23/Ene/04
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De ciencia ficción: Ray Bradbury desea que sus cenizas sean enviadas a Marte
(ElMundo.com, EFE) El autor de Crónicas marcianas, el escritor estadounidense Ray Bradbury, de 83
años, confiesa que al morir desea ser incinerado y que sus cenizas se envíen a Marte "en un tarro de sopa de tomate".
El diario chileno La Tercera publicó este domingo una entrevista con el escritor, referencia obligada a la hora
de hablar sobre Marte.
"Cuando muera, quiero que me incineren, que pongan mis ceniza en un tarro de sopa de tomate ¡y me entierren en
Marte!", dijo en sus declaraciones al periódico.
Bradbury, también autor de Fahrenheit 451, fue invitado por la Agencia de Aeronáutica y del Espacio de
Estados Unidos (NASA) a presenciar el domingo pasado el aterrizaje en Marte del robot explorador Spirit.
El escritor, que en 1950 publicó sus famosas crónicas sobre el planeta rojo, confía en que si el hombre llega a Marte,
ésa sea una oportunidad "para dejar atrás los problemas de la Tierra y comenzar de nuevo".
"Tenemos que pensar que Marte hoy está vacío y que, cuando lleguemos allá, debemos desprendernos de todos los
conflictos, guerras y conductas perjudiciales, tal como ocurrió cuando se llegó desde Europa a América", dijo el
escritor.
Precisó que se trata de dejar atrás todas las influencias negativas para crear una cultura propia.
"Haremos lo mismo en Marte: estaremos lejos de la Tierra y de sus problemas, y así tendremos una oportunidad para
comenzar de nuevo. La Humanidad tendrá una nueva oportunidad en Marte", subrayó.
Vaticinó, asimismo, que el hombre tardará al menos 40 años en llegar a Marte y que la llegada será muy primitiva como
fue el primer aterrizaje en las Luna".
"Luego, empezaremos con pequeños asentamientos humanos y muy gradualmente levantaremos ciudades. Pero nos
tomará cientos de años", dijo.
Agregó que toda su vida ha soñado con ir al planeta rojo pero ahora se limita a confiar en que al menos lleguen hasta
allá sus libros, transportados por los nuevos colonos.
"Quizás tomen algunos de mis libros y los lleven con ellos, quizás se rían de lo inexacto que fui y quizás mis cuentos
sean leídos por niños pequeños en el mismo Marte dentro de unos cien años más. Me gustaría que así fuera", manifestó
el octogenario escritor.
Bradbury vive en California, sigue escribiendo a diario, pero sufre la ausencia de su esposa Marguerite, que falleció en
noviembre pasado y quien, según cuenta, mecanografió los primeros manuscritos de Crónicas Marcianas, obra
que él le dedicó.