14/ago/02

Es una ternera llamada Pampa. Nació el 6 de agosto, en un quirófano instalado en un campo bonaerense. Forma parte de un estudio para fabricar proteínas medicinales para seres humanos.

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Presentaron el primer clon de vaca que nace en la Argentina

(Clarín) No es la novia despampanante del Loco Chávez ni la modelo de buenas curvas que fue notera. Pero esta Pampita tiene lo suyo. Es la primera ternera obtenida por clonación en la Argentina, según informó ayer la empresa biotecnológica que la produjo. Y es la primera vaca clon que sigue con vida a los seis días de su nacimiento.

Pampita nació el 6 de agosto por cesárea en un quirófano instalado en un campo bonaerense. Fue concebida por medio de la técnica de clonación, después de que le extrajeron células a un feto de raza Jersey. Como el procedimiento resultó —hasta ahora— exitoso, los investigadores, que trabajan en la empresa Bio Sidus, consideran que ya pasaron la primera prueba para demostrar que manejan la técnica, con miras a usar a los animales —tras una manipulación genética— como "fábricas" de proteínas medicinales que estén disponibles para los seres humanos.

Hasta el momento, el nacimiento de Pampa no se publicó en alguna revista científica que evalúe la investigación. La empresa hoy por dará más detalles en una conferencia de prensa [Nota de Joe: Cuando esta nota se publique en Axxón, la conferencia ya habrá sucedido. La nota apareció el día 13.]. Sin embargo, dicen que han obtenido el primer ternero clon argentino, una búsqueda que había empezado en febrero de 2000.

En ese momento, esa empresa biotecnológica había anunciado que se concentraría en la producción de animales vacunos clones y transgénicos. Tuvo varios intentos, uno de los cuales —que se dio a conocer en febrero pasado— terminó mal: el ternerito clon —hecho a partir de células adultas— murió a poco de nacer.

Antes, en julio del año pasado, otro intento tampoco prosperó. Había sido impulsado por el doctor Ricardo Alberio, del Inta en Balcarce. Una vaca con dos animales clones en su interior —obtenidos también a partir de células de un organismo adulto— murió. Otra muestra de lo difícil que es reproducir a un mamífero sin que se unan óvulos y espermatozoides.

Por fin, con Pampita, la mala racha habría cambiado. A fines del año pasado, los investigadores de Bio Sidus S.A. (en todo el proceso, trabajaron unas veinticinco personas y contaron con el asesoramiento de científicos del Conicet) tomaron células de un feto vacuno de raza Jersey.

Partieron de fibroblastos, un tipo de células que son fáciles de cultivar. Los insertaron en óvulos sin núcleos, por una fusión eléctrica, y obtuvieron al embrión. Más tarde, se pusieron a esperar.

Le dieron tiempo —unos siete días— al embrión para que se activara y comenzara a dividirse. Hasta que lo tomaron y lo implantaron en su madre sustituta, una vaca adulta de raza Aberdeen Angus que había sido estimulada hormonalmente para recibir al embrión en su útero.

Esa vaca Aberdeen Angus estuvo preñada durante 278 días hasta el alumbramiento de Pampita. Un momento que —según contaron a Clarín algunos de los investigadores que pidieron no ser identificados porque la empresa no se lo permitía— se vivió con mucha ansiedad, nerviosismo y temor. "Desde el día que nacieron mis hijos no había vivido semejante estrés", comentó uno de los expertos que presenció la cesárea.

Ahora que ya la tuvieron frente a sus ojos, los investigadores creen que ya pueden decir que manejan la técnica de clonación —o transferencia nuclear, como ellos la suelen llamar dentro de su ámbito académico. Y dicen que así sumaron a la Argentina a la lista de 9 países —como los Estados Unidos, Japón, Francia, Nueva Zelanda, Brasil, Australia, entre otros— que hasta el momento fueron capaces de obtener clones vacunos.

La próxima etapa de la investigación de la empresa será hacer el mismo procedimiento que se cumplió con Pampa. Pero antes, insertarían un gen humano en núcleos de células bovinas para obtener animales transgénicos capaces de producir y segregar en la leche una proteína de interés terapéutico.

"Entre sus planes a futuro Bio Sidus piensa producir por este método la hormona de crecimiento humano para el tratamiento del enanismo hipofisario y el llamado factor activador tisular de Plasminógeno (o TPA), que tiene una amplia utilización en el tratamiento del infarto agudo de miocardio", señalaron en un comunicado. En el presente, el nacimiento de Pampita —como muchos otros logros de otros investigadores estatales— también está señalando otras cuestiones. Que la Argentina —a pesar de su crisis— tiene potencialidad para desarrollarse en el área de la biotecnología.