15/oct/02
En febrero pasado, se
realizaron mediciones con un globo estratosférico en el marco del proyecto
Archeops. Los resultados determinan que la densidad de la materia-energía
contenida en el universo está sumamente próxima del valor crítico que separa
un universo abierto (espacialmente infinito) de un universo "cerrado".
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El universo es "espacialmente plano", según los científicos
(IBLNEWS) Un equipo de científicos que participaba del
proyecto Archeops anunció los resultados de las mediciones de radiaciones
obtenidas el 7 de febrero pasado por el Centro francés de Estudios Espaciales
desde su base de Kiruna (Suecia) luego de 20 horas de vuelo de un globo
estratosférico. Las radiaciones "fósiles" medidas (cuya emisión
sería apenas posterior al Big Bang) confirman que "el universo es
espacialmente plano, y aportan precisiones sobre el contenido del universo en
materia ordinaria, en perfecto acuerdo con la teoría del Big Bang", según
el comunicado del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS). La
medida de la radiación fósil, rastro del Big Bang, es esencial para comprender
la evolución del universo: su densidad, su tasa de expansión y su edad, entre
otros aspectos esenciales.
Los datos fueron recogidos por un telescopio dotado de detectores sumamente
sensibles permiten medidas de temperatura próximas del cero absoluto (0,1
kelvin). Ese telescopio fue colocado en un receptáculo que permitió evitar en
gran parte la radiación parásita de la atmósfera.
El proyecto Archeops, en el que participan científicos franceses,
norteamericanos, británicos e italianos, fue concebido como un prototipo del
instrumento de alta frecuencia que equipará el futuro satélite Planck de la
Agencia Espacial Europea, que será lanzado en 2007.
"La radiación fósil fue emitida unos 300.000 años después del Big Bang.
En esa época, el universo estaba constituido de un gas caliente (a unos 3.000
grados kelvin) y homogéneo", explica a la AFP François-Xavier Désert,
del Observatorio de Ciencias de la Universida de Grenoble.
La luz emitida por este gas (a una temperatura cercana a la de la superficie del
Sol) era pues visible con una longitud de onda del orden del micrón. A
consecuencia de la expansión del universo, la longitud de onda de esa luz
aumentó hasta ser hoy de cerca de un milímetro. El fondo del cielo aparece
pues como la radiación de ondas de radio de un cuerpo negro a una temperatura cercana a 3 grados kelvin (-270° C).
Las primeras observaciones de esa radiación con una longitud de onda de cerca
de un centímetro fue realizada por dos ingenieros norteamericanos de la firma
Bell Telecom, Arno Penzias y Robert Wilson, lo que les valió el Premio Nobel de
Física en 1978.
El satélite Cobe de la NASA mostró en 1992 que existen variaciones relativas
de algunas millonésimas de la intensidad media a escala pocos grados. Hoy,
Archeops permite confirmar, con precisión sin precedentes, que el universo es
"espacialmente plano a gran escala". Esto implica que la densidad de
la materia-energía contenida en el universo está sumamente próxima del valor
crítico que separa un universo abierto (espacialmente infinito) de un universo
"cerrado".