2/May/04
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¿Franz Kafka inventó que su padre era un tirano?
En la autobiografía de un empleado del padre se dice que éste era apacible y simpático. Según un filólogo alemán,
Kafka pudo dar esa imagen como un recurso literario más.
(Clarín) Los biógrafos del escritor Franz Kafka tienen trabajo nuevo. Hermann Kafka, a quien su hijo Franz
retrató como un déspota en la "Carta al padre", era "tranquilo y casi amable, bastante simpático". Antes que amenazar a
Franz, lo "mimaba bastante" y también trataba "ecuánime y dulcemente a los trabajadores" de su negocio en Praga. Esta
es la versión que ha dejado al mundo un ex empleado de Hermann.
A quien haya leído "Carta..." le resultará muy dificultoso cambiar de opinión. Ese libro es contundente, de tono
definitivo. Pero la noticia que se conoce ahora tiene un componente que le otorga gran credibilidad: la nueva
descripción de Kafka padre fue realizada en 1940, doce años antes de la publicación de la célebre carta.
El autor no es un escritor contemporáneo que busca fama a fuerza de polémica, ni un investigador que haya rastreado
documentos. El checo Frantisek Xaver Basik, tal su nombre, era un empleado de Hermann Kafka. Había entrado en la
tienda de Hermann cuando tenía 14 años, en 1892, y trabajó para él hasta 1895.
Su obra fue publicada en checo el año pasado y ahora se publicará en alemán.
La biografía de Basik, escrita en 1940, comienza cuando ingresa a ese trabajo. Dice Marc Bassets, corresponsal del
diario catalán La Vanguardia: "Aquí empieza el relato, que ofrece un fresco de la vida cotidiana en la Praga de
finales del siglo XIX, una ciudad donde convivían checos, judíos y alemanes. También es una descripción de la vida
familiar de los Kafka, quienes vivían en el mismo edificio en el que se encontraba la tienda".
Cuenta que, al ingresar al comercio, Hermman le hacía bromas para que se sintiera cómodo. Enseguida le subió el
sueldo y le dio tareas contables, de más responsabilidad. Incluso le encargó que le enseñara checo a Franz, un chico que
no había llegado a los 10 años. Hasta llevaron a Basik en unas vacaciones de dos semanas.
Según La Vanguardia, en las últimas páginas de la narración, Basik le comunica a Hermman, con un poco de miedo, su
decisión de cambiar de trabajo. Pero Hermann lo apoya. Basik cuenta que Hermann "es un hombre tranquilo, casi
amable, y ese día estaba especialmente de buen humor, y se notaba. Se rió y dijo amablemente: 'Si piensa usted que allí
estará mejor, no se lo impediré'".
De todos modos, no es ésta la primera vez que se indica que el padre no era la figura opresiva retratada en la "Carta...",
escrita en 1919 y publicada en 1952.
En la obra titulada "De una carta de Kafka al padre de su prometida", el autor de El Proceso no culpa a nadie
por su carácter taciturno.
"Vivo en familia, entre personas buenísimas y afectuosas, más extraño que un extraño. Con mi madre no he cambiado en
estos últimos años más de veinte palabras de promedio al día, con mi padre, nada más que el saludo". No tenía nada
para decirles; sólo le interesaba la literatura.
También se sabe que la famosa carta nunca fue enviada. Esto admite dos interpretaciones: o no lo hizo por temor, o
porque era ficción pura. Lo cierto es que Hermann siempre fue una figura gigantesca, inalcanzable, ante la cual Franz se
sintió inferior.
Max Brod, el amigo del escritor que no respetó su deseo de que toda su obra inédita fuera incinerada, fue quien rescató
la Carta. Tambien él había hablado de la generosidad de Hermann para con sus hijos. Brod es autor de una de las
biografías más reconocidas del autor de La metamorfosis.
De todos modos, son muchos los trabajos que entienden que la "Carta..." es la llave que abre el intrincado mundo
kafkiano. Siempre se la entendió como un documento, como una confesión en la que había que bucear para interpretar su
obra. Ahora se empieza a ver su costado literario.
La nueva edición de la "Carta al padre", que publicará la editorial berlinesa Klaus Wagenbach, incluirá la mirada de
Basik sobre su patrón. En el prólogo, el filólogo Hans-Gerd Koch escribe que esa carta "ofrece informaciones
biográficas, pero es más que un simple documento (...), es un texto literario de la modernidad (...) Esto podría significar
que mucho de lo que la carta nos dice sobre Hermann Kafka hay que observarlo desde el prisma de la ficción". O sea
que esa imagen del padre puede ser una creación literaria.
Vale utilizar una cita de sus "Diarios", que tal vez explique algo de la mirada de Kafka sobre el mundo: "Todo es
fantasía; la familia, la profesión, los amigos, la calle; fantasía lejana o pobre, la mujer; pero la verdad más inmediata es
apretar la cabeza contra el muro de una celda sin ventanas ni puertas".