24/oct/02
Científicos norteamericanos
y japoneses descubrieron un gen que asegura que el cerebro del gusano plano se
desarrolle dentro de su cabeza. El ser humano comparte el mismo gen, aunque sus
funciones no son claras aún.
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Cómo lograr que el cerebro de un gusano
plano crezca en su lugar
(Noticias
de la Ciencia y la Tecnología) Científicos americanos y japoneses han
descubierto un gen que asegura que el cerebro del gusano plano se desarrolle
dentro de su cabeza. Cuando este gen es silenciado, el material cerebral se
desarrolla a través de todo el cuerpo, incluyendo la cola del gusano.
Según Alejandro Sánchez Alvarado, biólogo de la University of Utah School of
Medicine, el gen se encuentra tanto en el gusano como en el hombre, pero en este
último no conocemos aún su función exacta. Los investigadores creen que la
versión humana del gen no está probablemente implicada en mantener a nuestro
cerebro dentro del cráneo, pero quizá juega un papel valioso en el desarrollo
del sistema nervioso de embriones humanos.
En todo caso, el estudio de sus efectos en el gusano nos podría aportar pistas
sobre su actividad en el hombre. El gen ha sido llamado ndk (nou-darake), que
quiere decir "cerebros en todas partes" en japonés.
Los gusanos planos tienen un cuarto de pulgada de largo y viven en agua dulce y
marina, así como en el suelo. Se reproducen uniendo su cola a un objeto
sólido, permitiendo entonces que su cabeza y zona superior se separen de ella.
Con el tiempo, la cabeza volverá a generar una cola, y la cola una cabeza. Este
tipo de regeneración también ocurre cuando cortamos el gusano en pedazos: de
cada uno de ellos se forma un nuevo gusano. El estudio de cómo se produce todo
esto nos ayudará a entender cómo podríamos reconstruir órganos y tejidos
después de una herida, una enfermedad o por envejecimiento.
Sánchez Alvarado y su colega, Kiyokazu Agata, en Kobe, quieren comprender los
eventos moleculares que guían la regeneración, y tienen en el gusano plano a
un organismo simple y perfecto para sus estudios iniciales.
La especie elegida para la investigación se llama Dugesia japonica. Los
científicos seleccionaron 1.640 genes del gusano, de los 13.000 a 18.000 que se
cree posee, y se comprobó cuáles de ellos estaban activos o
"expresados" en la cabeza. El más activo en esta zona del organismo
resultó ser el ndk.
El próximo paso, para averiguar su función, fue silenciar este gen y ver qué
ocurría. Al principio creyeron que ello causaría que los gusanos decapitados
no pudieran regenerar su cabeza, pero en cambio, lo que sucedió es que el
material cerebral empezó a desarrollarse en todo el cuerpo, incluida la cola.
También produjo gusanos con un número de ojos primitivos superior al par
habitual.
Sánchez Alvarado cree que el ndk es equivalente al gen humano fgfrl1. Sin
embargo, aún no se sabe qué función tiene este último. El cerebro humano y
el del gusano son tan diferentes que es de suponer que el fgfrl1 no se encarga
de mantener al nuestro dentro del cráneo. Quizá esté relacionado con el
desarrollo del sistema nervioso central.
Links relacionados:
University
of Utah