29/Abr/04
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Película de ciencia ficción cubana que sólo costó US$ 2000
(The Associated Press) Dos años y menos de US$ 2000 le tomó al cineasta cubano Miguel Coyula hacer
Cucarachas Rojas, un drama de amores incestuosos exhibido esta semana en el Festival de Cine La Habana en
Nueva York. Coyula, de 27 años, hace su debut cinematográfico en Nueva York diez años después del primer
cortometraje que filmó y editó en una antigua cámara VHS que le llevó de regalo una tía de Miami, según cuenta. El
filme, Pirámide (1995), significó el inicio de su carrera cinematográfica y le valió el ingreso a la Escuela
Internacional de Cine de Cuba, en San Antonio de los Baños.
En su primer largometraje Cucarachas Rojas (Red Cockroaches, en inglés con subtítulos en español)
narra la historia de un joven solitario, Adam, que conoce a su hermana, Lily, en el tren subterráneo y allí surge una
atracción que desemboca en una relación cargada de violencia en un agresivo ambiente urbano. "Es un futuro peor que
el presente, lleno de contaminación y donde suceden cosas malas", comenta Coyula.
El joven cineasta escribió el guión en base a una historia real que ocurrió hace años en Cuba.
"Un camionero que iba por toda Cuba y que tenía una novia diferente en cada provincia. Dos de sus hijos comenzaron
una relación sin saber que eran hermanos y cuando se enteraron, igual siguieron viviendo juntos", relata Coyula, quien
reside en Estados Unidos desde hace tres años.
"La película me tomó dos años y me costó menos de US$ 2000. La filmé en una cámara Canon G01, en MiniDV, y la
edité en la computadora", señala Coyula sonriente. "Como yo mismo desarrollé el guión, la fotografía, la edición y la
música, no costó tanto dinero. También le hice los efectos especiales".
Cucarachas Rojas es un drama de ciencia ficción, que reúne un elenco de actores nuevos. Adam Plotch y Talia
Rubedo figuran en los roles protagónicos.
"Es increíble porque hicimos una audición aquí, diciendo que no había dinero para pagarles, pero aun así se
presentaron trescientos actores. Para mí, eso fue una sorpresa, viniendo de Cuba donde es difícil encontrar buenos
actores", relata Coyula que aún no sale de su asombro. "Me han dicho que aquí hay 30.000 actores desempleados que
están dispuestos a trabajar, aunque no haya dinero de por medio".
La película se filmó "cambiando de lugar para cada toma, lo cual siempre ayuda visualmente. Gasté algo en la gasolina
porque nos movilizamos en el automóvil de Adam Plotch y la iluminación y unos gels de colores me costaron unos
cuantos dólares en Chinatown".
Gran parte de la cinta se filmó en Manhattan. También hay escenas en el cementerio Woodland y en el zoológico del
Bronx, y en la playa Rockaway, de Queens.
Los US$ 2000 dólares, que fueron recaudados por su esposa, la productora ejecutiva Suzana Dejkanovic, se fueron en
el pago del seguro en el Sindicato de Actores.
Actualmente, Coyula trabaja en el guión de su próximo largometraje Historia del Desarrollo, en colaboración
con el novelista cubano Edmundo Desnoes. Será la continuación de Las Memorias del Subdesarrollo.
En la producción de su próxima película no bastará "el ingenio cubano", planean buscar financiamiento.