16/Sep/04

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León Arsenal: "Tengo en la cabeza más historias de las que podré llegar nunca a escribir"

El ganador del primer Premio Minotauro a la Novela de CFyF considera que no hay un estilo "español" de hacer Sword & Sorcery, sino que se dan estilos "personales" de narrar historias. "Lo cual quiere decir que en un mismo campo caben muchos caminos", afirma.

Sin lugar a dudas, León Arsenal es una de las figuras de la literatura fantástica española, más aún a partir de la proyección que le dio el Premio Minotauro a su novela Máscaras de matar: una obra curiosa y atractiva que abreva de varias fuentes folclóricas, enriquecidas por la fértil imaginación de Arsenal.

En diálogo con Axxón, el escritor (también merecedor del Ignotus en el 2000 por su cuento "En las fraguas marcianas") comentó varios aspectos interesantes de Máscaras..., y opinó sobre la labor del escritor, el fandom y los premios en general.

—Así como Tolkien se basó en las sagas nórdicas, ¿hay alguna mitología en la que se haya basado para el mundo de Máscaras de matar?

—Más bien tendríamos que hablar de mitología española en general y, más que de mitología, de folclore, que es al que pertenecen mayoritariamente seres como los ogros o las bichas. De todas formas, esa sólo es una de las fuentes de inspiración, puesto que hay otras, así como otras intenciones, incluida la de crear un ambiente, una atmósfera cultural que se aparte del mimetismo medieval o los aires célticos o nórdicos (por citar unos ejemplos) que han acabado por saturar la producción de espada y brujería actual.

—¿Tuvo presente "La mariposa lunar" de Jack Vance y sus rituales y máscaras cuando lo escribió?

—Realmente no. Es un cuento que considero de los mejores de la ciencia ficción, pero todos los elementos de las máscaras proceden más bien, como ya he dicho en otros lados, de mis lecturas de antropología más o menos divulgativa, como los libros del añorado Marvin Harris, que nos introdujo a millones de lectores curiosos en otras formas de ser, vivir y actuar, pertenecientes a distintas cultural a la nuestra.

—El mundo que describe es complejo e interesante, con cantidad de elementos que aparecen apenas delineados en la novela. ¿Piensa ambientar otras historias en ese mundo?

—No escribí esta novela pensando en que hubiese más, lo que no quita para que sí es posible escribir más narraciones ambientadas en este mundo. Ésta, en una versión anterior, fue mi primera novela, con todo lo que de desmesura tienen estas obras primerizas, por lo que el detalle con que desarrollé ese mundo me da buenos anclajes para poder ambientar más narraciones. ¿Quién sabe? Lo cierto es que tengo en la cabeza más historias de las que por desgracia podré llegar nunca a escribir, y no porque sea quizá especialmente imaginativo, sino porque soy un escritor lento, así que abordar una nueva visita literaria al mundo de Los Seis Dedos sería algo a meditar antes de acometerlo.

—¿Por qué aparecen armas de fuego y a pesar de eso se pelea con espadas, lanzas y arcos?

—Las armas de fuego son un elemento escénico más. Con frecuencia la fantasía heroica deja de lado asuntos tales como las armas de fuego o, lo que es más grave, la estrategia, ya que todo el mundo se pelea a mamporros en duelos singulares. No tiene nada de malo, pero la repetición de lo mismo empobrece el género. Me gustaba la imagen de armas de fuego que en un mundo no industrial serían obras artesanales, caras y escasas. Y las introduje.

—¿Le parece que hay un estilo español de hacer Sword & Sorcery, o usted tiene su estilo personal, no importando la región?

—Tengo mi estilo personal y he preferido beber en los folclores español y mediterráneo, y recurrir a nombres castellanos y gallegos, aparte de a otros inventados por mí. Pero es sólo una opción y líbrenme los dioses de ser nacionalista y repudiar a alguien que quisiese beber en fuentes foráneas. Cada cual es libre, todas las opciones son legítimas y sólo el mimetismo adocenado merece el repudio. No creo que exista un estilo español, quizá afortunadamente, no sea que acabásemos todos imitándonos unos a otros, como ha pasado en ciertos círculos de escritores norteamericanos. Como ejemplo, baste señalar que la excelente novela de Javier Negrete, La Espada de Fuego, es tan española y tan particular como la mía, y no se parecen en nada. Lo cual quiere decir que en un mismo campo caben muchos caminos.

—¿Qué recomienda para los aspirantes a escritores?

