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06/ago/02

Un asteroide que casi no tiene probabilidad de chocar con la Tierra fue la noticia principal de la semana pasada.




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¿Advertencia de Impacto?

(Ciencia@NASA) El 9 de julio de 2002, los astrónomos del MIT (Massachusetts Institute of Technology o Instituto de Tecnología de Massachusetts) descubrieron a 2002 NT7, una roca espacial de 2 kilómetros. de ancho en una órbita poco usual. A diferencia de la mayoría de los asteroides, los cuales orbitan alrededor del Sol en el plano de los planetas, 2002 NT7 sigue una trayectoria que está inclinada 42 grados. Pasa la mayor parte del tiempo lejos, arriba o abajo del resto del sistema solar. Cada 2,29 años, sin embargo, el asteroide se zambulle a través del sistema solar interno, no lejos de la órbita de la Tierra.

Muchos reportajes de una inminente colisión con 2002 NT7, de 2 kilómetros de ancho, publicados esta semana, fueron ilustrados con esta representación de un asteroide de 500 kilómetros de diámetro chocando con la Tierra. Después de una semana de continuo seguimiento, los investigadores realizaron algunos cálculos. Había una probabilidad, concluyeron, de que 2002 NT7 pudiera chocar con nuestro planeta el 1 de febrero del año 2019. La probabilidad de impacto es de 1 en 250.000.

"Roca Espacial sobre Trayectoria de Colisión", decía un titular días después. "Asteroide Podría Arrasar un Continente en el 2019", advertía otro. "De hecho —dice Don Yeomans, el director del Programa Objetos Cercanos a la Tierra (Near-Earth Object Program) de NASA—, el peligro es mínimo. Uno en 250.00 es un número muy pequeño".

Las probabilidades no son solamente bajas, sino también inciertas. Yeomans explica: "Hemos estado siguiendo a 2002 NT7 por muy poco tiempo, hasta ahora sólo 17 días". Mientras tanto, el asteroide tarda 2,29 años para completar su órbita alrededor del Sol. Las predicciones basadas en una fracción tan pequeña de la órbita como esta, son poco confiables.

"En lo que concierne al público —dice Jon Giorgini del Grupo de Dinámica del Sistema Solar (Solar System Dynamics Group) del JPL (abreviación en inglés de Jet Propulsion Laboratory o Laboratorio de Propulsión a Chorro)—, no vale la pena preocuparse por un objeto del cual se han obtenido datos durante tan sólo dos semanas, que muestran un posible encuentro con la Tierra dentro de muchos años. Mediciones adicionales disminuirán la incertidumbre en gran medida, y la Tierra quedará (casi seguramente) fuera de la zona de riesgo".

Esto ya está ocurriendo con 2002 NT7. La probabilidad calculada de colisión con la Tierra está disminuyendo a medida que los astrónomos recolectan nueva información cada día. "Pienso que tomará sólo unas pocas semanas más (o quizás meses) para descartar por completo un impacto en el 2019", dice Yeomans.

Giorgini agrega: "Cuando calculamos la posición de un asteroide (basados en mediciones realizadas con telescopio), el resultado no es un único punto en el espacio. En cambio, se trata de un volumen del espacio donde el asteroide podría estar con alguna probabilidad. Trabajamos con probabilidades, no con números absolutos, porque las mediciones contienen errores". Por ejemplo, los datos ópticos pueden distorsionarse por el centelleo y la refracción en la atmósfera de la Tierra. (El radar es mejor, hace notar Giorgini, pero aún no se ha obtenido ninguna información con radar para 2002 NT7.)

"Cuando esta región de probabilidad se proyecta en el futuro, naturalmente se expande. Para un objeto recientemente descubierto, con tan sólo unos pocos días de seguimiento, la región de incertidumbre puede fácilmente crecer hasta cubrir gran parte del sistema solar interno. Debido a que la Tierra se encuentra en el sistema solar interno, y potencialmente puede atravesar este volumen de probabilidad difusa, obtenemos una probabilidad finita de impacto".

El JPL incluye a asteroides como 2002 NT7 en su "página de riesgo" en Internet no para alarmar, dice Yeomans, sino para alertar a los astrónomos cuando nuevos descubrimientos merecen atención. "Es importante que continuemos siguiendo estos asteroides para refinar la trayectoria de sus órbitas", dice. Cuanto más observadores, mejor.