05/ago/02
Dicen que a este ritmo de
devastación a la Tierra le quedan 50 años de vida. El planeta se está
quedando sin espacio y sin recursos. Según un informe de una prestigiosa
organización no gubernamental, la depredación que está llevando a cabo el
hombre moderno exigirá a corto plazo la implementación de un improbable plan
de conquista y colonización del espacio exterior. El documento pretende
impactar sobre las decisiones que se tomen durante la "Cumbre de la
Tierra", que se celebrará el mes que viene en Sudáfrica.
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Alarmante informe de la World Wildlife
Fund (WWF)
(The Observer) Si se siguen explotando los recursos naturales
a este ritmo, antes de 2050 la población de la Tierra estará obligada a
colonizar dos planetas del sistema solar. Eso afirma el impactante nuevo informe
de la World Wildlife Fund (WWF), que argumenta su advertencia sin anestesia:
"La especie humana está saqueando el planeta a un ritmo que supera su
capacidad de recuperación y amenaza la sustentación de la vida". En lo
que debe interpretarse como una condena a los altos niveles de consumo de la
sociedad occidental, el documento agrega que, dentro de cincuenta años,
"cuando se agoten los recursos existentes, habrá que colonizar otros dos
planetas de tamaño equivalentes a la Tierra".
Titulado "Living Planet" y basado en un relevamiento de todo el mundo,
el informe asegura que, "en las últimas tres décadas, el hombre destruyó
más de la tercera parte de sus recursos". Y, apelando al inconsciente
cinematográfico para sacudir a la humanidad de su modorra, recurre a la figura
"colonización del espacio" para ilustrar los problemas que enfrenta
la Tierra. La WWF advierte que, o se reducen drástica y rápidamente los
niveles de consumo, o el planeta no podrá abastecer de bienes a su población.
Los expertos dicen que los mares se quedarán sin peces, los bosques se secarán
y el agua potable será un bien escaso. Y explicitan que la humanidad tiene dos
alternativas: o limita su extravagante estilo de vida o se dedica a buscar
planetas conquistables.
El informe condensa algunos datos que sustentan su hipótesis futura. La
explotación excesiva implicó que los "stocks" de bacalao del
Atlántico Norte colapsaran, reduciéndose de las 264 mil toneladas
contabilizadas en 1970 a las menos de 60 mil reportadas en 1995. En el mismo
período, los bosques se achicaron más de una décima parte, la biodiversidad
marina se dividió por tres y las reservas de agua potable cayeron más de la
mitad. Además de la situación de la especie humana, los científicos
examinaron el estado de 350 mamíferos, aves, reptiles y peces, y determinaron
que el volumen de ejemplares de muchas especies se redujo más de la mitad.
Martin Jenkins, del Centro de Control de la Conservación Mundial, de Cambridge,
Gran Bretaña, dijo: "Las cosas están empeorando a un ritmo acelerado.
Jamás en la historia una sola especie tuvo tanta influencia".
Las cifras revelan que, entre 1970 y 2001, la cantidad de rinocerontes negros
cayó de 65 mil a 3 mil, mientras que, desde 1980, los elefantes africanos se
redujeron más de la mitad (de un millón largo a menos de medio millón) y,
durante el último siglo, la población de tigres se desbarrancó el 95 por
ciento. Los datos son escalofriantes y a ellos hay que agregarles que no se
puede asegurar cuántas especies se extinguieron, porque, para declararlas
extinta, tienen que haber desaparecido 50 años antes. La atención respecto al
estado del planeta se centra ahora en la llamada "Cumbre de la
Tierra", que se realizará el mes que viene en Johannesburgo, Sudáfrica.
Matthew Spencer, vocero de la organización ecologista Greenpeace, dijo:
"No queda otra salida: tendrá que haber concesiones de los países ricos a
los países pobres".
Pero lo sucedido durante el encuentro preparatorio para la reunión no es
auspicioso: llevado a cabo en Bali el mes pasado, el mitin resultó empañado
por las disputas entre los países ricos, las naciones pobres y las
organizaciones no gubernamentales (ONGs). Por ejemplo, en Bali se acusó a los
Estados Unidos, que enviaron 300 delegados a la conferencia, de bloquear muchas
de las iniciativas clave en materias como el uso de la energía, el respeto a la
biodiversidad y la responsabilidad corporativa. El informe del WWF culpó
directamente a los EE.UU. de "ejercer más presión que nadie sobre el
medio ambiente", tras determinar que los norteamericanos promedio consumen
casi el doble de los recursos naturales que los ciudadanos británicos y más de
24 veces más que los pobladores de algunos países africanos.
El informe traza el panorama ecológico de cada nación determinando qué
cantidad de tierra hace falta para abastecer a uno de sus residentes y evalúa,
además, el consumo de alimentos, madera y agua potable y la emisión de
dióxido de carbono. Mientras que los EE.UU. necesitan 12,2 hectáreas per
cápita, a Gran Bretaña le basta con 6,29, a Etiopía con 2, y a Burundi, que
es el país que menos recursos consume, con media hectárea por habitante. El
informe agrega que, desde 1970, el consumo se duplicó, y que sigue
acelerándose, a un ritmo del 1,5% anual. La WWF pretende que los líderes
mundiales acuerden acciones específicas para alargar la vida del planeta. Un
vocero del WWF en Gran Bretaña dijo: "Si todo el mundo consumiera los
recursos naturales como los EE.UU. y Gran Bretaña, necesitaríamos otros dos
planetas como la Tierra".