14/Jul/04
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Rusos, europeos y... chinos juntos al espacio
La asociación entre Rusia y Europa en programas espaciales se muestra hoy como una cuestión
decidida. Los dos socios están pasando de cuestiones generales a los planes concretos.
Se sabe ya que Rusia le ofreció a la European Space Association (ESA) que tome parte en el
diseño de una nueva nave espacial para los vuelos tripulados a la Estación Espacial
Internacional (ISS) y para vuelos del programa marciano y lunar.
La propuesta está basada en que Rusia está a cargo hoy de los vuelos a la ISS y no está
de acuerdo en abandonar el proyecto de la Estación, como sí ha dudado en hacerlo
Estados Unidos.
Para Rusia la estación espacial es una continuación lógica del triunfo de los soviéticos
durante años en los vuelos tripulados de larga duración. Por esta razón le interesa cooperar
crecientemente con los europeos. La cooperación es entonces más activa en la dirección clave
para el programa ISS: el desarrollo de un nuevo transporte de uso múltiple.
También China, que no sólo ha estado lanzando vehículos espaciales extraatmosféricos durante
décadas sino que el año pasado llevó a cabo un vuelo tripulado con éxito, en una astronave
realizada por entero en China, muestra interés en la cooperación. El tema está siempre
presente en la agenda de los expertos que se reunen, y no hay ningún problema técnico en el
uso de las naves Shenzhou de China como una nave de transporte a la ISS. Incluso los chinos
ya han diseñado una unidad de aparcamiento para sus naves espaciales.
El hecho de que China no tome parte en el programa está conectado totalmente con cuestiones
políticas creadas por los Estados Unidos, que sigue siendo un socio en la ISS. Según algunos
norteamericanos, si China se une al proyecto en seguida toda la información sobre la ISS
será usada en la investigación espacial del ejército popular chino.
Sin embargo, hay que recordar que la estación espacial no es una instalación militar.
China toma parte en el poderoso proyecto Galileo de la ESA, que busca instalar un sistema
de posicionamiento global similar al GPS de los Estados Unidos. Rusia también participa de
este proyecto. De modo que nada impide que las tres potencias espaciales encuentren un cruce
de intereses en el que se haga posible una cooperación espacial, que incluso se puede
volver necesaria en el caso de la ISS.
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