20/ago/02
Un grupo de investigadores
dice haber creado un ratón transgénico con músculos parecidos a los de un
corredor de maratón, capaces de aguantar un ejercicio intenso durante amplios
períodos de tiempo.
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Científicos consiguen crear un
"súper-ratón"
(CNN) Aunque el estudio sólo se ha realizado hasta el momento
en ratones, los científicos esperan que las técnicas que han desarrollado para
tratar los músculos de ratón también funcionen en humanos.
Los médicos afirman que este descubrimiento podría algún día dar origen a
nuevos tratamientos para personas que se encuentran postradas en la cama o que
tienen enfermedades degenerativas en los músculos, y podría ser una droga
maravillosa para atletas de resistencia, como los corredores de larga distancia
o esquiadores de fondo.
Bruce Spiegelman y sus colegas del Instituto del Cáncer Dana-Farber
identificaron un bioquímico llamado PGC-1 que funciona como un interruptor
molecular, que convierte el músculo de "contracción rápida", que es
más fuerte pero se cansa más rapido, por el músculo de "contracción
lenta", de alta resistencia.
"El PGC-1 parece ser el interruptor, o un importante componente, que
permite que los músculos del cuerpo se ajusten a las exigencias a las que se
los someta dijo Spiegelman. Entendiendo el funcionamiento de este sistema,
podría ser posible desarrollar una droga para manipularlo", añadió.
El músculo se compone de varios tipos de fibra. Los atletas de resistencia
entrenan fuerte y durante mucho tiempo para aumentar sus fibras musculares
lentas, llamadas fibras tipo I, que son largas y finas, y resisten largos
períodos de ejercicio aeróbico. Los velocistas o levantadores de pesas, por el
contrario, tienen músculos ricos en fibras rápidas, o de tipo II. Estos
músculos son más voluminosos y fuertes, pero se cansan rápidamente.
Más estudios
Para crear un ratón resistente, el grupo de Spiegelman incorporó PGC-1 al
tejido muscular del roedor. Los científicos pensaban que esto provocaría el
desarrollo de la mitocondria, que alimenta el crecimiento y desarrollo de las
fibras musculares lentas. Sin embargo, se sorprendieron al ver que el PGC-1
convertía las fibras de tipo II en fibras lentas de tipo I.
El propio músculo cambió de color, adquiriendo un tono rojizo característico
de los tejidos ricos en oxígeno. Posteriormente, en una prueba de resistencia
en un laboratorio de Texas, el músculo modificado logró contraerse por un
período dos veces y medio más largo que un músculo normal.
Spiegelman advirtió que todavía serán necesarios entre cinco y diez años de
investigaciones antes de que puedan comercializarse tratamientos a base de PGC-1.
La investigación se publicó en la edición de esta semana de la revista Nature.
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Gracias Laura Siri.