4/Jun/04
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Fósil aporta evidencias de la separación de continentes
Científicos descubrieron en el desierto del Sahara el cráneo de un dinosaurio carnívoro de rostro arrugado que vivió
en América del Sur e India y que aporta nuevas evidencias del momento en que Africa, Madagascar, India y América
del Sur se separaron como resultado de la deriva continental.
(EFE, La Crónica de hoy) Los fósiles hallados por la expedición, dirigida por el explorador de National
Geographic, Paul Sereno, serán publicados en el número de julio de la revista.
La nueva especie, de rostro arrugado y con 95 millones de años de antigüedad, contribuye a completar, junto con otra
especie nueva de carnívoro encontrada por Sereno en una expedición anterior, ciertas "lagunas fundamentales sobre la
evolución de los dinosaurios en Africa”.
Antes de estos descubrimientos, se creía que en Africa no había abelisáuridos, una familia de
dinosaurios carnívoros meridionales a la que pertenecen las especies encontradas por Sereno, lo que hizo pensar a
algunos científicos que este continente se separó primero de Gondwana, hace probablemente unos 120 millones de
años.
Los nuevos fósiles son "una evidencia” de que Africa y otros continentes meridionales que formaban el
"supercontinente” se separaron y comenzaron a desplazarse unos 100 millones de años atrás.
El animal, que en vida tenía que tener unos nueve metros de longitud, presentaba un hocico corto y redondeado, y unos
dientes pequeños y delicados.
Según explica el paleontólogo en el artículo de National Geographic, hasta que los continentes no se separaron
completamente, los dinosaurios como Rugops y otros animales usaron estrechos puentes de tierra para colonizar
continentes adyacentes y recorrer zonas a pocos grados del Polo Sur.
Los fósiles de estos dos dinosaurios apoyan la hipótesis de la existencia prolongada de puentes entre las masas de
tierra, según Sereno.
La cabeza de Rugops tenía un robusto recubrimiento de escamas o armadura superficial y estaba repleto de arterias y
venas que le dejaban un entrecruzado de acanaladuras en el cráneo.
Este no es el tipo de cabeza adaptada para luchar o aplastar huesos, según el investigador, quien opina que Rugops era
"más bien un carroñero” que usaba su cabeza para alimentarse de animales muertos más que para pelearse con otros
animales por comida.