06/Jun/04
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El deshielo de los glaciares destapa los cadáveres sepultados en ellos
En 1991 encontraron en el Tirol el cuerpo de un cazador de hace 5.300 años.
(El Mundo, EFE) Hace escasos días apareció el cuerpo de un montañero fallecido en los Alpes de Oetztal hace probablemente más de 60
años. Éste es el caso más reciente de los 'hombres de los hielos', cuerpos que permanecían sepultados en el hielo durante decenas de años y que salen a la luz
por la descongelación de los glaciares.
El calentamiento del planeta está provocando la desaparición de los hielos glaciares, antes llamados 'hielos eternos'. Este fenómeno se manifiesta en los hielos
alpinos que, a partir de los años 80, están manifestando una pérdida de masa constante. Desde entonces, estas vastas montañas están entregando desde lo más
profundo de sus entrañas heladas los cadáveres de sus víctimas congeladas a lo largo del tiempo, cada una de las cuales arrastra consigo su trozo de historia.
En un glaciar del Trentino italiano encontraron tres soldados del Ejército austrohúngaro, momificados a 3.650 metros de altura. Los combatientes, cuya
identidad está investigando el Museo Histórico de Insbruck, murieron en una cruenta batalla de la I Guerra Mundial entre los pueblos de la monarquía
austrohúngara, el 3
de septiembre de 1918. El descubrimiento de sus cuerpos ha traído al presente los recuerdos de una guerra fratricida y divisoria, que todavía duele entre la
población.
El guía alpino Maurizio Vicenzi, que es además gestor de un pequeño museo de la guerra cerca de Trento y coleccionista de objetos históricos de aquella
época, fue quien los descubrió hace unas dos semanas. Junto a los cadáveres encontró restos de sus uniformes y un gorro que permitió identificarlos como
miembros de
los "cazadores del Emperador" que en el primer gran conflicto internacional del siglo XX quisieron conquistar la Punta de San Matteo, en el macizo del Ortler.
Las batallas que afrontaron estos soldados se caracterizaron por las condiciones extremadamente duras en que se llevaron a cabo. A una altura de 3.700
metros, murieron más personas a causa del frío o de las avalanchas que en la lucha misma.
Vivenzi cuenta que uno de los cuerpos se encontraba en cuclillas, como si tuviera frío, y otro dejando caer las manos, como si manifestara resignación.
Pero el descubrimiento más sorprendente fue en 1991, cuando se encontró -en la misma región- un antepasado de los tiroleses de hoy, 'Oetzi' u 'hombre de los
hielos', un cazador de hace 5.300 años. El hallazgo ha dado pie a innumerables investigaciones sobre la vida en la Prehistoria.
Los arqueólogos que examinaron a Oetzi quieren investigar ahora cómo han podido conservarse durante tanto tiempo los cuerpos de los soldados. Pero los
trabajos científicos planeados basándose en el examen de los restos de uno de ellos han suscitado las protestas de círculos tradicionalistas del Tirol que
reivindican una "sepultura digna" para el ex combatiente. Atribuyen motivos de lucro a los investigadores y recuerdan el tratado de Saint-Germain-en-Laye de
1919 que, según ellos, excluye convertir el cuerpo de un soldado en objeto de exploración científica.