30/may/02
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El Pentágono encargó a científicos analizar los
posibles usos de calmantes como arma potencial contra las fuerzas enemigas. Los
microbios serían usados para destruir combustible y armamento del adversario.
Valium y microbios come-petróleo como armas biológicas
(The Observer, Clarín) Los jefes militares de Estados Unidos
están diseñando un plan para utilizar Valium como un arma potencial contra las
fuerzas enemigas y, por qué no, para controlar a las poblaciones hostiles.
Según revelaron documentos oficiales, el Pentágono también les pidió a los
científicos que evalúen propuestas para utilizar microbios modificados
genéticamente que "se coman" el combustible y las municiones del
enemigo sin afectar a los seres humanos.
Los documentos norteamericanos revelan que, hace dos años, el Pentágono le
encargó a los científicos de la Universidad del Estado de Pennsylvania que
analizaran los posibles usos militares de una amplia gama de sustancias
químicas conocidas como calmantes. Tras varios estudios, los científicos
aconsejaron la utilización de varias drogas para controlar a las masas o en
operaciones militares, como campañas antiterroristas.
Entre las drogas recomendadas para una "inmediata consideración"
estaban el diazepam, la droga base del tranquilizante Valium, y la
dexmedetomidina, utilizada para sedar a los pacientes en terapia intensiva. El
consejo de los científicos fue que estas drogas pueden "actuar de manera
efectiva en los tejidos del sistema nervioso central y producir un
comportamiento menos ansioso, menos agresivo y más tranquilo".
Otros documentos oficiales revelan que los científicos militares de Estados
Unidos están considerando la utilización de microorganismos modificados
genéticamente como armas "no letales" para destruir pertrechos
militares sin afectar a las tropas.
Una propuesta de la Oficina de Investigación Naval en Arlington, Virginia,
sugiere la creación de microbios "transgénicos" que corroan los
caminos y las pistas de aterrizaje y produzcan "un deterioro de las piezas
metálicas, recubrimientos y lubricantes de vehículos armados y también de los
combustibles". Este grupo de científicos ya patentó los microorganismos
capaces de descomponer el poliuretano, "un componente común en la pintura
de los barcos y los aviones".
Gran parte de la financiación de la investigación corrió por cuenta del
programa conjunto de armas no letales de Washington, en el que Gran Bretaña
juega un papel activo. Sin embargo, otros documentos oficiales dan a entender
que las diferencias entre ambos países son cada vez más grandes: los
funcionarios británicos respaldan la postura de que utilizar drogas como el
Valium u otros calmantes estaría prohibido según la Convención de Armas
Químicas de 1991. Este protocolo prohíbe "cualquier sustancia química
que pueda causar la muerte, incapacidad temporaria o lesión permanente".
Un informe producido tras una reunión realizada en el Ministerio de Defensa de
Gran Bretaña, en Londres, en noviembre de 2000, establece: "Estados Unidos
y Gran Bretaña interpretan la Convención de Armas Químicas de manera
diferente con respecto a los agentes de control. La interpretación británica
los considera armas químicas comprendidas bajo la Convención y por lo tanto
prohibidas; la opinión de Estados Unidos es que estos agentes no entran en el
marco de ese acuerdo".
Esto podría complicar las operaciones conjuntas en determinadas circunstancias,
una situación agravada por el hecho de que Gran Bretaña adhiere a la
Convención Europea de Derechos Humanos, que rige el uso de armas no letales.
Ed Hammond, del Proyecto Sunshine un grupo norteamericano que se opone a las
armas biológicas y químicas declaró: "Lo que resulta absolutamente
sorprendente sobre estas revelaciones es que o bien representan una enorme
incapacidad institucional para implementar los compromisos asumidos por Estados
Unidos o bien reflejan un esfuerzo de parte de ciertas personas en el Pentágono
por hacer fracasar esos tratados".
Un vocero militar norteamericano negó que el Pentágono esté desarrollando
armas biológicas o químicas "no letales". Por su parte, un vocero
del Ministerio de Relaciones Exteriores británico dijo: "Gran Bretaña y
Estados Unidos están discutiendo todo tipo de cuestiones técnicas. Pero ambos
compartimos el compromiso de cumplir con todas las convenciones internacionales
que rigen las armas químicas y biológicas".