30/Jul/04
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El mito de las olas gigantes... ya no es mito
En el pasado se creía que las olas inmensas, de hasta 40 metros de altura, eran un
acontecimiento muy raro, que sólo ocurría a causa de cataclismos poco comunes. Pero,
según concluyó un estudio de la Comisión Europea, el mundo se desayuna ahora con
que en realidad recorren los océanos con bastante frecuencia y podrían significar una amenaza para los
barcos y plataformas petroleras.
La investigación fue anunciada la semana pasada. Se llevó a cabo utilizando imágenes
de radar obtenidas por dos satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA) en el transcurso
de un período de tres semanas en 2001. En ese período se formaron no menos de 10 olas
gigantes en diferentes océanos de todo el mundo. Según la agencia espacial, no hace mucho
los científicos creían que tales olas se formaban sólo una vez cada 10.000 años.
Los resultados de la investigación podrían llevar a que, en el futuro, se tomen medidas
de prevención de muchos accidentes vinculados con las olas, señaló Wolfgang Rosenthal,
investigador principal de MaxWave, el grupo financiado por la Comisión Europea que estuvo
a cargo del estudio.
"MaxWave concluyó formalmente a fines del año pasado, aunque se sigue con dos líneas de
trabajo derivadas del proyecto", dijo en una declaración en la que delineó la investigación
del grupo. "Una de ellas está orientada a la mejora del diseño naval obteniendo información
sobre la manera en que se hunden los buques; la otra consiste en examinar más información
satelital con miras a analizar la posibilidad de pronosticar las olas".
La prevención de accidentes provocados por olas es un tema de interés económico y de
seguridad para la industria marítima. La mayoría de los barcos grandes y las plataformas
petroleras son diseñados para resistir olas de hasta 15 metros de altura. Sin embargo, en
1995, un instrumento a bordo de la plataforma petrolera Draupner, situada en el Mar del
Norte, registró una ola de 26 metros.
En el 2001, dos barcos de crucero que navegaban por el Atlántico Sur el Bremen y el
Caledonian Star informaron que unas olas de hasta 30 metros habían destrozado las
ventanas de sus respectivos puentes.
Los investigadores del grupo MaxWave también sospechan que esta clase de olas fue la
responsable del hundimiento de algunos de los 200 superpetroleros y buques cisterna que
han zozobrado en condiciones climáticas adversas en los últimos veinte años.
Por desgracia para quienes corren riesgos, todavía deberá investigarse mucho más antes de
que se pueda proponer una solución. Por ejemplo, nadie parecería saber cómo se forman las
olas, para empezar.
"No sabemos qué está sucediendo en medio del mar", dijo Paul Liu, un oceanógrafo e
investigador de olas gigantes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. "Hay
algunas teorías, pero no creo que sea posible aplicarlas al verdadero entorno oceánico".
Una de las teorías sostiene que cuando dos olas se encuentran en determinadas condiciones,
crean una ola más grande. Sin embargo, Liu considera que esa teoría es simple en exceso.
"Esa es la manera más sencilla de verlo, pero es una teoría más o menos lineal", señaló.
"Puede ser, pero si en efecto fuera así, deberíamos poder verlo todo el tiempo".
En rigor, si bien se han encontrado olas de esta clase en sitios donde se juntan corrientes,
también han aparecido en zonas alejadas, lo cual lleva a los científicos a pensar que es
posible que el viento y otros fenómenos climáticos también sean factores que incidan en el
tamaño de las olas.
Un nuevo proyecto denominado WaveAtlas procura arrojar luz sobre el misterio creando un
catálogo de olas y accidentes vinculados con la presencia de olas con el fin de analizarlo
para establecer correlaciones. Se espera que el grupo a cargo del proyecto publique sus
conclusiones a principios de 2005.
Liu dijo que está entusiasmado con la investigación, pero señaló que le gustaría que se
tomaran más mediciones in situ, como la registrada en la plataforma petrolera Draupner.
También sugirió que los buques podrían llevar dispositivos de medición.
"Creo que hay muchas olas gigantes en el océano", dijo. "Es como un árbol que cae en el
bosque cuando no hay nadie que oiga la caída. ¿Qué pasa si aparece una ola gigante en el
océano y nadie la puede registrar?"
Más información:
Wired