—Trabajar, no desanimarse y tener siempre un ojo puesto en las necesidades del mercado en cada momento. Llegar siquiera a publicar no es una tarea nada fácil y por desgracia he conocido a unos cuantos escritores que podrían haber llegado muy lejos y que, por una razón u otra, han tirado la toalla. Muchas veces esta razón ha sido la fatiga de luchar y luchar, y no conseguir unos mínimos resultados. En cuanto a las necesidades del mercado, creo que un escritor es como cualquier otro creador, y que hay épocas para distintos géneros. No se trata de ser totalmente mercenario, pero sí un poco oportunista, en el buen sentido del término.

—¿Tiene una rutina de trabajo, o se guía por la inspiración?

—Tengo una rutina de trabajo, aunque hay días más fructíferos y días que menos, y algunos en que uno piensa que por qué rayos se ha sentado al teclado. La inspiración es importante, pero al que se sienta a esperar que llegue suele ocurrirle que, cuando por fin llega, la falta de hábito de trabajo le impide aprovecharla.

—Participa de varias actividades relacionadas con la Fantasía y la CF. ¿Cree que se puede hacer una carrera profesional de eso?

—Si entendemos esto como que alguien pueda vivir de la CF y F, no, no lo creo. Otra cosa es que parte de sus ingresos acaben siendo procedentes de este ramo. Eso sí es factible. Y, si nos centramos más en lo que es ser escritor, tengo que decir que, aunque legítimo, me parece un error aspirar a vivir de ser escritor de CF y F. Uno ha de aspirar a ser escritor, a secas, y a no encasillarse, porque el que se encasilla acaba empobreciéndose en cuestión de recursos narrativos.

—Sabemos que es director de la revista Galaxia (Equipo Sirius), ¿cómo es el trabajo con la editorial? ¿Cómo compatibiliza las actividades de editor con las de escritor?

—Soy director de la revista; la labor editorial corre a cargo del editor David Ruiz. Realmente son actividades separadas. Me temo que al final uno acaba haciendo mil cosas: escribir, dirigir una revista de géneros, codirigir una web de literatura de géneros (interplanetaria.com), traducir… En la revista he hecho lo que creo más sensato, que es confiar en una redacción; eso impide que la revista se convierta en un espejo de los gustos particulares del director, cosa que puede ser letal para una publicación como Galaxia, que se dirige al gran público y se distribuye en kiosco.

—¿Qué importancia le da a los premios?

—Hay premios y premios, pero todos ellos han de servir a un fin positivo. Los hay que sirven de acicate a los que están empezando. Otro, como el Minotauro, dan a un escritor de literatura fantástica una proyección jamás antes soñada en el orbe del fantástico español. Los hay que dejan buen dinero (y un premio como el Minotauro tampoco es de desdeñar precisamente en tal aspecto). Los hay que, aun sin repercusión ni recompensa dineraria sirven para aglutinar y acicatear a escritores, editores y demás partícipes del género. Todos esos premios me parecen meritorios y dignos de apoyo. Sólo repruebo aquellos premios que no aportan nada a los premiados, o aquellos que son más bien motivo de enfrentamiento que de cohesión. Los premios son importantes aunque, claro, no hay mejor premio que el aplauso del público y eso se mide en ventas.

—Y al fandom, ¿qué importancia le da?

—Es una pregunta delicada. Del fandom podríamos decir que es como el colesterol: hay un fandom bueno y un fandom malo. El asociacionismo, la mitomanía incluso es un fenómeno que bien canalizado rinde sus frutos. Todos hemos tenido una época, supongo, en que nos volcábamos en ciertos temas (libros, música, etc), y algunos conservan hábitos tales como el coleccionismo, el completismo, etc., que son incluso meritorios en muchos casos. Fenómenos como Cyberdark.net demuestran hasta qué punto el esfuerzo aficionado bien entendido, dirigido en una dirección positiva y constructiva, puede alcanzar grandes logros.

"Pero hay un fandom malo —reconocer Arsenal—, que engendra sectarismo, mediocridad, absurdos bibliopredicadores, enfrentamientos… Hay que decir que eso no sólo sucede en el mundo del fantástico, pero hablamos de éste, esos fenómenos están ahí y creo que es misión de todos los que nos movemos en el mundo de la CF y F el tener un poco de perspectiva, un poco de prudencia y, por lo menos, no dar alas a tanta miseria como puede llegar a engendrarse. Se pueden lograr grandes cosas, ¿así que por qué estropearlas sólo por ser el ayatolah de un charco?"

Reportaje de Carlos Ferro y Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News.