25/Abr/04
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Primera operación bancaria con partículas cuánticas codificadas
La primera transferencia bancaria mundial por medio de un sistema de codificación cuántico se desarrolló con éxito
en Viena por un equipo encabezado por el físico experimental austríaco Anton Zeilinger.
(ElImparcial.com, EFE) Zeilinger, director del Instituto de Física Experimental de la Universidad de Viena,
realizó esta prueba para demostrar la utilidad de la joven rama científica de la criptografía cuántica en la vida
cotidiana.
El experimento se desarrolló por encargo del Ayuntamiento de la capital austríaca y envió datos codificados para una
operación bancaria desde uno de los cuartos de la sede municipal a una filial de Bank Austria situado en Schottengasse,
a unos 500 metros de distancia en línea recta.
La transferencia se produjo con éxito a pesar de contar con una tasa de error "relativamente alta", del 6 por ciento,
aunque por debajo del 11,4 por ciento que hubiera hecho fracasar la operación.
Una vez ratificada la validez de la operación, Bank Austria donó 3.000 euros a la Universidad de Viena para proyectos
de investigación.
Con el éxito del envío de los datos se ha demostrado que los denominados "fotones cruzados" tienen multitud de
ventajas: en primer lugar, cada partícula cuántica tiene forma única, con lo que su decodificación es prácticamente
imposible.
Esta tecnología también puede ser utilizada para que un determinado dato sea decodificado en dos sitios distintos al
mismo tiempo y que la transmisión de información termine en ese momento.
La alta sensibilidad de las partículas subatómicas hace que si el sistema por el que se transportan los datos es
interferido por alguien, por mínima que sea esa interferencia, el software que guía la operación lo detecte al momento.
Para la codificación de los datos, no para la transacción financiera, un láser produjo un cristal con dos "fotones
cruzados", una de las partículas fue almacenada en un cable de fibra de vidrio y enviada a la casa consistorial, mientras
el otro fotón permaneció en la sucursal.
Tanto en el receptor como en el emisor, los datos de los estados de las partículas se transformaron en un código de
ceros y unos, la clave para descifrar este código se genera también al mismo tiempo "bit a bit" y se envía también por
fibra de vidrio.
El profesor austríaco Anton Zeilinger ha recibido en el pasado distinciones por demostrar, por primera vez en la
práctica, que se puede transferir un estado cuántico entre dos partículas distantes entre sí, un fenómeno similar al que se
ve en las películas de ciencia ficción como Star Trek, en las que algo desaparece de un lugar y reaparece
inmediatamente en otro lejano, algo imposible de acuerdo a la física de Newton.