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24/Oct/04




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Curaron la diabetes en ratones de laboratorio

Logro de científicos españoles y la Universidad de La Plata.

(La Nación) "Somos capaces de curar la diabetes en animales”, anunció ayer el doctor Ramón Gomis, jefe de Investigaciones del Hospital Clínic de Barcelona, España. Lo dijo sin inmutarse, como si estuviera haciendo referencia a los resultados de un estudio de rutina y no a un trabajo que abre una nueva esperanza en torno de una enfermedad que hoy condiciona la vida de 194 millones de personas en todo el mundo, pero que, en tan sólo veinte años, afectará a 330 millones.

Minutos antes de protagonizar una de las sesiones plenarias del XIV Congreso Argentino de Diabetes, que reúne en esta ciudad a más de 2500 especialistas locales y extranjeros, el doctor Gomis explicó a LA NACION que un proyecto de investigación, realizado en colaboración con científicos de la Universidad Nacional de La Plata, demostró que la administración por vía oral de un fármaco aún experimental no solo normaliza los niveles de glucosa en sangre de ratones diabéticos, sino que también es capaz de regenerar aquellos tejidos del páncreas encargados de producir insulina.

Naturalmente, el objetivo final de la investigación es curar la diabetes en seres humanos, aunque Gomis prefiere no arriesgar ninguna fecha para alcanzar ese logro.

Lo que ha conseguido hasta ahora no es poco: crear, nada más ni nada menos, que nuevas células beta en el páncreas, que son las que fabrican insulina. La muerte de estas células hasta ahora irreversible, constituye el momento clave de la evolución natural de la diabetes. Si bien en el tipo 1 ocurre al comienzo de la enfermedad y en el tipo 2 más tarde, como resultado de la incapacidad del organismo de aumentar la producción de insulina, ambos grupos de pacientes podrían verse beneficiados en el futuro por estas terapias farmacológicas que apuntan a transformar células de los conductos del páncreas en las preciadas células beta.

"Los islotes de Langerhans del páncreas (que aglutinan las células beta) son tejidos que pueden renovarse lentamente. Esto es posible en tanto las células beta sean capaces de replicarse, lo que ocurre en situaciones que demandan una mayor secreción de insulina, como el embarazo", explicó el doctor Gomis durante su conferencia plenaria titulada "Neogénesis de la célula beta".

Sin embargo, la muerte celular que ocurre en la diabetes no puede ser superada por esos mecanismos de regeneración naturales.

Plasticidad celular

¿Cómo obtener nuevas células beta? Para Gomis, la solución reside en modular la plasticidad de las células beta, pero también de las llamadas células ductales. Aunque los científicos todavía no han logrado desentrañar si estas últimas, que se encuentran en las paredes de los conductos del páncreas, son realmente células stem o madre (con capacidad para transformarse en cualquier tipo de células del organismo), lo cierto es que pueden ser manipuladas mediante el uso de ciertas drogas.

En diálogo con LA NACION, el investigador precisó justamente el alcance de este futuro tratamiento para la diabetes.

"Cuando hablamos de plasticidad, nos referimos a la capacidad de mantener aquella masa de células beta que necesitamos para vivir, lo que es posible gracias a procesos de recuperación y de destrucción -comenzó diciendo Gomis-. Entre los procesos de recuperación está la capacidad de las células beta de duplicarse, pero también la posibilidad de que otras células pueden convertirse en células beta."

—¿Es posible, hoy en día, manejar esa plasticidad?

—Estamos empezando a descubrir que hay sustancias que pueden tener ese efecto. Incluso, algunas se están estudiando en humanos. El objetivo es contar con un fármaco que mejore la diabetes, pero no sólo bajando el azúcar, sino manteniendo o mejorando la plasticidad celular.

En este momento hay en camino dos grandes líneas de investigación. La primera apunta a ciertas hormonas gastrointestinales, como la GLP1, que han demostrado el efecto buscado sobre las células beta. Hay fármacos que inhiben degradación de la GLP1, lo que permite aumentar su concentración en el organismo, y al menos dos de ellos ya están siendo probados en humanos.

—¿Qué tan cerca están de llegar a los pacientes con estas drogas?

—Dos o tres años. Con esta primera línea podemos esperar que la historia natural de la diabetes no progrese tan rápidamente. Luego hay otros fármacos, que son los que nosotros estamos estudiando en animales junto con investigadores de la Universidad de La Plata, y que probablemente sean más potentes en la regeneración de células beta.

—¿Qué resultados han obtenido en este caso?

—El resultado es que somos capaces de curar la diabetes en un animal. Luego de tratar durante un mes con un agente insulinomimético llamado sal de tungstato a ratas en las que hemos inducido una diabetes discreta, comparable con el tipo II de los humanos, les suspendemos la medicación y esos animales ya no son más diabéticos. Es espectacular.

Esperamos 15 días luego de terminado el tratamiento, los estudiamos de nuevo y seguían bien, con niveles de glucosa en sangre normales y nuevos islotes de células beta formada a partir de las células ductales.

—En un futuro, ¿estas drogas podrán curar de una vez y para siempre la diabetes o deberán usarse de por vida, como se usa hoy la insulina?

—El problema con la diabetes, en especial con el tipo I, es que no es suficiente con recuperar las células beta, también tenemos que inhibir el proceso que lleva a su destrucción. En este momento somos capaces, en ratones, de recuperar las células. El paso siguiente es evitar su destrucción vacunando al paciente para que no haya más agresión del sistema inmunológico contra ellas. Tenemos una pata y nos falta la otra. Este es todavía un campo abierto de investigación.

—¿Cuándo comenzarán a probar esta droga en humanos?

—Tenemos patentado este fármaco en concentraciones que en humanos podrían ser tóxicas, pero si bajamos la dosis para reducir la toxicidad ésta no es suficiente como para provocar una buena regeneración de células beta. Por eso, antes de empezar a hacer ensayos en humanos estamos investigando otras sustancias similares, menos tóxicas, pero que tengan el mismo efecto o uno mejor.

—¿Cuánto tiempo falta para hablar de la curación de la diabetes en seres humanos?

—Creo que la curación de la diabetes no será algo que ocurrirá de un día para otro. Nos estamos acercando. Y en los últimos diez años, a más velocidad. Pronto tendremos insulina inhalable, pronto tendremos análogos de GLP1, y quizá pronto tengamos un análogo de sales de tungstato. Y cuando tengamos todo eso estaremos mucho más cerca de una cura para la diabetes.


            

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