5/Ago/04
Falleció el dibujante Eugenio Zoppi Entre sus obras se destaca Misterix. (La Nación) El dibujante Eugenio Zoppi, una de las grandes figuras de la historieta argentina, recordado por sus ilustracions de la famosa tira Misterix, falleció en esta ciudad, de un derrame cerebral, a los 81 años. Nacido en Buenos Aires el 15 de marzo de 1923, seguía trabajando y encaraba nuevos proyectos cuando lo sorprendió la muerte. Autodidacto, hacia 1945 comenzó a colaborar en la editorial Columba. Luego fue diagramador de la revista Aventura. Su primera historieta publicada apareció en 1948 en el diario La Epoca y se titulaba En busca de los tesoros de la reina de Saba.
En 1955 comenzó a dibujar el personaje Misterix, un científico inglés inventor de un traje resistente a las balas, que daba su nombre a una revista fundada por la editorial Abril en 1948 y que tuvo tiradas superiores a los 200.000 ejemplares. El personaje había nacido en Italia en 1946, creado por el guionista Massimo Garnier, con dibujos de Paul Campani. Y tuvo gran desarrollo en la Argentina, donde Zoppi reemplazó en los dibujos a Campani a partir del número 337 de la revista, sobre guiones que preparaba el italiano Alberto Ongaro. Con Oesterheld hizo otra historieta, semicómica, llama Perseculio, que salió en Chile. En los años 70, empezó a trabajar para Europa; sus dibujos se publicaban en Italia, Gran Bretaña y otros países. En 1980, realizó las ilustraciones de la enciclopedia La historia de la humanidad, de distribución mundial. Zoppi dirigió un suplemento de la revista Billiken llamado El clan de Mac Perro y desplegó su destreza en numerosas publicaciones, como el diario Correo de la Tarde, y las revistas Gente, El Gráfico, Sex Humor y Fierro, entre otras. Era el padre de Claudia Zoppi, que se desempeña en la sección Infografía de La Nación. El sepelio se efectuó en el cementerio Parque Iraola, en La Plata. |
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Más tarde, entró en el diario La Razón, donde hacía dos tiras diarias: La ciudad oculta de los mayas y Fantomas. En la revista
Cinemisterio ilustró en 1951 la serie Alan y Crazy, de Héctor Germán Oesterheld, el primer trabajo de quien luego sería el famoso creador de
"El eternauta".