19/Feb/04
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El siglo VI fue marcado por el impacto de un cometa
(Diariosur) - Un grupo de astrofísicos de la Universidad de Cardiff que los fríos veranos que vivió el mundo en el siglo VI, entre 536 y 540, en tiempos del
emperador Justiniano, pudieron deberse al impacto de un cometa. El estudio aparece en el último número de la revista Astronomy and Geophysics.
Derek Ward-Thompson y sus colaboradores creen que la Tierra sufrió entonces una especie de "invierno nuclear" por a casusa de la explosión de un fragmento
de un cometa en la alta atmósfera. Debido al cataclismo, miles de millones de toneladas de polvo hollín y cenizas habrían envuelto el planeta durante años,
provocando pérdida de cosechas.
El estudio de los anillos de crecimiento anuales de los árboles permite determinar las condiciones climáticas en las que creció la planta. Los análisis de los anillos
de especímenes europeos, americanos y asiáticos muestran "todos el mismo efecto" desde 536 hasta 540. "La disminución en el ritmo de crecimiento se
corresponde con una caída de la temperatura global de 3° C", constatan los investigadores.
Los autores reconocen que hay pocos testimonios documentales de ese periodo. Aún así, los cronistas chinos dejaron escrito que el Sol no se vio durante años;
Procopio de Cesárea, que su luz "carecía de brillo"; y Miguel el Sirio, que "el Sol estaba oscuro, y su oscuridad duró dieciocho meses". El monje británico Gildas
habló de "incendios a gran escala y destrucción generalizada". Además, se sabe que ésos fueron años de hambrunas.
Los científicos han propuesto desde hace años dos posibles explicaciones para lo ocurrido hace 1.500 años: la erupción de un "supervolcán" y la caída de un
asteroide o cometa.
La primera hipótesis choca con la inexistencia de un "supervolcán" que pueda asociarse al fenómeno del 536 y la falta de pruebas de una gran acidez en la
atmósfera, una de las consecuencias de una erupción de ese tipo. "Esa acidez habría quedado registrada en los hielos polares, pero se han hecho muchos
sondeos tanto en Groenlandia como en la Antártida y ninguno ha encontrado pruebas de este tipo".
Ward-Thompson y su equipo recuerdan que, si bien hasta hace poco los impactos cósmicos se consideraban algo raro, "recientes pruebas científicas indican que
podrían ser más comunes de lo que se creía. Los pedazos del cometa Shoemaker-Levy 9, que chocaron con Júpiter en 1994, medían entre 300 metros y 2
kilómetros de diámetro. Las heridas que abrieron en Júpiter tenían el tamaño de la Tierra o lo superaban", destacan.
Los astrónomos británicos calculan que la colisión de un pedrusco de medio kilómetro con la Tierra podría causar un "invierno nuclear" a escala planetaria.
Hasta ahora, los programas de seguimiento de asteroides sólo consideraban una amenaza mundial los de más de un kilómetro. Este nuevo estudio podría obligar
a revisar esos criterios. "Si algo como lo que creemos que pasó en 536 ocurriera hoy, otra vez una gran parte de la Humanidad se enfrentaría al hambre", advirtió
el científico.