
prestado a recibir en su seno un clon humano está encinta desde hace
ocho semanas. El experimento, controlado por el doctor Severino Antinori forma
parte de un programa puesto a punto por el ginecólogo contra la
esterilidad".
Gulf News afirma que Antinori, "a quien le han prohibido sus experimentos
en Italia y los Estados Unidos", ha recibido refugio en Dubai, en los
Emiratos Arabes Unidos, que le permite seguir adelante con sus proyectos.
El ginecólogo romano no quiso dar datos acerca de la identidad de la mujer, su
nacionalidad u otros detalles. En su clínica de Fisiopatología de la
Reproducción Humana, situada a menos de un kilómetro de la Ciudad del
Vaticano, las puertas se cerraron a los periodistas. Antinori no confirmó ni
desmintió la noticia. "Vuelvan dentro de dos semanas", dijo un vocero
del ginecólogo a la prensa, que asediaba el lugar ayer por la tarde.
Casado con una bióloga y padre de dos hijos adultos, Antinori dijo hace
poco más de un año que había reclutado a más de cinco mil parejas
infértiles que deseaban tener hijos en su programa de reproducción
reproductiva, junto con su colaborador, Panayotis Zavos, un norteamericano de
origen helénico que integra el Instituto de Andrología de Estados Unidos, en
Lexington, estado de Kentucky.
La mayor parte de las naciones prohíben o son hostiles a los programas de
clonación humana con fines reproductivos. Pero Antinori no se da por vencido.
Se hizo famoso en la última década del siglo XX por sus experimentos de
fecundación asistida que permitieron ser madres a varias mujeres en menopausia.
Incluso una italiana de 63 años dio a luz a un bebé completamente normal y una
inglesa, también paciente de Antinori, a los 58 años, tuvo mellizos sanos.
El subsecretario de Salud Pública de Italia, Cesare Cursi, reaccionó ayer con
un "juicio de dura condena para estas experimentaciones salvajes y contra
el tecnicismo que juega con la vida de los niños".
"En Italia no pasarán" los experimentos de Antinori, agregó el
viceministro. "No vamos a permitir que se juegue con la vida",
concluyó, recordando que en Italia se prohíbe la clonación reproductiva.
Se espera que en los próximos días la orden profesional de los médicos
italianos, que ya tiene en la mira desde hace tiempo a su miembro Severino
Antinori, adopte medidas disciplinarias contra el ginecólogo. Pero el
presidente del colegio profesional, Giuseppe Del Barone, dijo que era necesario
proceder a verificar primero la veracidad de las noticias. "Estábamos y
estamos en contra de la clonación reproductiva de seres humanos", dijo Del
Barone.
Es seguro que la intervención se llevó a cabo en el exterior, siguiendo una
técnica que Antinori y Zavos ilustraron varias veces en congresos
internacionales. Primero se saca del óvulo materno el núcleo que contiene el
patrimonio genético o ADN. En la célula-huevo queda el ADN mitocondrial que es
heredado sólo por vía materna y que no se encuentra en el núcleo.
Después, en el óvulo se inserta el núcleo de la célula adulta masculina, que
puede provenir de la piel del padre de la futura criatura. Se obtiene así una
nueva célula, sometida a una electroestimulación. Según Antinori, el clon
humano nunca será completamente idéntico al padre. Pero el verdadero secreto
de las técnicas aplicadas por el ginecólogo Antinori consistiría en repetir
varias veces el procedimiento de transferencia del núcleo de la célula del
clon a un nuevo óvulo que lo hospeda, que da lugar a un nuevo clon, y que con
estos pasajes se elimina la posibilidad de un defecto genético, una conclusión
que rechazan muchos expertos.
Llegado este punto, Antinori y sus colaboradores habrían transferido el
embrión clonado en el útero de la mujer que lo lleva desde hace ocho semanas,
en un embarazo al parecer hasta ahora normal.
Muchos científicos sostienen que la clonación es una técnica riesgosa, muy
poco segura. Lo afirman incluso los investigadores del Roslin Institute de
Edimburgo, Escocia, que son los "padres" de la famosa oveja Dolly,
primer mamífero clon de la historia. Según los investigadores los fracasos se
producen en un 90-95% de los casos. Existe una alteración genética que es
responsable de una serie de enfermedades de los clones animales, por lo que es
muy peligroso "producir" clones humanos.
La Iglesia Católica se opone con todas sus fuerzas a la clonación. Ayer su
reacción fue inmediata en la ciudad cuyo obispo es el propio Papa. "El
fenómeno es inquietante -dijo monseñor Mauro Cozzoli-. Padecemos una cierta
medicina en pleno delirio de omnipotencia", agregó.
"Se trata del uso aberrante de una medicina no dirigida a curar sino a
satisfacer deseos que devienen manías y caprichos. Es un uso de la ciencia
contra natura y por lo tanto contra el ser humano y contra Dios, del cual la
humanidad no puede obtener ventajas", dijo monseñor Cozzoli.