19/May/04
Un virus fabricado acecha al HIV Un equipo de investigadores ha desarrollado un tratamiento novedoso para el SIDA: un virus parásito sintético. Es aterrador pero increíble, dicen. Kristen Philipkoski informa desde Berkeley, California, Estados Unidos. (Wired News) Adam Arkin y David Schaffer sólo necesitaron US$ 200.000 y un estudiante de postgrado para desarrollar un tratamiento potencial para el SIDA. Y eso les causa pavor. La causa es que la terapia es en sí misma un virus. Los dos profesores asistentes del Lawrence Berkeley National Laboratory (Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley) crearon un virus alterado que se adosa al HIV y anula su capacidad de convertirse en SIDA. Pusieron a prueba la teoría en un modelo computacional y en células en una placa de Petri. Los resultados son promisorios y si prosiguieran en esa vena, los investigadores podrían empezar con las pruebas en animales a fin de este año. Arkin manifestó esta semana en la International Biotech Summit (Cumbre Internacional de Biotecnología) que se desarrolla en la Universidad de California, sede Berkeley que les resultó casi demasiado fácil a él y sus colegas (Schaffer y el entonces estudiante de postgrado Leor Weinberger) desarrollar el virus anti-HIV. "Si yo lo puedo hacer, cualquiera puede", dijo Arkin. "Y eso va a ser un problema". Bueno, quizás no cualquiera. Después de todo, Arkin y Schaffer no son ningunos mediocres. Al utilizar un modelo computacional de lo que sucede en el sistema inmune de una persona cuando está infectado con HIV, Arkin y sus colegas diseñaron un tratamiento potencial del SIDA que podría permanecer en el paciente mientras tenga HIV, lo cual significa que impediría que se produjera SIDA incluso en pacientes que de otro modo habrían desarrollado la enfermedad después de una década de latencia. También pronostican que el VIH no se volvería resistente al virus. El tratamiento se basa en un virus VIH del cual se han eliminado las porciones nocivas; en lugar de esos elementos, los científicos insertaron una carga de ADN que inhibe la capacidad del VIH de matar células inmunes. El nuevo virus se adosa al HIV natural y se propaga junto con él, incluso de persona a persona. Si el proceso suena conocido, es porque consiste básicamente en terapia con genes, si bien en este caso se trata de una terapia con genes transmisible. Pero el término "terapia con genes" ha caído en desgracia a causa de un puñado de desenlaces fatales ocurridos en los estudios clínicos; después de casi treinta años de investigación, no se ha establecido que haya un método de terapia con genes que arroje resultados consistentes. Por lo tanto, Arkin y Schaffer han denominado a su proceso "biología sintética". A pesar de las apariencias, no se trata de un término arbitrario: los investigadores están sintetizando elementos biológicos en máquinas para el tratamiento. "Un virus artificial es un producto perteneciente a esa clase, pues es diseñado y construido utilizando herramientas de biología molecular para una aplicación terapéutica específica", indicó Schaffer. "Como otro ejemplo, se puede mencionar a Jay Keasling de nuestro departamento que sintetiza bacterias para producir drogas farmacéuticas de moléculas pequeñas". El Lawrence Berkeley National Laboratory, el MIT y otras instituciones han creado departamentos y cursos dedicados a la manipulación de moléculas humanas. "Todas las capacidades están en la naturaleza, pero no en el orden que necesitamos para que hagan lo que queremos", explicó Arkin. "Es como modificar el lenguaje informático. Las células realizan hazañas sorprendentes de ingeniería bajo el control de redes celulares complejas. No fuimos nosotros quienes las diseñamos, sino la evolución". Los modelos computacionales resultan fundamentales para establecer qué podría hacer una bacteria o un virus en una situación dada. El modelo computacional que emplearon Arkin y Schaffer mostró que si desactivaban una cantidad excesiva de HIV, la terapia no tendría efecto. El virus terapéutico necesita que esté presente el VIH natural para poder propagarse. "La inhibición máxima hace que la terapia se extinga sola", apuntó Schaffer en un email. Sin el modelo computacional como guía, los investigadores podrían no haber detectado tales sutilezas. No obstante, otros laboratorios como Virxsys (los científicos de ese laboratorio publicaron trabajos que sirvieron como base para la investigación de Arkin et al.) se encuentran más adelantados en el desarrollo de terapias similares aunque no cuentan con la ayuda de un modelo computacional. Los investigadores de Virxsys ya se encuentran comprobando la seguridad del tratamiento en seres humanos y esperan poder empezar a investigar la eficacia del tratamiento hacia fines de este año, indicó Boro Dropulic, el fundador y director científico de la firma. El modelo computacional de Arkin y Schaffer también los ayudará a prever potenciales problemas, que abundan cuando se trata una enfermedad mortal con un virus manufacturado. Se trata de un virus que puede propagarse por vía sexual, al igual que el HIV (aunque si en efecto funcionara, esa propagación podría ser positiva). También es posible que el HIV y el virus terapéutico puedan mutar y recombinarse en un virus totalmente nuevo. "No puedo asegurar ahora que no vaya a hacerlo peor", dijo Arkin. |
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