15/Ago/04
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Descubren otra simbiosis en el fondo marino
Los científicos siguen descubriendo en el mar extrañas pero beneficiosas asociaciones de organismos.
Se anunció ahora que el brillo anaranjado que tienen los corales luminosos de las aguas
templadas del Caribe no es propio, sino que se lo deben a una bacteria que vive en ellos.
La noticia surge de un estudio realizado por científicos estadounidenses, en el que se
explica que, a cambio de cobijo en el coral, la bacteria le ayuda a convertir en alimento
el nitrógeno que se encuentra en el agua del mar.
El elemento químico existe en una forma que el coral, por sí mismo, no puede utilizar.
Pero la bacteria que lo habita puede convertir el nitrógeno en amoníaco, precisamente lo
que su anfitrión necesita.
Los corales luminosos, llamados Montastraea cavernosa, crecen en colonias en los fondos
marinos.
Las colonias de corales a menudo parecen grandes rocas y por el día brillan con un color
anaranjado bajo el azul del agua caribeña.
Según un equipo de investigadores de la Universidad de New Hampshire, ese color anaranjado
proviene de una serie de pigmentos fluorescentes que tienen los corales.
Los expertos, liderados por el científico Michael Lesser, utilizaron un medidor de
fluorescencia para calcular el espectro de emisión de una serie de muestras de corales,
recogidas en aguas de las Bahamas.
El equipo descubrió que uno de los pigmentos fluorescentes encontrados en el coral en
realidad no le pertenece.
Según los científicos, la cyanobacteria, un alga azul y verde, absorbe la luz en color azul
para luego liberarla con un matiz diferente, anaranjado.
El catedrático Lesser dice que el coral, el alga y la bacteria habitan en una relación
simbiótica, de la cual los tres se benefician.
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El resplandor de las bacterias