03/Oct/04
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¿Somos los habitantes más jóvenes de la galaxia?
No lo sabemos, pero la Vía Láctea podría estar tachonada de miles, y quizás
millones, de planetas similares a la Tierra. Nuestra galaxia podría estar
llena de planetas que alberguen no sólo vida sino también inteligencia.
Dentro de este club de seres conscientes, ¿es posible que seamos los recién
llegados?
La pregunta puede ser respondida de manera trivial.
El Homo sapiens habita el planeta desde hace unos cientos de miles de años.
Sin embargo, nuestra capacidad técnica para construir cohetes y radios data
de hace sólo un siglo. Cualquiera se da cuenta de que eso no es casi nada
comparado con la edad de la Tierra.
De chico a Ud. probablemente lo alentaron a hacer una cinta de papel que
represente la historia de nuestro planeta, pasando por las bacterias,
trilobites, dinosaurios y humanos. Si la cinta corriera por las paredes del
aula, desde la pared del fondo hasta el pizarrón, la representación temporal
desde la invención de la radio sería del ancho de un cabello. Si la cinta
comenzara con la formación de la galaxia, 13.000 millones de años atrás, la
era de la competencia tecnológica sería más pequeña aún.
O sea que seguramente somos los más nuevos integrantes, si la pertenencia al
club requiriera tecnología de radio o superior. Esto implica que si captamos
una señal de origen extraterrestre, podemos estar bastante seguros de que
los emisores están a un nivel muy por encima de nosotros.
Pero hay otras cuestiones de relevancia: ¿cuántos miembros tiene el club y
cuánto más avanzados son?
Para estimar cuántos mundos en la actualidad tienen habitantes técnicamente
sofisticados podemos comenzar con la ecuación de Drake. Esta fórmula
legendaria estima el número de sociedades galáctica con alta tecnología como
el producto de la frecuencia con la que surgen por su duración promedio. Es
como calcular cuántos estudiantes hay en el campus de la universidad local
multiplicando el número de nuevas admisiones por la duración promedio de la
carrera (cerca de cuatro años).
No sabemos mucho sobre la duración de las sociedades tecnológicas, más allá
del hecho de que nosotros nos arreglamos, hasta ahora, para sobrevivir un
siglo. Tampoco sabemos con qué frecuencia aparecen en la galaxia. Pero
sabemos que este último dato está relacionado con la frecuencia con la que
nacen las estrellas. Claramente, un mayor flujo de nuevas estrellas a la
larga producirá un mayor número de planetas con seres pensantes.
¿Cuál es la frecuencia de formación de estrellas? Veamos: hay, a grosso
modo, unos 200.000 millones de estrellas en la Vía Láctea, por lo que la
frecuencia promedio en los últimos 13.000 millones de años es de unas 15
nuevas estrellas por año. Sin embargo, este promedio es un poquitín
engañoso. Cualquiera que haya usado un radiotelescopio para estudiar
galaxias sabe que cuando se examina una gran espiral como la Vía Láctea se
ve que la cantidad total de gas interestelar es típicamente un mínimo
porcentaje de la masa total de las estrellas. Dado que el gas interestelar
es el material con el que se forman las estrellas, es obvio que hoy en día
queda muy poco para formar nuevas.
Es cierto que las estrellas explotan al morir y devuelven al espacio algo de
su contenido. Incluso el Sol largará algo de humo cuando se encamine al
cementerio estelar. Pero la mayor parte de lo que hay en el Sol se quedará
allí para siempre, atrapada por la gravedad. Los ingredientes para hacer
nuevas estrellas son escasos, y la mayoría de las estrellas que nuestra
galaxia alguna vez hará ya han sido hechas.
Mary Barsony, una científica investigadora en el Instituto de Ciencia
Espacial, nota que "en estos días, la frecuencia de nacimientos estelares en
la Vía Láctea es de sólo una masa solar por año. La galaxia ya no es tan
fértil como antes. Al parecer, hace más de 10.000 millones de años hubo una
gran actividad de formación de estrellas. En ese tiempo fue cuando aumentó
considerablente la cantidad de estrellas".
En otras palabras, nuestro sol es de los que llegaron tarde.
Claramente esto afecta a la plantilla de nuestro club de seres inteligentes.
¿Pero de qué manera? Hay dos posibilidades obvias. Una es que la
inteligencia es un atributo tan útil que las sociedades tecnológicas duran
muchísimo tiempo, miles de millones de años. Después de todo, los trilobites
duraron 500 millones de años y ni siquiera eran inteligentes (de acuerdo a
cualquier estándar razonable). Así que quizás los miembros del club sean
sociedades realmente viejas, y nosotros vendríamos a ser como preescolares
rodeados de estudiantes universitarios.
La otra posibilidad es que no, las sociedades tecnológicas no duran tanto. Y
si bien la galaxia puede haber sido testigo del surgimiento de grandes
civilizaciones, la mayor parte de estas ya no existen. En este escenario los
otros miembros del club no son tan antiguos, pero quedan pocos.
Cuál de estas posibilidades es cierta, si es que en realidad hay alguna, lo
sabremos cuando hayamos
decodificado una señal extraterrestre. Pero el hecho con el que comenzamos
la discusión permanece indisputable. Somos los recién llegados a la escena
tecnológica. Nuestras alegrías y tribulaciones sobre el escenario galáctico
no hacen más que comenzar.
Por Seth Shostak, Instituto SETI
Traducido por Carlos, equipo Axxón
Fuente: www.space.com