07/Sep/04
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Un viaje a las profundidades de una falla geológica
(BBC News) - En un remoto valle de California, Estados Unidos, se está desarrollando un experimento
único en el mundo. En una torre de perforadora que normalmente se usa para extraer petróleo,
se trabaja ahora en la misión de cazar pistas que permitan a los científicos predecir los
terremotos.
Se trata de un proyecto de US$20 millones, patrocinado por la Fundación Nacional de Ciencia
de Estados Unidos, para que los investigadores puedan taladrar hasta el corazón de la falla
de San Andrés.
La vara principal del taladro gigante ya ha llegado a los 2,5 km de profundidad, por lo que
es el momento de empezar a desviarla para que penetre a la falla por un lado.
Mientras el taladro se va adentrando, la emoción de los científicos va en aumento. Y es que
hasta ahora no se había realizado un proyecto tan ambicioso como éste.
El objetivo del proyecto del Observatorio a Profundidad de la Falla de San Andrés (SAFOD,
por sus siglas en inglés) es obtener la mayor cantidad de información que se pueda durante y
después de que ocurra un terremoto.
Durante la primera fase se han tomado muestras de las rocas en busca de rastros que indiquen
la presencia de posibles remolinos de gases en las profundidades.
A finales de este año, cuando el frío del invierno impida taladrar, se introducirá una
variedad de instrumentos en el hueco para que capten las mejores señales que se puedan
obtener sobre posibles temblores.
La británica Naomi Boness forma parte del equipo de investigadores. "Si de verdad queremos
avanzar en las técnicas para predecir terremotos, es necesario que investiguemos mucho más
en la zona de la falla, sobre su estructura y su composición".
Su labor, así como la de sus colegas, es dibujar un esquema lo más preciso posible sobre la
actividad que hay en el subsuelo, a partir del estudio de las muestras de las rocas que
se obtienen de allí.
Se calcula que la duración del proyecto será de unos 20 años, quizás un poco prolongada si
se quiere predecir cuándo se producirá el próximo gran terremoto, pero ésta podría ser
la investigación que revele los más oscuros secretos destructivos de los sismos.